𝑬𝒙𝒕𝒓𝒂𝒐𝒓𝒅𝒊𝒏𝒂𝒓𝒚- Grey's Anatomy fanfic [EN RE-EDICIÓN]

🔹️04

El dolor puede ser algo que todos tenemos en común, pero es diferente para cada uno. No es solamente la muerte la que nos duele, es la vida, la pérdida o el cambio. -Anónimo

Meredith me había pedido tiempo, y en ese momento sentí que no estaba dándoselo.
No quería fallarle de nuevo. Intentaría molestarla lo menos posible y evitar hablar con ella hasta que estuviera lista. Esa fue mi decisión final.

-No es justo, Bailey. Ella puede operar y nosotros no. No es justo.- gritaba el moreno, furioso.

-¡Karev! voy a arreglar esto, pero mientras tanto, te prohíbo que toques un paciente. Hasta que te controles.- respondía la morena.

Creo que iba a tener problemas con la doctora Bailey en ese instante.

-Doctora Grey.- la petisa me llamó enojada.

-Buen día, doctora.-

-No, no lo es. ¿quién te dio permiso para dejar a mi interna hacer una cirugía?-

-Fue algo sencillo, una apendicectomía. Y estuve a su lado todo el procedimiento.-

-Son internos de tercer grado, no están capacitados para...- se vio interrumpida.

-La doctora Stevens se vio muy capaz de realizar la cirugía doctora Bailey, de lo contrario, no se lo hubiera permitido. También es una forma de aprendizaje.-

-Voy a hablar con el jefe sobre esto.- dijo y se retiró antes de que pudiera decir una palabra.

¿Desde cuándo los residentes pueden hablarle así a un titular?
En Boston ni siquiera era imaginable.

Giré hacia el otro lado y fui a ver si mi paciente se había despertado.

-¿Ya se despertó?- pregunté a su pareja quien estaba sentada al lado de ella.

-Aún no.- respondió.

-Bien, en cuanto se despierte me llama, ¿está bien?- el hombre asintió y salió de la sala.

Mi localizador comenzó a sonar, era Webber, esa residente ya me había causado un problema en mi primer día. Refunfuñé y caminé hacia la oficina del jefe, molesta.

Golpeé la puerta y este abrió.

-¿Qué pasa, doctor Webber?- pregunté y noté que Bailey estaba adentro.

-¿Es cierto que dejaste a una interna realizar una cirugía?- preguntó mientras cerraba la puerta.

-Era una apendicectomía, estuve a su lado todo el procedimiento y ella se demostró capaz de hacerlo, lo hizo a la perfección.- aseguré -Si hubiese sido algo más complejo, lo hubiera hecho yo misma, no dejo a los internos operar si no están capacitados.-

-Bailey, ¿cuál es el problema?- preguntó Webber.

-Ahora, todos mis internos quieren hacer cirugías. No es algo que dejemos a los internos hacer habitualmente, ¿cierto, doctor Webber?-

-Además, creo es una forma de aprendizaje.- agregué.

-Estoy de acuerdo con la doctora Grey.- dijo este a lo que Bailey lo miró molesta y asombrada.

-Ellos necesitan más práctica, con cirugías simples como apendicectomías, siempre con nuestro control, por supuesto.-

Bailey no dijo ni una palabra y se retiró de la oficina. Sentía que todo estaba saliendo mal, que solo llegué a causar más problemas.

-Lo siento, doctor Webber, no quería tener problemas con nadie.-

-No te preocupes, así es Bailey.-

-Voy a volver al trabajo.- dije y salí de allí mientras Webber me miraba eufórico.

Caminé por el pasillo y encontré a Meredith saliendo de un armario con... ¿un titular? Eso sí que no lo esperaba este día.
Ella se giró y me vio, cruzamos miradas, igual ese chico con cabello perfecto. Decidí no molestarla y me di vuelta para caminar hacia el otro lado.

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POV: MEREDITH
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Acababa de hablar con Derek, lo conté sobre mi hermana y decidí darle una nueva oportunidad de entrar a mi vida, y poder salvar la relación.
Después de todo, la echaba de menos, ella era quien me prestaba su hombro cada vez que quería llorar.
Iba a ir a hablar con ella, pero en cuando me vió, se dio la vuelta.
¿Estaría enojada? no tengo idea. Pero fui detrás de ella, no quería perder ni un segundo más.

Derek y yo saldríamos esta noche después del trabajo, él me ayudó a aclararme.

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POV: MADISON
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Seguí caminando por el pasillo hasta que escuché la voz de Meredith decir mi nombre detrás de mi.

-Madison...-

Me di vuelta, de hecho, me esperaba que estuviera molesta, tan molesta que las ganas de asesinarme la vencieran, pero al parecer no fue así.

-Lo pensé. Lo pensé y he llegado a la conclusión de que, aunque me dolió mucho tu ida, no quiero perder un segundo más sin tener a mi hermana mayor, te extrañé mucho, y por favor no lo hagas de nuevo.-

Sus palabras salieron acompañadas de algunas lágrimas y lo único que pude hacer fue abrazarla. Abrazarla para no dejarla ir nunca más.

-Te prometo que nunca no. Ya no voy a huir de mis problemas, como mamá. No pienso seguir sus huellas, porque indican lastimarte. Te pido disculpas.-

Nos dimos un abrazo, uno de los más cálidos abrazos, de los que no cualquiera puede darte. Me sentía tan feliz, que agradecí a aquella mujer por llamarme y regresar a Seattle.

-Bien, Mer. Te dejo mi número está en este papel, y si necesitas algo, en cualquier momento, me llamas, ¿okay?- dije mientras le entregaba el pedazo de papel, viendo hacia los costados. Seguro si alguien nos veía estaríamos en problemas.

-Bien, ahora debo irme porque Bailey me va a asesinar.- dijo riendo mientras se daba vuelta y se iba.

Por primera vez en mi vida me sentía bien, ese sentimiento de que todo estaba mal se había desvanecido. Aunque seguramente regresaría en cualquier momento...