Nico

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El vuelo había sido relajante e hizo que mi cabeza se despejara y al parecer Percy estaba bien, había sido atento y sonreía como siempre. Al llegar a la enorme mansión, lo primero que hizo mi querido amigo fue correr hasta la parte trasera que conectaba con el mar.

Dejé mi única maleta que cargaba a lado del sofá de estar (ya que Percy había bajado las otras), la casa era realmente linda, Percy siempre buscaba lo mejor para nosotros, camine hasta donde él se había ido. Llegue al pequeño balcón  para observar al azabache cerca del mar, su cabello revoloteando con el viendo.

Percy de verdad era lindo demasiado y sin duda como dijo Hazel yo había estado enamorado de él hace años pero, me olvide de eso, Percy merecía alguien mejor que yo, podría arruinar nuestra amistad el echo de tener una relación... Yo no quería eso a pesar que moría por decirle que en estas últimas semanas me había vuelto a enamorar de él o tal vez nunca deje de hacerlo. Las almas gemelas no existían y engañarnos de esa manera no era justo para ninguno.

—Jackson luego juegas con el mar, vamos a descansar —grite para que me escuchará, él me miro y comenzo a caminar hacía mi.
—¿No tienes hambre? —dijo Percy sacudiendo la poca arena que tenía.
—Tengo sueño Jackson —dije tomando su mano para jalarlo, me dispuse a buscar la habitación, Percy reía mientras yo buscaba la habitación, pero no daba con ella.
—Están arrriba —dijo Percy, espera ¿están? ¿dormiriamos separados?
—Lo hubieras dicho antes —dije jalandolo hacía arriba ignore la información que me dio y al llegar a la primera habitación, nos jale a la cama y me recoste sobre su pecho.
—Nico si escuchaste que hay dos habitaciones, no tienes que... —dijo pero yo tape su boca.
—Te escuche Jackson, ahora silencio intento dormir —dije, él solo busco el control del aire acondicionado y lo encendió para acomodarse. Cuando sentí sus brazos dudosos en abrazarme o no, tomé su mano para que me abrace de la cintura, él lo hizo y pude sentirme en paz, no tenía miedo, no había ansiedad, solo era Percy y ya. Él me daba esa tranquilidad que mi corazón buscaba.

Me desperté y busque a Percy al darme cuenta que no estaba, me incorporé en la cama, ya tenía la perfecta luz solar iluminando la habitación.

—Pensé que dormirías todo el viaje —dijo Percy saliendo del baño con una toalla en su cintura y otra secando su cabello, mi razonamiento se esfumó, mi mirada estaba en las pequeñas gotas que resbalaban por el cuerpo de Percy, su piel bronceada era iluminada por la luz solar, tenía que salir de ahí.
—Ahora si tengo hambre —dije saliendo de la habitación a toda prisa, cuando mi mente se despejo, camine a la cocina, decidí hacer algo yo, ya que Percy siempre cocina.

Busque en el refrigerador un poco de frutas, el queso, luego camine para buscar el pan y encender la cafetera. Después de un tiempo pude cocinar algo decente aunque tampoco eran los desayunos de Percy. Mire los platos por última vez y mi amigo entro a la cocina.

—¿Cocinaste? Wow —dijo sonriendo.

—Sí, bueno creí que era mi turno —dije y él llevo los platos al balcón para mirar el mar.
—Bueno tal vez debería dejar que cocines más, esto sabe muy bien —dijo Percy, yo lo mire.
—Solo cocine el sándwich y el café lo demás la madre naturaleza lo hizo —dije y él rio, creo que venir a la playa no fue lo mejor, Percy parecía dominar la playa, el sol le daba resplandeciendo su piel, la brisa desordenaba su pelo y la vista del mar detrás de él era asombrosa, Percy había nacido para el mar.
—Bueno me encanta ese poco —dijo y yo sonreí.

Después solo miramos el lugar apreciando la compañía del otro, con Percy eso siempre pasaba, podíamos no hablar de nada pero seguía siendo cómodo tener la compañía del otro.

—¿Podemos ir a un antro? —dije haciendo un puchero, Percy me miro para luego negar con la cabeza.
—Tú nunca vas a cambiar, bien iremos pero antes —dijo para darme una sonrisa.

Debí suponer lo que él quería, Percy tomo mi mano y me jalo al mar, La arena se sentía muy bien, era suave y muy blanca. Al llegar a la orilla él mordió su labio para comenzar a caminar conmigo dentro del mar.

—Me da miedo —dije pues nadar en psicina era diferente que el mar, a pesar de que ya lo había hecho antes como cuando lo lleve a la playa, seguía sintiendo miedo.
—Vamos estaré cuidandote siempre —dijo, pero algo me decía que no solo hablaba del mar, él me miro y me cargo estilo recién casados para comenzar a caminar dentro del mar.
—Jackson puedo caminar —dije pataleando.
—Claro —dijo bajandome pero ya estabamos muy lejos de la orilla.
—¡No! aquí no —dije aferrandome a él.
—Tranquilo, estas conmigo —dijo Percy y yo saque mi cara de su cuello para mirar a nuestro al rededor, esto era lindo y estaba seguro en sus brazos.
—No me sueltes —dije mirandolo con amenaza pero sus ojos solo reflejaban que lo último que quería era soltarme, me di cuenta de lo peligrosa que era la cercanía entre nosotros.

Después de un rato mi cabeza solo daba vuelta en una cosa, el casi beso que nos ibamos a dar en la mansión Jackson, yo quería eso y todo me decía que él igual pero, no, no podía ser así.

Aunque este sería el perfecto lugar para besarlo, pero eso solo lo lastimaría a él incluso a mi. Mire a Percy que jugaba con mi cabello mientras seguía abrazandome, el sol comenzaba a descender, era la escena perfecta, pero tal vez nosotros no eramos las personas perfectas para esa escena, tal vez nuestros corazones no deberían estar sintiendo lo que estaban sintiendo, tal vez no debí mirarlo, tal vez no debí murmurar su nombre, tal vez debí alejarme cuando él se acercó, tal vez al sentir nuestras respiraciones tan juntas debí nadar a la orilla, tal vez no debí correspoder su beso, solo tal vez...pero lo hice, lo hice y no me importaba nada más. Lo besé.

 Lo besé

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