Josh había empezado a recuperar la conciencia gracias a que su padre se había empeñado a gritar amenazas desde la calle mientras seguía intentando entrar como le fuera posible a la casa, Evan incluso tuvo que apresurarse para apoyar a toda su fuerza y peso contra la puerta para evitar que aquel enloquecido señor pudiera partirla en dos, Sam tenía más que claro que la relación de padre e hijo entre ellos dos no era para nada convencional pero que ese desalmado hombre sólo tuviera intenciones de maltratar a Josh era algo totalmente inconcebible y extremista que terminó por espantarla a ella también, lo que inmediatamente la llevó a hacer lo más desesperado y necesario que fue llamar a la policía, aún cuando su asustado amigo le pidiera no hacerlo. El aspecto del chico parecía sacado de una terrible película de acción, tenía el mentón hinchado, ambos brazos con marcas que pronto se volverían moretones, y en su rodilla derecha cargaba una grave y sangrante herida muy abierta, el instinto de enfermera de Sam logró llevarla en busca de todo lo que pudiera necesitar para curar el cuerpo de Josh mientras que a su vez intentaba interrogarlo por encima de los gritos del padre de éste que parecían no tener intenciones de parar.
- ¿Ya quieres decirme qué pasó? ¿Qué no habías pasado la noche con Valery?
- Y así fue – admitió él entre gemidos de dolor –, pero todo se complicó… Cuando llegamos al lugar en donde no quedaríamos noté que alguien nos seguía, pero no quise tomarle importancia ya que también habían varias personas rondando cerca y pensé que no se arriesgaría a llamar la atención. Todo cambió al amanecer, Valery recibió una llamada para una entrevista de trabajo, así que tenía que darse prisa y fue cuando yo le pedí que se fuera y que le avisaría al llegar a casa… – hizo una pausa y cuando continuó su voz comenzó a sonar entrecortada – A unas cuantas calles de aquí me lo encontré, me acorraló y empezó a golpearme. Aún no entiendo cómo fue que pude zafarme de él y perderlo de vista… Lo hice, pero a pesar de todo, no funcionó.
Dado a la experiencia que Sam había adquirido en su trabajo, la sangre no era un inconveniente, pero no contó con que Evan estuvo a punto de descuidar la puerta al casi caer desmayado, al igual que Josh, que terminó vomitando todo el sofá al ver cómo la sangre de sus heridas se esparcía cuando ella comenzó a desinfectarlas con alcohol para luego cocérselas, luego le dio un ungüento y una bolsa con hielo para el resto de su marcas y al final, cuando él empezó a desesperarse y a delirar que moriría lo hizo tomarse un fuerte calmante que lo pondría a dormir. Cuando la policía por fin se hizo presente tanto Evan como Sam salieron para asegurarse de que aquel hombre no huyera, y cuando ya estuvo esposado y listo para subir a la patrulla se encargó de dejarles más que claro que tarde o temprano volvería; el oficial al mando se acercó a Sam para pedirle una declaración del caso, a lo que ella no dudó en decir que se trataba de un excesivo maltrato familiar y aunque él sí anotó todo lo que ella había dicho, él le pidió que era necesario que fuera más específica y de ser posible, permitirle hablar con el afectado, para lo cual Josh no estaba en las mejores condiciones de hacerlo, así que Sam le aseguró al oficial que al final de ese día se encargaría de hacer que el chico fuera a dar su declaración. Haber acabado con ese problema le provocó a Sam un gran alivio en sus hombros gracias a la satisfacción de saber que Josh podría dejar de tener tanto miedo.
En el momento en el que al fin Sam y Evan podían respirar tranquilamente, ella quiso retomar su acercamiento hacia él pero entonces se dio cuenta que Evan ni siquiera le dirigía la mirada y cuando intentó pensar en una razón, entendió que se trataba únicamente porque tenía ambas manos y su pijama cubiertas por la sangre de las heridas de Josh, así que para que éste no quisiera huir de ella corrió hasta su habitación para tomar un baño en lo que él se disponía a ordenar el desastre que había por toda la sala para luego poder salir a cualquier otra parte con más privacidad como lo habían acordado para hablar.
A juzgar por la dirección en la que conducía Evan todo parecía apuntar que se dirigía a su casa y aunque a ella generara ningún conflicto, al detenerse en un semáforo repentinamente giró y terminó por llegar a la cafetería en donde accidentalmente ocurrió su primer beso, de echo, las emociones y la actitud tan cortante de esa mañana eran muy similares a la de la vez anterior; el lugar se encontraba medio vacío, así que resultaba algo incómodo no poder distraerse con lo que pasaba a su alrededor hasta que uno de ellos se animara a abrir la boca. Cuando la orden de café llegó a su mesa fue Evan quien tomó la iniciativa y comenzó a buscar las manos de ella, pero fue Sam la que se apresuró a tartamudear.
- Escucha… antes de que quieras decirme que lo sientes y que no bebimos haber discutido o algo por el estilo, quiero que sepas que tienes razón… – admitió – Soy una estúpida, he tenido que soportar tanto que estoy volviéndome loca. Yo no debí…
- No, para, por favor… – la interrumpió – Tienes razón, no debí molestarme contigo en nuestro fin de semana juntos. Fue mi error querer convencerte de buscar ayuda, fui yo quien se apresuró a sentir algo por ti y ya que tú no parecías darte cuenta quise que vieras los problemas con los que cargas.
- Pero es verdad, tengo más problemas de los quisiera imaginar. Estoy haciéndome demasiado daño y a los demás conmigo… quiero que todo pueda cambiar…
- Espera, ¿Cómo pasó? Tú te mostraste muy firme al pensar y reprocharme lo contrario todo el tiempo, ¿qué te hizo darte cuenta de ello?
- No fue un qué – aseguró Sam –, sino la persona que menos esperé que podría hacerlo.
Evan parecía muy confundido con esa respuesta y no sabía si indagar más al respecto sería buena idea, así que por diez segundos hubo un incómodo silencio hasta que ella decidió reanudar su discurso.
- Lo siento, sé que por alguna razón yo te gustó y no puedo mentirme, tú también a mí. Pero tengo miedo que por mis inseguridades todo se arruine entre nosotros.
- ¿Qué quieres decir con todo eso?
- Estoy tratando de decir que estoy dispuesta a asistir a terapia para arreglar mi vida, que estoy dispuesta a intentarlo contigo. Sin presiones, sólo tu y yo tratando de saber si somos capaces de construir algo lo suficientemente fuerte y bonito para los dos.
Evan se emocionó tanto al escuchar decir todo aquello a Sam que terminó por dar un salto al mismo tiempo que espetó un grito que inmediatamente tuvo que detener para no llamar la atención, su rostro no detonaba más que felicidad y la única intención que tenía era asfixiarla con un abrazo, pero entonces su teléfono empezó a sonar y por la manera en la pedía que le repitieran todo una vez más ella sospechó que eran varias personas hablando hasta marearlo. Cuando él acabó ella creyó que seguirían pasando la mañana juntos en paz, pero fue él quien la arrastró hasta el auto para regresarla a su casa para ocuparse de los asuntos que habían comenzado a estresarlo luego de su llamada.
Tras dejar a Josh en la comisaría, la tarde empezó a ser inquietante pero a diferencia de la madrugada anterior en la que parecía que el mundo se le derrumbaría, todo estaba en calma y lo único en lo que sus pensamientos se distraían era en la manera en la que les diría a sus padres que por fin buscaría ayuda profesional para su salud mental, pero sobretodo, no dejaba de pensar en sus reacciones cuando les contara que había empezado a salir con alguien. Pero a pesar de todo, tenía la sensación que todavía había algo que no estaba bien y fue hasta que lanzó sobre su cama y se quedó totalmente estática al darse cuenta que seguía llevando su antiguo anillo de compromiso que lo entendió todo, pensó en llamar a Evan para encontrar una solución pero luego de entrar en razón se percató que se trataba de un asunto del cual únicamente ella podía hacerse cargo; buscó las llaves de su auto y se dispuso a llegar al cementerio donde se encontraba el cuerpo de Scott para poder dejar sobre su tumba un ramo de flores y la pequeña cajita en donde había metido aquel anillo. A diferencia de la vez en la que se deshizo de sus pertenencias, tenía la completa seguridad de que ese día sería su último y definitivo adiós.
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Después de él
Short StoryTras la tragedia muerte de su prometido Scott, Sam se derrumbó al verse en la obligación de comenzar desde cero sin todos los planes y la compañía del amor de toda su vida; las terapias y grupo de apoyo a los que su madre la convenció de asistir no...