Capítulo 4

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El choque entre sus labios duró apenas quince segundos antes de que Sam se percatara de lo atrevida que debía haberse estado viendo, su reacción al encontrarse con él no era propio de ella misma, por eso, la incomodidad ante ello no tenía comparación, ambos se quedaron estáticos mientras balbuceaban cualquier estupidez que se les cruzara por la cabeza hasta que dejaran de actuar como si fueran extraños; fue ella quien lo citó para reunirse y hubiese sido algo absurdo salir corriendo, pero aún cuando fueron hacia sus asientos todavía se negaba a mirarlo a los ojos. Gracias a que estaba más que inmersa en sus pensamientos reprochándose la vergüenza de su acto fue que le resultó algo difícil darse cuenta que Evan se encontraba en absoluto silencio con sus ojos clavados en ella y una gran calidez y satisfacción por todo su rostro que ni se esforzó por ocultar, a lo que Sam ni siquiera se interesó por preguntar el motivo pues ya sospechaba que aquello se debía al gran recibiendo que tuvo de su parte.

Una vez resignada a que el hombre sentado frente a ella pudiera burlarse o intentar insinuársele, se concentró para ir directo al punto; cerró los ojos y formuló un suspiro que la relajo en su mayoría, luego comenzó a hablar desenfrenadamente y por más que él no entendiera mucho  de lo que ella estuviese contándole, no distrajo su atención ni siquiera tan sólo un segundo de ella. Por su parte, Sam tuvo que parar algunos minutos en su relato de cómo se sentía desde hace ya un buen tiempo atrás para intentar no caer en los recuerdos, una de las cosas que esa mañana la mantenían principalmente muy alterada era el hecho de haber pasado una pesada noche al haber visto una figura de la persona con quien compartía su vida, lo cual, aún no le había contado a Evan, necesitaba hacerlo pero antes de ello también necesitaba ponerlo en contexto acerca de quién era Scott para que él pudiera entenderla lo mejor posible; anteriormente ellos ya habían mantenido una conversación en donde ella había mencionado el nombre de su prometido, así que en un principio su idea sólo había sido aclararle que él era su amado, el trauma y la fallida recuperación que había estado viviendo después de su muerte, pero ya que su cabeza era todo un desastre terminó por contarle toda su historia de amor de principio a fin tan detalladamente que cuando acabo Evan se mostró con un inmenso interés por hacerle miles de preguntas sobre toda esa información, pero en su lugar se abstuvo y simplemente mantuvo el silencio que llegó luego de que Sam pudiera acabar con el peso que cargaba en su pecho.

- Lo siento – espetó exhausta –, sé que mi vida no te interesa y quizás creas que estoy loca, pero necesitaba hablar con alguien y no deseaba preocupar a mis padres…

- No, tranquila – le aseguró –, me alegra que me hayas tomado en cuenta para hablar – hizo una pausa –. Ehh… no sé qué hacer, no quisiera decir algo equivocado.

- No hace falta, me basta con que hayas escuchado – le dijo con una sonrisa ladeada que él le devolvió al instante.

Un silencio apareció y se esfumó gracias a que Evan siempre tenía algo que decir, lo cual, Sam ya se lo esperaba.

- ¿Has buscado alguna clase se ayuda?

- ¡Agh! – gruñó – Mi madre me convenció para asistir a terapia con un psicólogo y la verdad no me gustó ni mucho menos me ayudó… en mi opinión, eso no son más que platicas con extraños que lo único que saben decir es que tienes un problema y que con el tiempo mejorarás, pero eso no es verdad ya que ni siquiera pueden adivinar cómo te sientes cuando el mundo se te desmorona.

Sam estaba más que consciente que omitió decir que también asistió a un grupo de ayuda cerca de su casa que aunque sí fue de mucha ayuda, había decidido abandonarlo pues quería continuar con su vida, además no le vio mucha importancia ya que sus problemas habían regresado. La expresión de Evan cambió totalmente al escuchar la respuesta que ella le había dado ante su pregunta, estaba en total desacuerdo con mucho de lo que dijo pero consideró que Sam no estaba en un buen momento como para intentar contradecirla, así que volvió a llamar su atención con otra pregunta que la tomó por sorpresa.

Después de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora