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Nuestras vidas se construyen tanto en nuestros errores, como sobre nuestros éxitos

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Nuestras vidas se construyen tanto en nuestros errores, como sobre nuestros éxitos. -Ellis Grey

El vuelo fue tranquilo, sin turbulencias o anomalías.
Bajé de aquel avión y al pisar el aeropuerto de Seattle, de nuevo, se me nubló la cabeza de recuerdos; algunos felices y otros, no tanto.
No iba a dejar que aquello me distrajera, después de todo solo eran eso, recuerdos.
Nada podía cambiar más que atesorarlos con amor, y lo que no fuera nutritivo, apartarlo.

Tomé mi maleta, la cuál se encontraba detrás de mí y me encaminé fuera de aquel enorme lugar, minado de personas y comercios.


Ya me encontraba al aire libre, por suerte.
Hace horas estaba deseando poder respirar de aquella manera, paré un taxi y luego de subir el equipaje, y a mí, le indiqué el camino hacia un viejo hotel que solía conocer.

Al llegar, dejé mis maletas en el piso de este y pagué mi estadía en administración.
Estaba cansada, mejor dicho, agotada.
¿Quién diría que estar sentado 7 horas podía ser tan agotador?
Las ganas de echarme en la cama y dormir 48 horas seguidas eran inmensas, pero tenía que ir a ver a mi madre, esa era la razón la cuál estaba allí, para empezar.
Dejé mi cansancio a un lado y salí de aquel edificio. A pesar de no haber pisado Seattle por un largo tiempo, recordaba muy bien como manejarme por allí.
Por suerte, el asilo quedaba a unas cuadras del hotel y no tendría que tomar otro taxi.

Por fin estaba frente a aquel edificio, el cual había visto miles de veces, veía a las familias acompañar a sus abuelos, o padres, veía gente llorar, ahora me tocaba a mí pisar ese lugar...

Entré.

-Buen día, vengo a ver a mi madre, Ellis Grey.-

-¿Usted es Madison?-

-Así es.-

-En este momento, ella está con su hija, Meredith. ¿Quiere pasar igual, o quiere pasar a verla en otro momento?-

Lo pensé un momento.
Sería duro volver a ver a mi hermana menor, sin darle un aviso, sin nunca haberle podido explicar el por qué de mi partida.
De hecho, amo a Meredith, hemos pasado muchísimos momentos juntas, ella es mi compañera de vida, y lo último que querría sería lastimarla. Pero de todos modos tendría que hablar con ella en algún momento de mi visita a Seattle.

-Si no es problema, pasaré ahora.- titubeé tragando los nervios. Y la misma mujer de bata con quien hablé me acompañó al cuarto de mi progenitora.



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POV: MEREDITH

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Estaba visitando a mi madre, como de costumbre.
Es algo difícil llegar en las tardes y que no me reconozca, e, incluso, me ha confundido con Madison.
Comencé mi internado hace unos días, y me encantaría poder contárselo a mi madre sin Alzheimer. Aunque a veces lo pienso y creo que ni siquiera sería una buena idea.

-¿Dónde está Richard?- preguntó la mujer adulta, algo alterada.

-Mamá, estás en un asilo, y yo estoy aquí, contigo, todo está bien.-

-¿Y quién eres tú?-

-Soy yo, mamá. Meredith, tu hija.-

-Mi hija tiene 5 años, y , su nombre es Madison. Es totalmente irritante.-

Seguramente, si esto hubiera sucedido meses atrás, me hubiese dolido el doble, pero ya me había acostumbrado, tener un familiar con Alzheimer es de las cosas más difíciles que hay.
Mi vida estaba hecha un desastre, vivo sola en una enorme casa llena de cajas, las cuales carezco de ganas de abrir. Mi madre está enferma en un asilo, la conocida cirujana, Ellis Grey, quien estaba públicamente "de vacaciones". Las preguntas sobre ella me sofocaban.
Comencé a "salir"(? con un hombre que me agradaba muchísimo, creo que era lo único que estaba bien en este momento, salvo que es mi jefe, y me atraería muchos problemas si alguien más se enterase.



-¡¿Madison!?- escuché a mi madre decir, de nuevo.

-No, mamá, Yo so..- me vi interrumpida.

-Hola, mamá.-

Giré al reconocer ese timbre de voz, y me quedé helada. Como una idiota, mirando hacia la puerta.
Me quedé sin palabras, cuando vi la figura de Madison entrar por aquel marco quería golpearla, pero también quería abrazarla y pedirle que nunca más se fuera.
Estaba enojada, porque ella simplemente nos dejó, pero también la amaba, cómo dejar de hacerlo. Ella me enseñó tanto de lo que sé, me ayudó cuando mi mundo se venía abajo, y estar sin ella fue una de las cosas que más marcó mi vida.

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POV: MADISON

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Cuando vi a Meredith por última vez era una jovencilla, y ahora, era una adulta. Sus facciones se habían marcado mucho más, signo de su crecimiento. Estaba tan feliz de verla, tan rápido había pasado todo. Quería saber cada detalle, cómo estaba, si salía con alguien, qué estaba estudiando; y aunque soy una persona que casi nunca llora, las lágrimas amenazaban con salir, fuera de mi control.

Mi madre se levantó de la silla en la que estaba sentada y me dio un abrazo, de los que no había recibido desde hace años.
Sus brazos me envolvieron, al igual que la nostalgia.
Que Ellis Grey te abrace, aún siendo su hija, pasaba contadas veces.

¿Estaría......   lúcida?

-Te extrañé tanto, Madison. ¿Por qué rayos te fuiste?- comenzó a llorar, aún sujetándome en sus brazos. 

-Yo... lo siento.- dije mientras intentaba disimular las lagrimas que caían suavemente por mis mejillas. Sin sonido, sin expresión, simplemente iban bajando, mojando mi rostro.


Después de unos largos segundos, Ellis y yo nos separamos y miré fijamente a Meredith, quién llevaba haciendo lo mismo este período de tiempo. Me sequé las lagrimas y me acerqué lentamente a envolverla con mis brazos. Realmente estaba tan feliz de verla de nuevo, no tenía idea de lo que podría estar pasando por su cabeza en ese momento, pero solo la abracé deseando no irme jamás.
Habían pasado años, y, sin embargo, le seguía llevando unos buenos centímetros de diferencia, lo cuál me hacía sentir que la estaba protegiendo, como siempre lo fue.

-Perdón, Mer.- susurré aún en el abrazo.

-Sé que te he decepcionado y te prometo que no haré de nuevo.- dije mientras nos separábamos del abrazo, algo incomodo, pero a la vez uno de los más reconfortadores.
Ella aún no había dicho ni una sola palabra, pero las lágrimas también corrían por sus mejillas, y sus ojos tomaron un color rojizo.



Después de un rato, las tres nos sentamos, pedimos café y conversamos. Si bien Ellis estaba en su mundo, pude darle ciertas explicaciones a Meredith, las cuales venía guardando desde hace mucho tiempo.

𝑬𝒙𝒕𝒓𝒂𝒐𝒓𝒅𝒊𝒏𝒂𝒓𝒚- Grey's Anatomy fanfic [EN RE-EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora