No podía dejar de mirarla, como si en el momento en que desviara sus ojos, ella desaparecería de su vista, y tenía miedo.
La mirada dulce mientras mencionaba que siempre que lo dejaba solo lloraba, que lo conocía muy bien, movió algo dentro de él, realmente así era, así sería siempre, nadie sabía más de él mismo que ella.
Extendió delicadamente la mano, la que él tomó para ponerse de pie, con la incredulidad aún danzando en sus ojos.
¿En verdad Asuna estaba ahí?; la pregunta se asentó temerosa en su semblante.
Ella sonrió una vez más a sus ojos azules como acero, caminando los pasos que lo separaban, sus manos empuñadas se apoyaron ligeramente en su pecho, ella podía sentir sus lágrimas tras su garganta, y aferrada al pecho amado, solo fue capaz de cerrar sus ojos con sus mejillas coloradas.
Entonces el calor del esbelto cuerpo que tantas veces antes abrazó, que había extrañado hasta doler durante dos años, se hizo real, y la encerró entre sus fuertes brazos.
Estaba ahí, era real, se había quedado.
Aspiraba su aroma floral, olía a sol de verano, y él para ella era una noche de cielo despejado.
Sus cuerpos se recordaban, en esa caricia tímida, mientras compartían información a través de sus almas.
Se separó para mirar sus ojos vidriados, sus bellos orbes avellana cargados de amor, al borde del llanto, pero entendiendo que no lloraría, porque, aunque sonara egoísta, ahora se tenían.
Bastaría con recordarlos a todos, a Yui, por un segundo esas lágrimas pugnaron por salir, Kirito tomó ambas mejillas enrojecidas entre sus manos, su voz con un toque de humedad, soltó apenas un suspiro, es que aún no lograba articular palabras que encerraran lo feliz que lo hacía tenerla ahí con él.
Por más que para Asuna, esa tierna sonrisa y rubor visible bajo sus ojos se lo indicaran, aunque no lo dijese, ella se había quedado, porque siempre fue su única opción si él no alcanzaba a salir de ese mundo; no lo abandonaría jamás.
Kirito sólo siguió mirando sus ojos de atardecer, porque se detenía a pensar, que él habría escogido lo mismo sin dudarlo, quedarse con ella, entonces esbozó una sonrisa genuina, la miró cerrar sus párpados despacio, y sin cerrar los suyos, se acercó sin perder detalles de su hermoso rostro, y cuando la respiración suave de ella acarició sus labios, se permitió disfrutar la caricia de sus bocas mirando con los ojos del corazón.
El beso era dulce, ya no habían despedidas, era la promesa de una larga vida juntos, que se sentía cosquillear desde sus labios hasta todos los rincones de sus cuerpos, sintiéndose como nunca antes, al mismo tiempo que podían jurar que nunca habían olvidado ese sabor entre sus humedades, los segundos terminaron la caricia, pero las sonrisas superponiéndose entre ellos, se sintió eterna.
Entrelazaron sus manos, y en silencio caminaron hasta el borde del bello jardín, la pregunta del tiempo que debían quedarse, fue respondida con soberana confianza por él.
—Al parecer, no menos de 200 años — la miró en el mismo momento, con esa sonrisa como bálsamo a su corazón.
—Si estoy contigo, ni mil años se sentirían largos — y sonrió luego del pequeño asombro de lo maravillosa que era la mujer que caminaba a su lado, apretó un poco más sus dedos a ella.
No había ninguna otra persona con quien quisiera compartir una eternidad que no fuera ella, así se lo declaraba con sólo mirarla.
—Vamos, Asuna, este mundo acaba de nacer — la encarnación de ella hizo flotar las plumas de un ángel, era simplemente hermosa, de blanco puro, mientras sus alas negras de hada, eran tan transparentes como esa noche que creo para arrastrar las estrellas del cielo.
Era como si la luna y el sol hubiesen decidido romper las reglas y bajar al suelo para amarse.
El vuelo hacia un nuevo mundo que debían cuidar, comenzó mientras tomaban sus manos, mientras renovaban el juramento de amarse entre sus manos tomadas volando hacia el infinito cielo, un cielo celeste y despejado como jamás lo había estado aquel territorio.
Y al descender frente al ejército reagrupado, se hizo evidente una vez más, la diosa de la vida y el dios de las estrellas, pronto se convertirían en los reyes estelares, aunque esa fuera una historia nueva, que tenían 200 años para escribir.
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Nota: No sé si puedo decir que me gustó, me faltó mi beso 🥺🤦♀️, por eso, aquí si puse uno!Gracias por pasar y bueno, nos va quedando poco de SAO WoU, así que disfrutemos al máximo (luego la voy a maratonear 😭)
Repito las gracias y nos leemos pronto!

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Indomable
Roman d'amourLágrimas se esconden tras el reflejo de su mirada, ella las lleva con orgullo, se alza sobre los cielos aún sin volar, y pisa fuerte en la tierra, soportando el dolor, lo único que la domina es el amor, el mismo que la vuelve libre. Serie de pequeña...