𝑬𝒙𝒕𝒓𝒂𝒐𝒓𝒅𝒊𝒏𝒂𝒓𝒚- Grey's Anatomy fanfic [EN RE-EDICIÓN]

🔹️02

Cuando te encuentres con un bloqueo en la carretera, toma un desvío.- Anónimo

Meredith casi no dijo ni una palabra. Hubo un silencio bastante incómodo de su parte, pero sinceramente no me esperaba otra reacción. Creo que yo estaría igual que ella si hubiera sido al revés, y lo que más deseaba en ese momento, era poder arreglar las cosas con ella.
No esperaba tener el mismo vínculo de un día para el otro, pero esperaba que pudiera perdonarme, que no hubiera rencor ni tensiones entre ambas.

Ellis estuvo lúcida por un momento. Hacía tiempo no la veía, pero creo haber podido hablar con ella sin Alzheimer de por medio unos minutos. Eso cambió después de un rato. Me preguntó acerca de mi vida en Boston, lo cual le conté de los últimos años y después de un rato su lucidez se discernió.

-¿Y tú quién eres?-

-Soy Madison, mamá.- la miré con una mirada un poco más apagada que al inicio.

-¿Nos conocemos? ¿Eres cirujana?-

-Así es, soy cirujana general, como tú.- dije con una cálida sonrisa, pero de todos modos sabía que Ellis Grey, mi madre, ya se había ido.

-Eso es... fascinante, ¿cuál es tu nombre?- Sí tenía en cuenta que en la época que Ellis ejerció su profesión, no habían compañeras mujeres.

-Madison...- suspiré.

-Creo que nuestra visita fue muy larga ya.- dijo Meredith.

Asentí con la cabeza.

-Te veo mañana, ¿sí?- Saludé a mi madre. Esta asintió y Meredith y yo recogimos nuestras pertenencias y salimos de la habitación.

-¿Sabes? necesito algo de tiempo para aclarar mi mente. Sobre la situación.- dijo Meredith algo nerviosa.

-Está bien, tómate el tiempo que necesites y cuando estés lista, podemos vernos de nuevo- dije y sonreí levemente.

La rubia asintió y ambas salimos del lugar en diferentes direcciones.

Caminé unas cuadras lejos de aquel edificio (que comencé a odiar esa misma mañana), y en unos minutos me encontraba enfrente al Hospital Grace Seattle.
Millones de recuerdos se venian a mi cabeza, desde la sala de espera mientras esperaba que el turno de mi madre terminara, hasta cada uno de los accidentes que tuve en mi niñez y adolescencia.
Desde el momento en que tome el vuelo a Seattle, pensé en pedir un empleo allí, pero no estaba segura de estar lista.
Fueron muchos momentos, fue mi infancia.
Pero lo cierto es que nunca estamos listos.