Perverso

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Shura

Apenas pude abrir la boca cuando aquella mano me empujo adentro de la habitación, las palmas de mis manos dolieron con el contacto del suelo contra esta mis rodillos ardían un poco creo que me raspe, pero no hubo tiempo de revisar los pequeños daños pues su zapato apreso mi espalda empujándome tan fuerte que el dolor se apodero de mi rápidamente sentía como si me fuera imposible respirar abrí la boca ante la mirada sorprendida de las enfermeras que estaban paralizadas en sus puestos.

- Ayuda- creo que dije, pero no estoy del todo seguro de ello, el medico no me miraba estaba demasiado ocupado con Izou, pero esas mujeres de azul solo miraban, creo que no paso por su cabeza que podían ayudarme, no estoy seguro, pero nadie se movió.

- Aioros es muy negligente con sus obligaciones- murmuro el tan rápidamente que apenase le entendí a lo que le siguió las palabras aprender, estúpido y castigo flotaban sin saber si se refería a mí, a mi hermano o a mi alfa- será su culpa si tienes ideas que no te corresponden

Jade con dificultad, mi pecho dolía cuando trataba de tomar una bocanada de aire, pero cuando me sentía desmayar lo peor no era la idea de tener a ese odiosa alfa sobre mí, más bien estaba aterrado por mi insensibilidad me había dicho brevemente: si tan solo no viera seguido a los médicos. Ignorar el dolor de mi hermano me haría mil veces más feliz, llore sintiendo el ser más miserable del mundo. Si pudiera gritar y pedir ayuda estoy seguro de que Aioros vendría a mi auxilio, pero tal vez este cuarto al igual que el mío estaría insonorizado.

- ¿Puedo saber qué haces con mi omega, Gestalt?- al fin pude respirar cuando escuche su voz, el alfa de nombre Gestalt se apartó de encima mío soltando un bufido por lo bajo, trate de caminar hasta mi alfa pero los hermosos ojos azules me parecían irreconocibles estaba tan molesto que su rostro usualmente relajado se encontraba tan tenso que era posible ver como la mandíbula se le tensaba. No debía acercarme por ahora bastaba con que me quitara de en medio ir a mi habitación y esperarlo en ese lugar, pero me gire hacia Izou, él no era como Cid, no había hecho nada malo ¿entonces por qué tenía un alfa tan horrible? Camine hacia él y las enfermeras al fin se movieron interponiéndose en mi camino y por primera vez hice algo de lo que me creía incapaz: pase sobre una figura de autoridad, empuje a una de las mujeres que cayó de sentón sorprendida de que tuviera fuerzas para tocarlas- Shura

Me gire al escuchar mi nombre le mire con los ojos suplicantes, si necesitaba alguna excusa para ir a su lado estaba bien para mí se la daría sin dudarlo si quiera, Gestalt se aproximó a mi creí que me haría daño cuando se acercó, pero no me toco siquiera cuando Aioros tiro de su ropa jalándolo hasta hacerlo caer sobre sus glúteos.

- ¿Qué demonios haces?

- Eso debería preguntar yo, creo que no deje claro que tienes prohibido tocar a mi omega, está bien Shura, ya me lo explicaras luego- me sonrió tratando de calmarme con ese gesto sin soltar al otro.

Pero una parte de mi viera preferido no ver de cerca de Izou, sus ojos estaban hinchados las marcas que tenían un color morado de lejos se ponían rojas y amarillas de cerca, su piel estaba lacerada, sus costillas sobresalían.

- ¿no se está muriendo verdad? - le pregunte al médico incapaz de tocar a mi propio hermano, nunca había visto a Izou de esta forma, no parecía el hermano rígido que había conocido todos estos años, era una criatura frágil y en cierto punto aquello me parecía lindo, la forma en que abría los labios, sus ojos cerrados dejando que sus negras pestañas durmieran en sus huesudas mejillas y sus cabellos negros reposaron húmedos en la almohada. Me sentía como si todo este tiempo hubiera tenido razón, que había sido listo para no terminar de esa manera: soy un hermano terrible.

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