Capítulo 7

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Sam llevaba casi diez minutos atrapada en el baño con Evan al otro lado de la puerta pidiéndole salir para aclarar lo sucedido, la voz de él era tan pacífica como de costumbre pero entre sus palabras y el molesto ruido del picaporte que provocaba para intentar entrar con ella sólo lograba que el nerviosismo y sus disparatados pensamientos se dividieran entre enfrentar a Evan y confesarle que la única razón por la que huyó de él fue porque tuvo miedo de no saber cómo reaccionar cuando le dijo que la quería, o quedarse un rato más hasta que él se cansara de insistir y así tener un poco más de tiempo para descifrar qué era lo que quería y por qué últimamente no era capaz de sentirse cómoda al momento de hacer o decidir cualquier cosa en su vida sin que antes su inestabilidad mental la desmoronara. No hizo falta pensar en una idea para seguir ignorando a Evan pues gracias a que en su cabeza tenía miles de discusiones con sigo misma que se olvidó de todo a su alrededor, era muy mínima la atención que su mente lograba recibir que incluso le llevó algo de tiempo darse cuenta que al otro lado de la habitación no había más que silencio, así que se levantó y se dirigió al espejo que estaba junto al lavabo para asegurarse de que su rostro no estuviera enrojecido o hinchado por las lágrimas que había sacado cuando él llegó a buscarla, antes de salir por completo del baño primero abrió sigilosamente la puerta y asomó un poco sus ojos para poder espiar lo que hacía Evan, y para su suerte éste se encontraba distraído con las manos en su rostro mientras caminaba lentamente de un lado a otro cerca de la puerta principal de la habitación, lo que le dio la oportunidad perfecta para salir corriendo directo hacia la cama y ocultar su cabeza debajo de la almohada como si fuese una niña; por más que a Sam le agradara pensar que la razón por la que Evan cesó su interés por hablar fue únicamente porque él respetaba su decisión de querer olvidar lo que pasó, pero claramente no era así y la prueba de ello fue sentirlo acomodándose a la orilla de la cama, al principio creyó que sólo fue porque se había cansado de haber estado caminando en círculos pero cuando se dispuso a levantar un poco la almohada de su cabeza notó que él no tenía la mirada fija cualquier otra parte que no fuera donde ella se encontraba, a su lado. La incomodidad de sentirse tan observada no le dejó más opción que reacomodarse para poder quedar sentada completamente frente a Evan y así estar lista para darle las respuestas que le fueran posibles para que pudiera olvidarse de ese asunto de una vez por todas, pero al parecer él ya no estaba interesado en preguntar, simplemente seguía mirándola con el ceño algo fruncido, éste no detonaba molestia como Sam lo creía pero de alguna manera intentaba hacerle saber que sospechaba de algo y lo único que él quería era que ella se lo admitiera; la intensidad de sus miradas chocando sin siquiera parpadear lograban que el silencio tensara a Sam todavía más, provocando frustrarla a tal punto de querer salir corriendo una vez más pero ya que se encontraban lejos de casa, su única y última opción fue llevarse las rodillas a la altura de su pecho y ocultar otra vez su rostro entre sus manos.

- Sé que te debo una disculpa... - comenzó a decir cuando sintió que Evan empezaba a levantarse de su asiento a la orilla de la cama -, no debí irme como lo hice hace rato, pero creo que comí algo en mal estado - mintió -. Siento mucho haberte hecho pensar en algo que te confundió.

Para cuando Sam acabó con su argumento Evan le había dado la espalda, pero por lo visto solamente fue para preparar muy bien lo que diría.

- Cuando entré a buscarte te escuché hablando con alguien, ¿cómo explicas eso?

- Yo... - comenzó a balbucear - intenté llamar a mi madre pero la señal aquí es terrible - se excusó e intentó reírse un poco para que pareciera más creíble.

Al obtener la respuesta de parte de ella nuevamente se volteó y por la manera en la que movía sus manos y la manera en la que articulaba sus gestos le hicieron creer a Sam que seguramente estaba a punto de pensar en alguna otra pregunta con la que pudiera atacarla, así que para persuadirlo se levantó para llegar a su lado y colocar su mano en su espalda mientras que a su vez también le dedicaba un sonrisa muy abierta, pero en ese momento él se apartó y comenzó a hacer lo que ella ya se esperaba.

Después de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora