23 parte

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El demonio de la radio me miraba con superioridad mientras yo trataba de reincorporarme sin mucho éxito:

- ¿ Que me has hecho ? - pregunté llevándome una mano a la cabeza - ¿ Que eran esos recuerdos ?

Alastor afiló su mirada, lo cierto era que apenas recordaba lo ocurrido en la tierra. Todo estaba borroso. Sin embargo, pude notar algo en la mirada del chico que apareció en mis recuerdos. Dolor, tanto dolor que consiguió oprimir mi pecho. Su mirada antes de morir parecía una mezcla entre desprecio y amor. Era una sensación tan extraña que no era capaz de explicarla. ¿ Quien era esa persona y por qué me hacía sentir así ?

Alastor se levantó del sillón en el que se encontraba, dejando el libro que leía en una pequeña mesita al lado de la cama sin contestar mis preguntas.

Me miró desde arriba y juré que pude ver cómo sus ojos se volvían mas amenazantes y brillantes. Alzó una mano y yo cerré mis ojos con fuerza teniéndome lo peor, estaba débil y no podía defenderme en ese momento. Sin embargo, al notar no nada los volví a abrir percatandome de que ya no se encontraba en la habitación.

Suspiré algo más tranquila y eché un vistazo rápido al libro que Alastor leía. " Clavicula Salomonis " leí en la tapa del libro.

Ladeé la cabeza, un grimorio anónimo del siglo diecisiete. ¿ Murió por practicar artes oscuras ?

Varios demonios solían obsesionarse con las cosas que los mataron, quizá Alastor no era diferente.

Alguien interrumpió mi trance gritando mi nombre desde la planta de abajo, Era Angel:

- ¡ Eva hay alguien preguntando por ti en la puerta, deja de revolcarte con el venado y baja !

Apreté el puño jurando que cuando bajase lo volvería a matar. Corrí rápido hacia mi habitación colocándome lo primero que encontré y bajé. A decir verdad todo en mi era un desastre y no me apetecía bajar. Pero si de algo pequé siempre, fue por ser curiosa.

Avancé hacia la puerta encontrándome a Huks y Niffty con una rara expresión en la cara. Abrí la puerta y al ver de quién se trataba el demonio que se encontraba al otro lado, por poco la cierro de nuevo entendiendo el motivo de las expresiones de mis compañeros:

- Stolas... ¿ Cuanto dinero has gastado para encontrarme ? - reí

El acomodó sus plumas con elegancia y una mirada lasciva que hizo que un hormigueo recorriese mi cuerpo. La vez que me acosté con él fue un error que me carcomía por dentro. No me arrepentía, pero en ese tiempo no era consciente del poder que el tenía:

- El suficiente ¿ Me dejas pasar querida ? He traído algo que podría interesarte.

Algo incrédula lo deje pasar, ¿ Donde estaban todos cuando más los necesitaba ? Quedarme a solas con él hacía que mis sentidos estuviesen alerta.

Pensé en ir al salón, sin embargo, rápidamente descarté la idea. Parecía tener algo importante que decirme por lo que le indiqué el camino a mí habitación, pensando en no ser escuchados por nadie.

Él entró en silencio y comenzó a pasear por ella mientras observaba todos los objetos de esta. Rápidamente llegó a una vieja estantería en la que guardaba varios dibujos que hice de Lucifer durante mi tiempo en la tierra. Por alguna razón pude conservarlos después de mi muerte.

Le aparté de aquel lugar y le invité a sentarse encima de mi cama puesto que no había más lugares:

- ¿ No crees que es un poco atrevido invitar así a alguien a tu cama ? - preguntó con las mejillas sonrojadas y los ojos puestos en mi

- Déjate de tonterías y dime a qué has venido Stolas.

Rápidamente su expresión cambió, se volvió más seria y desabrochó uno de los botones de la camisa que llevaba puesta.

Por alguna razón sus gestos me recordaban a los de Angel y sonreí inconscientemente por ello:

- He encontrando la forma de volver a la tierra para ti y recuperar tus recuerdos allí - aseguró de pronto

Mi sangre se heló y abrí los ojos por la sorpresa de tal aclaración. Sabía que no era imposible, pero sí que era sumamente difícil conseguir algo de ese calibre.

Sonreí de lado, había oído que el único capaz de ello era Lucifer por lo que le pedí que me mostraste una prueba de ello.

El sonrió y sacó de un pequeño bolso un libro. Rápidamente lo reconocí. No mentía, ese libro en verdad podía llevarme de vuelta al mundo humano y hacerme recordar.

Alargué mi brazo para poder agarrarlo pero Stolas lo apartó con una sonrisa coqueta:

- ¿ Crees que voy a dartelo gratis pequeña ?

Volví a tratar de cogerlo fallando nuevamente en el intento y cayendo sobre el demonio búho por culpa de él mismo:

- Tendrás que cumplir unos requisitos.

Eva ( Hazbin Hotel × Oc ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora