24 parte

8.7K 1K 168
                                    

Lo miré asqueda, no quería cumplir nada de lo que me pidiese, sin embargo, había comprendido que quedarme en el infierno no me ayudaba.

" Huyes de él " me dijo una voz dentro de mi. ¿ De él ? ¿ De quién exactamente ? En el fondo lo sabía pero no quería admitirlo. Alastor había conseguido influenciarme. Tenía miedo de recordar algo que solo iba a traerme más dolor. No quería seguir desperdiciando mi tiempo y mi salud mental. Quería huir:

- Está bien, dime qué quieres Stolas - dije apartando la mirada.

Me sentía humillada, tener que rendirme ante alguien de esa manera me hacía sentir débil pero... ¿ Que otra oportunidad tenía ? Stolas era fuerte, no solo fuerte. Su influencia en el infierno era enorme. Sin embargo, algo que no entendía era su obsesión conmigo.

Los ojos de el demonio búho brillaron de emoción y un sonrojo se hizo presente en su rostro:

- Pasa tres noches conmigo. - añadió en un tono sugerente.

Bajé la mirada asintiendo y Stolas sonrió de lado. Había logrado lo que quería. Sin embargo, no había sido del todo sincero sobre sus intenciones.

Desde la primera vez que me conoció se quedó prendado, era una sensación complicada de explicar, lo que tenía claro era que me quería para él, quería convertirme en su esclava sexual y que le rogase por mi libertad. Solo pensarlo se excitaba. Aun así yo no me daba cuenta de ello.

Salimos de la habitación en silencio, él me cogió de la cintura. Veía sus ojos mirarme con excitación igual que la primera vez que nos conocimos.

Bajamos a la planta baja y estuvimos a punto de abrir la puerta cuando el  sonido de una radio vieja inundó el lugar.

En frente nuestro apareció Alastor, su cara se encontraba oscurecida y el sonido que provocaba se hacía cada vez más insoportable a medida que avanzaba hacia nosotros, tango que tuve que tapar un poco mis oídos. Estaba enfadado y era la primera vez que lo veía así. Sus ojos amarillos resaltaban muy abiertos acompañados de una feroz sonrisa.

Giré mi cabeza hacia Stolas, este se encontraba tranquilo. No me sorprendía mucho pero me seguía pareciendo alucinante su calma frente a la situación y dado que Alastor no era cualquier demonio:

- ¿ Qué se te ofrece ? - habló por fin el demonio de la radio.

Stolas sonrió y me acercó aún más a él cosa que hizo que Alastor erizara su cabello:

- Tenía asuntos pendientes con Eva. Ella pasará un tiempo conmigo ¿ Verdad ? - preguntó casi en un tono amable

Mi mirada seguía fija en el de cabello rojizo su cara indicaba querer matarnos:

- S-si - tartamudeé sin darme cuenta

Stolas sonrió de nuevo con superioridad y volvió a pegarme a él abrazándome delante de Alastor. Mi cuerpo se tensó al sentir el aliento del demonio en mi cuello.

Intenté apartarlo de mi, pero no pude, por lo que acabé resignandome:

- Lo siento pero Eva no puede ir a ningún lado.

Avanzó de tal manera que pareció teletransportarse y agarró la mano de Stolas apartandola de mi.

Después me miró, parecía querer arrancarme la cabeza en ese preciso instante:

- Si te vas, los aniquilo a todos

Me zafe de sus manos y agarré un cuello de su chaqueta. Un aura oscura me envolvía y mis ojos cambiaron de color a negro:

- No se te ocurra tocarles un pelo.

Y era cierto, había acabado cogiéndoles cariño a todos allí. Solía pasar tardes enteras bromeando con Husk y Niffty mientras el demonio gatuno les ofrecía bebidas cada vez más fuertes. Consideraba a Charlie una hermana pequeña y a pesar de que Vaggie y yo discutíamos a menudo ambas nos apreciabamos en el fondo y solíamos ayudarnos disimuladamente.

Sin embargo, si había alguien a quien le había cogido especial cariño, ese era Angel. A menudo solíamos bromear, sin embargo, ambos no sentíamos solos. Solo nosotros entendíamos como se sentía el otro. Angel solía contarme anécdotas de cuando estaba vivo y yo solía contarle las mías, no era mucho, pero era especial. Planeaba ayudarlo a escapar conmigo al mundo humano encontrando alguna manera en la que volviésemos a ser humanos.

Sacudí mi cabeza ante la idea de perderlos a todos, en especial al demonio arácnido. Alastor mantenía su sonrisa, este vez con la boca cerrada. Parecía orgulloso de haber dado en el clavo.

Apreté el agarre e hice que se inclinase hacia mi:

- Voy a cortar tu cabeza si les haces algo.

Stolas miró molesto la situación, se le habían adelantado y eso no le gustaba. Lo miré y le aclaré con un gesto de la cabeza que se marchase.

Alastor por fin relajó su aura al conseguir lo que quería.

Eva ( Hazbin Hotel × Oc ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora