Percival se encontraba caminando por la MACUSA tras la inspección que se hacía cada año, lo que significaba que sus superiores debían tomar nota de si consideraban apto a Graves y a la Presidenta los magos correctos para el trabajo. Ninguno de los dos les había fallado en todos sus años de servicio así que los invitados pasaban de todo y todos anotando lo mismo de siempre.
-Se les capacita con los últimos y más modernos hechizos de artes oscuras previendo que no tengan inconvenientes frente a magos oscuros –explicó Graves señalando aquel espacio de entrenamiento. Sacó su reloj para ver la hora un segundo esperando que el recorrido terminara pronto, sin ver como aquel brillante oro atrajo la atención de una adorable criatura que aburrida de estar en la maleta de Newt se escapó para echar un vistazo.
En su recorrido había conseguido una moneda, dos pulseras de plata y un lindo envoltorio dorado que perteneció a un chocolate. Pero aquel artefacto de la más fina manufactura –a primera vista –fue deseado por el lindo escarbato bebé que apuró su paso hasta llegar al grupo de cinco magos que conversaban.
Sus ligeras patitas fueron imperceptibles para Graves quien apenas y sintió un extraño tirón en su pantalón pero fue ignorado.
-Y por sobre todo, el dinero que se le provee a esta institución se ve bien reflejado en cada habitación y alarma que se encuentra en el edificio –dijo con total seriedad –no encontrarán nada fuera de lo usual aquí –
En unos pasillos a lo lejos corrían Tina y Newt a punto de resbalar por el piso encerado buscando con la mirada aquel peludo bribón. Esos días habían sido agotadores para ambos después de que clausuraran un mercado donde traficaban con criaturas mágicas. Así que en lo que ambos realizaban informes y papeleo se habían quedado dormidos.
Solo hasta un par de horas después que escucharon a una de sus compañeras hablar desesperada por no encontrar la pulsera que le había heredado su abuela, Newt revisó en la maleta sin encontrar a uno de los bebés escarbato. Tina y Newt se miraron un par de segundos comprendiendo la situación saliendo despavoridos de la oficina.
Ahora recorrían la MACUSA de arriba hacia abajo sin éxito. El pequeño escarbato jugueteaba en la bolsa del saco de Graves acariciando el reloj, fue en ese instante que el director percibió algo fuera de lo normal al querer ver la hora y sentir una bola peluda en su mano. Tiró de la cadena que lo conectaba con su pantalón sastre para dejar colgando ante sus ojos el reloj al que se aferraba aquella tierna criatura.
-¡Por Merlin! ¿Qué es esa cosa? –preguntó uno de los supervisores. Era claramente retórica, los escarbatos eran considerados una plaga como las ratas para los no-maj, sin embargo Percival decidió responder.
-Un escarbato, debió escapar de nuestro experto en leyes para la protección de criaturas mágicas –dijo acunando en su mano al escarbato quien miró al auror como si no pudiera lastimarlo en cualquier instante. Se sintió reconfortado con su calor acurrucándose en su mano.
-No sabía que existía esa división –
-Es reciente, tras los acontecimientos de Grindelwald hace un par de años –dijo acariciando el pico del bebé quien pareció ronronear con gusto ante la caricia.
-¡Silver! –gritó Newt al otro extremo del lugar llamando la atención de más de uno, aunque todos ya estaban acostumbrados a ese tipo de cosas, la presencia de los supervisores los ponían de nervios –ahí estas... Pequeño ladrón, quieres matarme de un susto –dijo Newt con confianza sin percatarse del hombre que lo sostenía.
-¿Necesita otra cerradura, señor Scamander? –la voz de Graves sacó de su estado a Newt quien enfocó al auror pulcramente vestido frente a él sintiendo su garganta atrofiarse.
-Y-yo... él... no es que... -Percival le quitó con suavidad el reloj al escarbato para entregarlo entre las manos del magizoologo bajo la atenta mirada de Newt y de la criatura. Graves hubiera querido reír de la similitud que tenían ambos con esa mirada brillante tan linda; pero no debía cambiar su temple frente a esos hombres y mucho menos frente a sus subordinados.
-Tenga más cuidado –dijo con firmeza pero con amabilidad no común en él. Newt sintió su rostro arder de vergüenza frente a su amor secreto provocando una levísima sonrisa en el estadounidense.
-Lo siento... -
-Tranquilo, no soltaste a un dragón así que... -Newt soltó una corta carcajada que fue una caricia en los oídos del auror –además, este amiguito no es tan malo –dijo acariciando su cabeza con un dedo.
-Disculpe pero ¿Acaso es usted el héroe de guerra Scamander? –preguntó uno de los supervisores provocando una mirada cansada en Newt. Siempre preguntaban si era Theseus y se decepcionaban al saber que no.
-Lo es, peleo contra Grindelwald y salvó al mundo mágico estadounidense de su exposición a los no magos –dijo Graves con firmeza llamando la atención de más de uno, incluido a Newt quien estaba estupefacto secretamente feliz por la pasión impresa en sus palabras –y ahora nuestro experto en leyes para la protección de criaturas mágicas, ya puedes retirarte Newton, seguro tienes trabajo –dijo.
-S-sí, claro. Me retiro –dijo casi corriendo de ahí sintiendo su corazón golpear bruscamente contra su torax. Estaba tan feliz.
.
Revisando algunos casos en su escritorio escuchó algo pequeño que caminaba por su oficina, se agachó para ver en su rodilla al bebé escarbato que hace unos días había puesto en aprietos a Newt y Tina. Lo acunó en sus manos dejándolo en su escritorio.
-Dime, ¿viniste porque quieres esto? –preguntó Graves mostrándole el reloj, sin embargo la criatura lo que hizo fue brincar hacia su pecho y resguardarse en el bolsillo interno de su saco. Se mostró confundido porque ahí no tenía nada brillante, de hecho no guardaba nada ahí. Así que al ver al escarbato lo notó muy cómodo acurrucándose contra su pecho.
Definitivamente esa criatura le recordaba un poco a Newt.
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Lo Que Nadie Dice
Fiksi PenggemarHay cosas en la MACUSA que todos saben, pero que nadie dice. Una de esas cosas es la manera en que Percival Graves ve a Newt Scamander o la forma en que Newt se sonroja cerca de Percival. Es algo que todos saben pero nadie dice... aunque alguien deb...