Rhea esperaba en su Sala Común a que Sirius Black apareciera de una vez por todas. Llevaba alrededor de quince minutos esperando y el pelinegro no se dignaba a aparecer, la joven bruja comenzaba a cansarse de aquello. No entendía cómo iba a estar al cuidado del león si éste apenas podía cuidarse a sí mismo.Escuchaba varias voces conocidas en la estancia, parecía comenzar a escuchar con mayor claridad, también distinguía algunos olores que antes no había sido capaz de captar. También había descubierto que podía relacionar a las personas con olores específicos, por ejemplo, Lily Evans olía a magnolias; Sus zapatos soñaban con levedad en el material del suelo, había comenzado a dar vueltas con cuidado de no chocarse y tropezar mientras esperaba a su supuesto cuidador. Rhea tenía hambre y, además, debía ir unos minutos antes de comenzar la clase de Adivinación para reorganizar su forma de estudio con el profesor.
— Maldita sea—susurró con rabia la joven mientras tomaba asiento en el sillón de la sala común—, no podrían haberme puesto a alguien más incompetente para ayudarme.
Una cálida y llamativa risa la hizo callar de golpe, un fuerte olor a canela y libros viejos llegó a sus fosas nasales con la suave brisa que habían dejado pasar al abrir la entrada.
— Mi amigo puede ser bastante... peculiar, pero te aseguro que vendrá.
La voz de Remus Lupin la rodeó, haciendo que diera un pequeño salto en su sitio, causando una pequeña sonrisa en el rostro del contrario que nadie pudo observar. Rhea sentía bastante recelo hacia el recién llegado, no quería dirigirle la palabra pero el hambre que sentía y lo poco que estaba durando su paciencia la tenían en una situación desesperada.
— ¿Y dónde está? No es por ser molesta, cosa que dudo mucho que sea porque estoy así por vuestra culpa pero hay gente que necesita comer antes de ir a clases, no puedo estar toda la mañana esperando a que tu tan preciado amigo se digne a aparecer.
Quizá fue porque nunca la había oído decir más de tres palabras juntas, o puede que haya sido la culpa que lo inundó al recordar que sí, la pobre leona estaba así debido a ellos, pero el licántropo nunca se había ofrecido a ayudar a alguien tan rápido en su vida.
— Puedo acercarte al comedor—dijo rápidamente el joven, se rectificó al instante—, si quieres, claro.
Rhea quería rodar sus ojos con exasperación, ¿creía que se negaría a ser llevada al comedor cuando casi lo estaba pidiendo a gritos? La Gryffindor asintió y se puso en pie, estirando su mano para que el varón le ofreciera su brazo en forma de apoyo. Rhea se aferró a él con delicadeza, siempre tenía mucho cuidado con esas cosas y más al no gustarle en mayoría el contacto físico a menos que sea inmensamente necesario, más la desesperación la llevaba a aquello; Obviamente no pasó desapercibido que Remus Lupin llevara a Rhea Lloyd colgada de su brazo, los ojos caían sobre ellos pero sólo uno de los dos era el que se sentía incómodo con ello y, por razones claras, éste era el león. La pelirroja no pudo obviar más lo que sentía a su alrededor, lo único que tenía en mente era llegar al comedor lo antes posible para atiborrarse de comida lo máximo que pudiera antes de partir a clases.
La severa mirada que McGonagall le proporcionó al licántropo casi lo hace soltar a su acompañante, más la mirada sorprendida de Lily Evans hizo que se distrajera y comenzara a caminar hacia ella. Rhea distinguió el característico olor que desprendía la joven y dio un asentimiento de cabeza cuando la pelirroja contraria la saludó, dándole los buenos días. Con un par de gestos, Lily le preguntó en silencio a Remus dónde era que estaba Sirius, a lo que el muchacho se encogió de hombros y negó con la cabeza.
Evans tensó sus facciones, girándose para observar cómo la chica frente a ella se las apañaba a duras penas para preparar su desayuno.
— Déjame ayudarte, Rhea—se ofreció la hija de muggles—, evitemos tardar mucho, creo recordar que debes irte diez minutos antes de que empiece la clase de Adivinación. Si ese idiota no aparece para la hora acordada, te ayudaré yo.
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OJOS CIEGOS ➪ Sirius Black
FanficLa vida parecía tener una forma muy peculiar de burlarse de Sirius Black, o eso quería pensar el Gryffindor. Durante una de sus tantas bromas experimentales, la inofensiva Rhea Lloyd se vio envuelta en una horrible explosión de extraños ungüentos má...