Fénix Mensajero

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[...] El señor Graves me permitió conservar a un wampus en mi maletín, aún está asustado y no confía en mí pero sé que lo hará pronto, es casi un cachorro debido a que su familia fue asesinada por cazadores. Creí que lloraría en cuanto lo encontramos pero en cuanto el señor Graves me abrazó me sentí mejor.

Hablando de eso, también debo devolverle su gabardina, me la prestó para envolver en ella al wampus. Aunque en su lucha desgarró un poco la tela ¿Cree que debería comprarle una nueva? [...]

Albus soltaba una que otra sonrisa al leer la carta de uno de sus estudiantes favoritos, acarició la tinta escrita con letra apresurada y chorreada a veces en algunos bordes. El mago se preguntó si Newt alguna vez se daría cuenta de sus propios sentimientos, o que si era consiente de ellos se daría cuenta de los de Graves.

A Albus le fue suficiente una visita para notarlo, aunque las cartas ya eran demasiado sugerentes al respecto. Aquella ocasión en la que Newt resultó herido en combate, él se había encargado de llevarse a todas las criaturas a su habitad natural reservada en Escocia; pero no le impidió ir a darle un vistazo a su joven amigo. Al llegar al hospital tomó una de las manos de Newt y la acarició con su pulgar con un suave masaje.

-Yo me encargo, Newt –dijo con voz suave. La puerta se abrió de golpe dejando ver al auror que pasó su mirada de Albus a Newt. Se portó diplomático pero eso no eliminaba la tensión de sus hombros. Albus tenía unas increíbles ganas de burlarse por tal desplante infantil, pero se contuvo –buenas tardes, director –

-Albus Dumbledor –fue su tajante saludo.

-Newt es fuerte, saldrá de esto en poco así que no se agobie. Hay situaciones de estado que necesitan su atención –dijo Albus con una mirada que sirvió apenas como sedante para la inmensa preocupación del otro hombre –hizo suficiente ayudándolo –Graves levantó la mirada sorprendido de que supiera que él lo defendió.

-¿Cómo...? –

-Que tenga buena tarde, director Graves –dijo con una sutil sonrisa retirándose de la habitación y posteriormente del hospital.

Cada carta que llegaba empezaba y terminaba con: El señor Graves me dijo, el señor Graves me dio, el señor Graves es genial... Solo haciéndolo sonreír por la manera en que inconscientemente Newt expresaba lo mucho que le gustaba el auror.

Tras terminar de leer la carta comenzó a preparar la contestación, no sabía si debía hacerle de conocimiento a Newt sus propios sentimientos o los de Graves. Conociendo la actitud distraída de su antiguo alumno, supuso que lo mejor era darle algunas pistas hasta que lo resolviera; después de todo, es un chico listo. Por otro lado, la actitud reservada de Percival Graves le daba la idea de que era un hombre fiero en batalla pero tímido con sus sentimientos, tal vez ni él estuviera consiente de los sentimientos de Newt.

Tomó la pluma en su escritorio y la entintó. Primero decidió escribir esa pequeña nota antes de responder la carta.

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Era común que por la MACUSA se paseara una que otra criatura mágica por los pasillos, desde que llegó Newt. Pero era realmente sorprendente cuando entre las lechuzas mensajeras se alzaba la majestuosa figura de un fénix graznando por el receptor de su mensaje.

Siempre era Newt. Graves no podía evitar sentir una leve punzada en el pecho al ver la felicidad y los movimientos ansiosos de Newt cada que llegaba una carta de aquel fénix; pues eran cartas de su antiguo profesor y amigo Albus. Para Percival era un hombre egoísta y quizá tan manipulador como Grindelwald por haber puesto a Newt en peligro.

Newt es fuerte. Le había dicho en alguna ocasión. Pero eso no significaba que no pudiera salir lastimado.

Aunque admitía que, aquella imprudencia y deseos constantes de ayudar, sea cual fuera el costo, solo hacían que su corazón se calentara más y más en favor del magizoólogo.

Vio a lo lejos mientras ignoraba sutilmente a Seraphina como Newt recibía al fénix quien se posó en una silla de escritorio levantando la pata. Newt le sonrió acariciando un poco su pico y luego dándole algunas hierbas para que comiera. Newt se retiró a su oficina siendo seguido de cerca por el ave Fawkes mientras leía la carta.

Leer sobre su querida escuela lo hacía sentir en calma como si recordara cada aventura que tuvo con Letha y algún animal nuevo en el bosque prohibido; la epístola paso de los avances de sus alumnos junto con la sorpresa de que se asignaría un nuevo director y él había sido uno de los postulantes.

La sonrisa de Newt se amplió conforme; no creía que hubiera otro más capacitado para dirigir y proteger el castillo.

Todo estaba bien hasta que llegó al último párrafo.

[...] Mi recomendación seria que le compraras una nueva, quizá el wampus ya se haya familiarizado con el aroma de la gabardina y no quiera soltarla. Son territoriales, como sabes. Aunque esa criatura y el director Graves tienen ciertas similitudes, podrías incluso proveerle otra.

Las parejas de wampus gustan de marcar a su contrario para evitar a otros depredadores e incluso aquellos que intenten robarle a su amante. [...]

Albus claramente quería decirle algo, casi siempre que hacía algo así daba la apariencia de que se burlaba de él. Era algo que solía molestarle a veces ¿por qué no le decía las cosas en lugar de confundirlo? Miró a Fawkes quien esperaba a que le diera una contestación.

-Tu amo es muy raro –dijo Newt extendiéndole un poco más de alimento al ave quien gustosa lo tomó. Albus le permitía al fénix llevar sus cartas solo a Newt porque estaba seguro de que no le haría daño.

Escribió rápidamente su contestación y la ató a la pata del fénix quien una vez con ella alzó vuelo pasando por concurridos pasillos sin importarle los ajetreados trabajadores quienes solo podían agachar la cabeza para evitar ser golpeados por las alas del animal.

Sin embargo, contrario a cualquier pronóstico, el ave no se fue sino que se elevó hasta llegar a una oficina solitaria donde se encontraba Percival. Fawkes se internó en el lugar con aire arrogante sin importar cuantos papeles salieran volando de su lugar por su causa.

Graves levantó la mirada para ver al ave quien le extenía una pata donde estaba un trozo de pergamino enrollado con su nombre escrito. Confundido, desató la hoja y antes de poder hacer algo el ave alzó vuelo yéndose del recinto.

El auror desenrolló la nota tocando en el proceso la perfecta caligrafía de su destinatario.

"El valor no siempre radica en la fuerza, sino en nuestra capacidad de arriesgar a pesar de salir herido"

-A. Dumbledor-

Percy apenas leerlo frunció el ceño confundido ¿qué mierda significaba?

¿Era un insulto? ¿Lo había llamado cobarde? ¿O el mago inglés sabía algo que él no?

.

En esta ocasión no pensaba responder la carta de su ex alumno, al menos no pronto. Decidió dejar descansar al fénix de sus largos viajes mientras él se decidía en qué hacer.

Claramente y por la contestación de Newt, no había entendido el mensaje. Soltó un suspiro frustrado, siempre le habían dicho que daba vueltas innecesarias a las cosas cuando él solo quería decir la verdad pero esperando que las personas se percataran por ellas mismas.

Consciente de que Newt y posiblemente tampoco Graves se fueran a dar cuenta, decidió escribir en contestación una simple nota.

En esta ocasión requería no ser sutil. Tal vez si él no hubiera sido cobarde, si Gellert se hubiera permitido salir de la arrogancia quizás... solo quizás ellos podrían estar juntos ahora y no con el mago que robó su corazón en aquel frío castillo de Numengard. Si alguien hubiera sido directo con ellos quizá seguirían juntos.

Newt no merecía eso, merecía ser feliz. Él sería la señal que necesita para dar el salto de fe.

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Gracias por leer. Se aceptan comentarios positivos, constructivos...

Ya casi terminamos, solo unos tres más y sha! Nos leemos en el siguiente!

CaocHatsune.

Lo Que Nadie DiceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora