Tú Eres Mi Tipo

Percy

Tome las llaves del auto para manejar hasta el departamento de Nico, al entrar pude ver el departamento echo un Caos, Piper corría por todos lados buscando sus zapatillas, Hazel no encontraba su bolsa y su secadora, Leo estaba en la cocina bebiendo agua, era él único que aún se mantenía cuerdo

—Hola Perce —dijo Leo.
—Hola Niño Llamas —dije sacudiendo su cabello.
—Te ves bien, las chicas se van a volver locas por ti —dijo Leo.
—O los chicos si es que Percy se la pasa gritando que es Gay —dijo Piper ¿seguiría con eso?
—Jajajaj igual puede ser —dijo Leo al parecer estaba al tanto de eso.
—¿Jason pasará por ti? —pregunté examinando a Leo.
—Sí, no tienes que ser tan celoso Jackson —dijo Leo abrazandome.
—Si tengo, deberías llevar un saco y abotonar dos botones más —dije apuntando su camiseta.
—¿Alguien ha visto mi secadora? —dijo Hazel desesperada.
—Ya me voy, nos vemos en la fiesta —dijo Leo saliendo corriendo.
—Los botones Leo —grité, escuche su risa y luego la puerta cerrarse.
—La secadora esta en el cajón alado de la cama Hazel, Annabeth la puso ahí —dijo Nico bajando abotonando su manga, se veía mucho mejor que en el centro comercial.
—Gracias —dijo Hazel antes de correr escaleras arriba.
—Te ves genial —dije y Nico dio una vuelta.
—Lo sé, tú te ves muy ardiente —dijo Nico con una sonrisa, yo evite sonrojarme ante el comentario.
—Chicos luego siguen con sus coqueteos, me ayudan a buscar mis zapatillas —dijo Piper, yo mire el departamento y ubique las zapatillas arriba de la meseta de la cocina, las tome y se las extendí.
—Toma Princesa —dije y ella dio brincos.
—Gracias hermanito —dijo para abrazarme y tomar las zapatillas y correr hacía arriba.
—Tienen echo tu departamento un Caos —dije riendo.
—Lo sé —dijo y camino hasta el sillón para esperar a las chicas, yo me senté a su lado.
—Reservaste los vuelos a Acapulco —dije y él se recosto en mi hombro.
—Aún no sesos de alga —dijo tomando su teléfono
—Lo haré yo —dije.
—Genial porque eres bueno eligiendo todo eso —dijo mensajeando con alguien.
—¿Con quién hablas? - pregunté curioso.
—Listas —gritó Piper dando una vuelta para lucir su vestido morado y Hazel uno dorado.
—Wow se ven, espectaculares —dije sonriendo.
—Viene de familia hermanito —dijo Piper haciendo poses.
—Vamos antes de que se haga tarde —dijo Hazel, nosotros caminamos hasta el auto.

Al llegar al salón, era amplió, con grandes jardines y fuentes, estaba perfectamente decorado con luces, velas, candelabros y cualquier cosa que se vea elegante para Atenea madre de Annabeth.

—Que guay se ve esto —dijo Piper tomando una copa de champaña.
—Hola chicos, Annabeth debe estar en los jardines —dijo Atenea.
—Gracias señora Chase —dijo Nico y Atenea se fue a hablar con unos empresarios.
—Ire a bailar —dijo Piper empinandose la copa y dandomela.
—Debe parar de tomar así —dije y caminamos a los jardines.
—Hola chicos —saludó Frank y Annabeth llego atrás de él.
—¿Cómo se la estan pasando? —dijo ella emocionada.
—Ya me aburrí —dijo Nico.
—De maravilla —dijo Hazel amablemente.
—Genial, Cielo acompñame —dijo Annabeth tomando la mano de Hazel y caminando lejos, Frank fue atrás de ellas.
—Ven —dijo Nico tomando mi mano y llevandome hasta una banca.
—¿Por qué no vamos adentro? —le pregunté mientras apuntaba el local.
—Prefiero estar aquí —dijo, yo asenti y cruce mi brazo por sus hombros.
—¿Cómo va lo de las citas? —pregunté interesado en saber si Nico aún seguía esperando a que esa persona llegue sola.
—Jackson no quiero hablar de eso, mira mejor miremos las estrellas —dijo Nico apuntando el cielo se recosto en mis piernas para mirar las estrellas.
—Esta bien —dije y mire el cielo, era realmente hermosa la vista, las estrellas brillaban acompañando a la Luna que se encontraba realmente hermosa, baje mi mirada al rostro de Nico, él si era realmente hermoso: sus ojos oscuros, su piel oliva, sus labios de un tono rosado, en realidad era lo más cercano a la perfección que el mundo tenía.
—Jackson las estrellas están arriba —dijo para mirarme.
—Tu rostro es mejor de lo que puedo mirar ahí arriba —dije sin pensar, él sonrió.
—Eres bueno para dar cumplidos ¿Por qué aún estas soltero? —dijo cruzado de brazos.
—Porque no me interesa nadie —dije acariciando su cabello.
—Más bien tienes a alguien ahí dentro y no quieres decirme quien es —dijo apuntando mi pecho.
—Tal vez —dije sonriendo.
—Eres malo Jackson, soy tu mejor amigo, debo saber quien es —dijo haciendo pucheros.

Sonreí pensando en qué pasaría si él supiera la verdad, si se enteraba que si no había aceptado a nadie era por él, que si nunca le hice caso a Annabeth fue por él, que si grite esa tontería en el centro comercial fue por él, porque no necesito a nadie más en mi vida que no sea él, que muero por hacerlo feliz, muero porque él sea la única cosa que vean mis ojos al despertar, muero por convertirme en el amor de su vida.

—Nico yo —dije intentando buscar las palabras perfectas.
—Holaaaa —grito Bianca, hermana de Nico, hace años que no venía de visita, Nico dio un brinco y se abalanzó a abrazar a la chica.
—Vaya sorpresa —dijo Nico abrazando a Bianca.
—Lo sé, Hola Jackson, ¿Cómo les ha ido? —dijo Bianca.
—Hola —dije saludando con una sonrisa.
—De maravilla, pero cuentame ¿Cómo te ha ido en Venecia? —dijo Nico emocionado.
—Realmente bien, es hermoso, tienen que acompañarme algún día —dijo Bianca.
—Sería fabuloso —dije.
—Para Diciembre podemos ir —dijo Nico.
—Genial, por cierto encontré a las chicas, debo admitir que se ven hermosas, han crecido mucho y ustedes se ven tan apuestos —dijo Bianca.
—Explicale eso a Percy —dijo Nico.
—¿Qué? —dije confundido.
—Annabeth —dijo y yo bufe
—Ay si Percy no le hace caso es porque esta enamorado —dijo Bianca y con la mirada le dije que no siga, Bianca era mi mejor amiga y sabía todo, desde la preparatoria le había contado todo, incluyendo los sentimientos que sentía hacía su pequeño hermano.
—Jackson acaso todos saben quien te gusta menos yo —dijo Nico cruzado de brazos, Bianca reaccionó rápido.
—Amo esa canción, bailemos —Bianca tomó nuestras manos llevándonos a la pista de baile.

Que tan difícil era decirte Nico di Angelo que moría por ti desde que eramos niños.