Eva ( Hazbin Hotel × Oc )

19 parte

Su aura se transformó en una horriblemente peligrosa y el sonido de una radio rota inundó el lugar.

Me aparté de él y lo solté, estaba harta de sentirme atrapada y en continuo peligro. Salí de la habitación ignorando la voz de Alastor susurrando mi nombre.

¿A que se refería con recordarlo? ¿Acaso nos habíamos conocido? Suspiré, el infierno y los demonios eran difíciles de llevar, caminaba por el pasillo cuando choqué con Charlie sin darme cuenta:

- Debemos dejar de encontrarnos así. ¿ Estas bien ? - la pregunté

Ella sobo su cabeza algo adolorida pero finalmente me dedicó su mejor sonrisa. No podía evitarlo, Charlie era la viva imagen de Lucifer cuando era un ángel:

- Estoy bien. ¿Eva ocurre algo? Llevas mirándome fijamente algunos minutos - preguntó sonrojada por mi mirada

Volví a mis sentidos y asentí con la cabeza dos veces. Tras esto simplemente me levanté y me marché, la tenía mucho cariño pero no podía evitar ver a Lucifer en ella y eso me molestaba.

Me encerré en mi habitación y me deje caer sobre la suave cama cuando escuché como Angel me pedía salir de fiesta:

- Vamos Eva cariño, estoy aburrido llevamos días sin salir, he oído que Valentino se ha retirado un tiempo así que estaremos bien - suspiró - Llevo semanas sin sexo.

Apreté la almohada contra mi cara frustrada, desde que ayudé a Ángel aquella noche este no había parado de seguirme a todas partes:

- Métete un palo por el culo Angel - conteste enfadada

Este sonrió de lado con los brazos cruzados y apoyado en el marco de la puerta sin intención de irse:

- métemelo - dijo en un tono sugerente.

Gruñí desesperada y acepté su propuesta siendo consciente de que no pararía sus chistes sexuales hasta que accediese.

Me coloqué un vestido negro algo ajustado y unos tacones y salí de la habitación, el conjunto fue el regalo de Valentino por mi primera actuación. Ángel estaba fuera fumando y abrió sus ojos al verme:

- Wow en verdad vas a hacer que dude de mi sexualidad muñeca.

Suspiré y pedimos un taxi, el trayecto consistió en continuas insinuaciones por parte de Angel hacia el conductor y alguna que otra broma.

Bajamos en un club que acababan de inaugurar. Simplemente desde fuera podía oírse el ruido y los gritos de dentro. La verdad era que no me apetecía entrar, pero ya llegados a ese punto no podía volver a atrás por lo que simplemente seguí a Angel dentro que parecía completamente excitado por la emoción y movía sus caderas de un lado a otro.

Nada más entrar el arácnido demonio se perdió entre la multitud. Aburrida avancé hasta la barra y pedí un Martini mientras prendía un cigarrillo.

Entonces un demonio de aspecto varonil que llevaba mirándome desde que entré se acercó a mí:

- ¿Cuánto cobras? - preguntó apoyando su mano en mi muslo

- Más de lo que tú me puedas ofrecer - contesté pegándole una calada al cigarro

- Oh vamos podemos divertirnos, no te hagas la difícil... - dijo acercándose a mí

Estuve a punto de matarlo por segunda vez, cuando alguien posó su mano en mi hombro y añadió un " está conmigo " haciendo que el demonio se marcharse temblando.

Me giré viendo de quién se trataba y chasquee la lengua al descubrir que mis suposiciones eran ciertas:

- Cuanto tiempo Eva ... Desde aquella noche en mi club.

Tomó asiento a mi lado con sus ya típicas gafas rosas en forma de corazón y una sonrisa burlona:

- Así que lo sabías Val...

Terminé lo que quedaba en mi copa, Angel me había prometido que Valentino no se encontraba en la zona:

- Oh por supuesto pastelito, eres la única que actúa así, te conozco desde hace algún tiempo - rió - creo que es hora de que dejes de jugar y vuelvas conmigo ¿Ya te has divertido suficiente?

Se acercó aún más a mí y agarró mi cara, estaba enfadado, esto era raro de ver en él. Normalmente solía ser alguien bastante juguetón y pasota, pero todos los que lo habían enfadado, ya no se encontraban a allí. En cierto modo daba miedo:

- No jodas Val es hora de que me dejes en paz, estuvo bien que nos divirtieramos juntos unos años, eso ya ha acabado. Encuentra a alguien más a quien fastidiar.

Su sonrisa se descolocó transformándose en una mueca terrorífica digna de un demonio de alto rango, de la misma forma intensificó su agarre:

- ¿ Crees que fue tu puto juego Eva ? Tú me perteneces y va siendo hora de que lo entiendas.