Reencuentro

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-¿Tú también quieres irte a la tierra? –Cuestionó una impecable Lady Une, tras el escritorio.

Duo asintió con la cabeza, mirándose sereno, asustando un poco a la preventiva. No había terminado de acostumbrarse a ese nuevo carácter tipo mercenario que tenía Duo, y comprendía perfectamente el hecho de que Wufei decidiera pedir un cambio a la tierra.

-Tengo dos oportunidades de cambio ahora que soy N5. –Exclamó, sombrío. –Nunca te he pedido uno.

-Sí, lo sé. –Suspiró. –Dime, ¿por qué la tierra?

-Porque me mudaré allá.

-¿Cómo? ¿Estás seguro?

-Sí.

-Bien. –Se recargó en su asiento, con la vista puesta en el muchacho, mientras garabateaba una firma de autorización. –Te reportarás allá con Sally Po en cuanto llegues.

-Entendido.

-Te deseo mucha suerte, Duo Maxwell, en cual sea la razón por la que te marchas.

De repente, en la azulada mirada del preventivo se asomó un dejo de tristeza, que alteró a Lady Une; acto y seguido se alejó de ella, volviendo a esa extraña faceta seria.

-Debió... ser espantoso lo que te sucedió, chico. –Susurró, ya estando sola en la oficina.

-0-0-0-0-0-

Hilde tenía la vista fija, frunciendo muy levemente el ceño, mirándose pensativa. Contempló por unos cuantos minutos, absorta, el plano que tenía sobre el escritorio, como si intentara grabar en su mente todos aquellos complicados números y formas. Ladeó suavemente la cabeza.

-¿Qué opinas? –Cuestionó Heero.

Finalmente despertó de aquellos matemáticos problemas, y miró al 01.

-Requeriría algo de tiempo, sin duda, pero es posible.

Heero alzó ambas cejas, sorprendido.

-Bien, perfecto. –Se recargó en la silla. –Ahora, hay algo importante de lo que quiero hablar.

Hilde guardó el plano del motor en su respectivo tubo, colocándolo al lado de su escritorio, y tomando asiento en la silla reclinable, haciendo un suave crujido que resonó en el pequeño estudio que Relena le había cedido a su amiga. Miró con intriga al muchacho.

-¿Habrá algún problema con los materiales? Conozco a unas cuantas personas que...

-No, no es por el motor, es por algo más...

-¿Qué pasa? –Se mostró levemente inquieta.

-Duo viene a la tierra.

Hilde sintió un intenso escalofrío al escucharlo, pero intentó contenerse.

-¿Cómo? ¿Por qué?

-Lo ascendieron a N5, y pidió un cambio a la tierra.

-¿Ascendió? ¿Es eso posible? Espera... no.

-¿No qué?

-No es posible, él no tiene el carácter para ser un N5.

-Sam tenía, como para ser un N6.

-Heero... no quiero verlo.

Heero se incorporó de la silla, mirando a la chica, cruzándose de brazos.

-Ha cambiado, Hilde, demasiado, y no para bien. Está completamente irreconocible desde que te marchaste. ¿Piensas seguir evitándolo eternamente? Aunque el universo sea tan grande, jamás será lo suficientemente grande como para evitar escapar de este problema

El Ángel de ShinigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora