31 parte

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Desperté aún cansada del día anterior. Angel había pasado toda la noche en mi habitación preguntándome que había hecho el tiempo que no estuve allí.

Bajé las escaleras y justo en la cocina vi a Alastor, estaba hablando con Husk, este parecía alterado. No conseguía escucharle por lo que simplemente opté por cortar la conversación y posicionarme delante de él ocultando al demonio de aspecto gatuno detrás mío:

- ¿ Ocurre algo ? - pregunté sin más

Alastor giró un poco la cabeza observando a Husk. Yo hice lo mismo, este estaba nervioso y a penas podía mirarme a la cara directamente. Con la mirada le dije que se marchara y este asi lo hizo, de todas formas tenía que hablar con Alastor en privado:

- Me alegro de que volvieses querida - añadió en demonio de la radio con las manos en la espalda y una mirada altiva

- Y yo de volver, oye escucha... He recuperado la memoria, recuerdo todo. He esperado el momento exacto para decirte esto.

El de pelo rojizo comenzó a avanzar hacia mí sin cambiar su tenebrosa sonrisa y postura rígida:

- Oh vaya... Me alegro por eso cariño

Al escuchar sus palabras me quedé petrificada ¿ No le importaba ? ¿Tanto misterio con ello para que le diese igual?

- Creo que no me he explicado bien, recuerdo todo, incluida nuestra relación - contesté riendo, no podía creerlo.

El sonrió de lado y ladeó la cabeza dando a entender que no comprendía el motivo de mi confusión:

- Oh lo he entendido ¿ Pasa algo con ello ?

Abrí grande los ojos y apreté los dientes con fuerza. Salí de la cocina y ví en frente mío un cuadro, en el se encontraban Charlie, su madre y Lucifer, con esa estúpida sonrisa burlona que lo caracterizaba. Estaba tan furiosa que sentía que ese cuadro estaba allí para burlarse de mí. Lo miré unos segundos para después romperlo en dos y marcharme.

Vague sin rumbo algunas horas. Metiéndome por callejones y esnifando sustancias que me ofrecían en estos sitios. Al final pude ver un club a lo lejos de una calle, no sabía cuántas horas habían pasado y cuan lejos estaba del hotel. Ahora prefería no haber recordado nada, la mirada tan indiferente de Alastor me quemaba por dentro. Parecía haber perdido todo el interés que tenía en mi.

Entré en el lugar, todo estaba oscuro y lleno de gente que bailaba al ritmo de la música. Yo me acerqué a la barra apartando a varios demonios que habían tratado de acercarse a mí con dobles intenciones y pedí lo más fuerte que tuviesen en aquel lugar. Una vez me lo sirvieron tomé la copa y lo bebí de un trago. La mezcla de sustancias comenzaba a hacer efecto. Todo a mi alrededor daba vueltas.

Sentía mi cuerpo cada vez más pesado y estuve a punto de caerme cuando alguien me sujetó. Yo reía descontrolada mientras intentaba enfocar quien había sido la persona que me había ayudado:

- ¿ Eva ? ¿ Que haces aquí ? Me dijeron que te habías marchado - dijo una voz familiar mientras yo continuaba tratando de enfocar su cara

Sonreí aún en su brazos y acaricié su pecho de manera sugerente:

- Y así era, pero volví, porque da igual donde vaya la mala suerte me acompaña.

Grité mientras saltaba la barra del bar y cogía una botella de Whisky para comenzaba a beber a morro mientras  reía a carcajadas:

- Eva no estás bien, deberíamos salir de aquí. Nunca te he visto y así.

Yo me volví a acercar a él con la botella en la mano, el trataba de agarrar mi brazo para sacarme del lugar. Yo seguía sin saber quién era y eso me ponía nerviosa pero estaba tan estresada y desesperada que solté su agarre de mala manera:

- Mira no sé quién eres y tampoco me interesa pero llevo un día de mierda - hice una parada para tomar un trago de la botella - aunque pensándolo bien no es sólo un día, es toda la vida. Cuando creo acercarme a algo parecido a la felicidad está se aleja más y me da otro golpe. Se que mis pecados no se pueden redimir, pero padre comienza a ser muy cruel conmigo.

Comencé a llorar involuntariamente estampando la botella contra el suelo, llamando la atención de todos en el lugar. Todos me miraban y susurraban cosas mientras se apartaban de mi, no conseguía ubicar los rostros y todo giraba a mí alrededor. Caí al suelo, mis piernas temblaban:

- ¡¿ Que miráis ?! ¡Voy a arrancaros la cabeza!

Entonces él sujeto que antes había hablado conmigo me abrazó y me ocultó entre sus brazos acariciando mi cabeza mientras susurraba que todo iba a estar bien.

Al principio trate de soltarme, pero al final simplemente me rendí y continúe llorando en su pecho.

Él agarró mi mano, era cálido. Se dispuso a sacarme del lugar cuando otra persona me agarró de mi otro brazo impidiéndolo:

- Eva vamos a casa.

Eva ( Hazbin Hotel × Oc ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora