Capítulo 41

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-Buenas noches familia, espero que se acuerden de mi amiga Maggie, estaba en la ciudad y pensé que sería lindo traerla esta noche- todos siguen sorprendidos de verme aquí parada, agarrada de Ian e intentando sonreír para parecer tranquila.

-Hola, es un gusto verlos de nuevo- mi voz es temblorosa, el hecho de que todos sigan en silencio me incomoda más de lo que se imaginan.

-¡Vaya, Maggie!- su madre es la primera en reaccionar, se levanta de su silla y se acerca con sus brazos abiertos dispuesta a darme un abrazo; no recuerdo que sintiera tanto afecto por mi, realmente no recuerdo muchas cosas que no sean respecto a Ian o Anastasia -sigues igual de preciosa, que gusto verte- finalizamos el abrazo, después de su reacción se vinieron las siguientes.

-Maggie, que linda estás, me alegra tenerte aquí- su padre me recibe con otro abrazo cálido, igual que su hermano y su esposa, a quien recién fui presentada.

-¡No inventes!- mi viejo amigo me abraza tan fuerte que me logra levantar del piso -debes dejar de desaparecer como sólo tu sabes hacerlo, te has perdido de mucho, todos te hemos extrañado un montón- con todos se refiera a mis antiguos amigos, antes de huir pude reunirme con ellos de nuevo, ahí fue cuando le presenté a Anastasia -te juro que no me lo creo, parece un sueño tenerte enfrente- me da otro pequeño abrazo y un beso en la mejilla, acto seguido vuelve a su puesto, al lado de su prometida, quien no ha soltado palabra alguna, solo me observa en silencio.

-Hola Ana- sonrío y ella me devuelve la sonrisa gentilmente, pero sigue en silencio, Ian me lleva hasta la silla y se sienta a mi lado para que me pueda sentir segura. No se que reacción esperaba de Anastasia, pero definitivamente no era esa.

-Cuentanos muñeca ¿cómo has estado?- su madre empieza a indagar sobre mi vida, así que ignoro completamente los pensamientos relacionados a Ana y me concentro en la Señora Walkobich.

-Muy bien realmente, estoy viviendo en Australia y ahora estoy a punto de abrir mi propia galería de arte- aplauden todos con una sonrisa gigante.

-¡Genial! Debemos ir a conocerla ¿no crees cielo?- habla su padre entusiasmado -soy un fan del arte- dice orgulloso -cuentanos Ian ¿cómo es?- su hijo ríe ante su pregunta.

-Aún no he tenido la oportunidad de visitarla, pero pronto lo haré- es gracioso que piense que Ian ha estado en Australia, conmigo.

-¿Y tienes novio?- pregunta la esposa de su hermano -¿con ustedes son pareja?- creo que en mi cara se notó el desagrado ante tal pregunta, dado a que recibió una mala mirada por parte de su pareja.

-Nos estamos dando una oportunidad, o bueno, estamos intentando- responde Ian de forma relajada, a lo que todos sonreímos. Estuvimos hablando durante toda la cena de lo hermoso que es Australia, sus playas, la gente, los parques, etc. Una vez terminamos la comida nos dirigimos a la sala de estar, pero en el camino por fin Ana se dignó a hablar conmigo, pidiendo un tiempo a solas, así que nos separamos de los demás y vamos al despacho de su padre.

-No se que me da más rabia, que estuvieras aquí y no me dijeras nada, que buscaras primero al estúpido de mi hermano o que nunca hayas intentado comunicarte conmigo estando ya tan lejos- su tono se escucha realmente dolido -eras lo único lindo y sincero que tenía, me dolió mucho tener que acostumbrarme a no tenerte- algunas lágrimas se asoman en sus ojos, así que me atrevo y la abrazo súper fuerte.

-lo siento, no sabes lo mucho que te extrañé... Pero tenía que seguir adelante, superar el pasado y tu hacías parte de él- me abraza de vuelta.

-Te entiendo... Pero te juro que llegue a arrepentirme de haberte ayudado a huir jaja- el ambiente entre las dos cambió instantáneamente -tienes que contarme muchas cosas- su sonrisa me deslumbra y me trae paz, en medio de todo lo que estoy viviendo en este momento.

-Lo mismo digo babosa... Te felicito por tu compromiso, se notan muy felices- durante la cena tuve la oportunidad de observarlos un rato y las forma en que se miran lo dice todo

-Gracias hermana, tenemos que salir antes de mi matrimonio, la luna de miel va a durar unas dos semanas, no me podría aguantar tanto tiempo- su oferta me emociona bastante, le debo contar todo por lo que estoy atravesando a alguien que no sea Ian.

-¡Claro que sí! Mientras tanto vamos con los demás, hay que terminar de organizar esa boda- salimos agarradas por los hombros a reunirnos con los miembros de su familia, ahora me sentía más feliz y se me notaba en la cara.

-¿Ya arreglaron sus problemas?- pregunta Ian en mi oído, asiento con la cabeza contenta y con una sonrisa en el rostro -me alegra- agarra con fuerza mi mano y presta atención a lo que dice su madre.

El resto de la velada fue realmente tranquila, nos reímos un poco, dieron los últimos toques a los detalles de la boda, tomamos una copa de vino y nos despedimos de todos prometiendo volver a vernos.

-¿estás bien?- pregunta Ian mientras tiene su vista fija en la carretera.

-Si, solo sentí un poco de nostalgia mientras hablaban del matrimonio.

-Cuando lleguemos a la casa te quito ese sentimiento, y la ropa de paso- sonríe de medio lado y me guiña un ojo de la forma más sexy que puede existir en el mundo.

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