Siempre he creído, y sigo creyendo, que la imaginación y la fantasía son muy importantes puesto que forman parte indisoluble de la realidad de nuestra vida.- Ana María Matute
Hermosa portada hecha por: @fxrnweh_l
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CONTENIDO SENSIBLE +18
ESTAS APUNTÓ DE LEER SOBRE UN TEMA MUY DELICADO.
(La canción le da otro efecto, si no puedes reproducirla es: Chopin Nocturne un C sharp Mino N.20 la duración de una hora)
Eran las cuatro con quince de la mañana, todo parecía que sería una noche normal y tranquila, la lluvia caía en las calles de Seul tranquilamente y justo cuando un trueno iluminó todo el cielo un grito desgarrador de nuevo se hizo presente provocando que los chicos se levantaran rápidamente al saber de quien venía.
—Dan.—el americano la tenía tomada de los hombros. —Dan, despierta, ¡DAN!—su grito fue lo que hizo que la chica despertara, sus ojos estabas rojos, su respiración era agitada, Johnny la abrazo para que se calmara pero eso provocó que la chica llorara mucho más.—Esta bien, Dan, ya paso, estas aquí con nosotros. Tranquila.
Los demás solo veían la escena sin entender, su amiga, su niña lloraba desconsolada y ellos no sabían cómo ayudarla.
Unos minutos después la chica por fin pudo encontrar paz, sus ojos estabas hinchados de tanto llorar, su rostro reflejaba tristeza, esa no era Dan la chica alegre y con vida, parecía una persona totalmente diferente.
—Perdón por despertarlos.—se disculpó con ellos pero sin verlos a los ojos.
—¿Qué es lo que pasa, Dan? —el japonés pregunto.
—No pasa nada, fue solo una pesadilla y los truenos me espantaron solamente. —-trato de zafarse del tema pero estaba muy equivocada si creía que eso pasaría.
—Dan.—el mayor, Taeil, tomó su mano transmitiéndole paz y confianza.—Te queremos ayudar pero no podemos si no nos dice que es lo que pasa. —la chica que ya momentos antes se había calmado de nuevo volvía a suspirar con pequeños sollozos.—Nada te dañara, Dan, estamos contigo.
La chica negó limpiándose las lágrimas.
—No tengo miedo de que me hagan daño, tengo coraje por no hacer nada, estoy enojada conmigo misma porque si hubiera echo algo ahora no estuviera así y él seguiría conmigo.—sollozo tomándose la cara en las manos.
—¿Podemos saber de quien hablas? —no querían ser entrometidos pero querían ayudarla, de verdad querían que ella tuviera paz.
Marzo 2006
Una niña de siete años jugaba en la arena de la playa, su padre disfrutaba el sol tranquilo y sin preocupaciones, un niño de nueve años de acercó a la niña con intenciones de jugar con ella.
