ᴛʀᴜᴇ ʟᴏᴠᴇ [ᴅᴀɪʜᴀʀᴜ]

- CAPITULO ¹ -

POV OMNISCIENTE

— ¿¡800,000 QUE?! — No sabía si sus rojas mejillas eran por el anormal precio que lo habían hecho enfadar, o por el jodido calor que había golpeado aquel día.

— Si, señor, Repentinamente en su cuenta de banco se han depositado 800,000 yenes — el pobre muchacho se había asustado con el grito de su cliente.

— Ese maldito millonario.... — suspiró frustrado — Quiero que saquen ese dinero de mi cuenta, porfavor — pidió lo más calmado que podía mientras que ponía su palma en su frente.

— Pero señor.... Es demasiado dinero.... — el chico estaba algo asustado de el castaño.

— Tranquilo, se lo devolveré al responsable de esta tontería — Suspiró — No entiendo como piensa si tiene dinero en vez de cerebro.

Después de un debate mental el joven obedeció e hizo lo que pensaba que era la mejor opción. Mientras que El de cabellos alborotados solo intentaba calmar su creciente enfado al culpable de eso. Solo había ido a pagar los gastos mensuales de su apartamento cuando le dan esa noticia. Bufo cansado, le dolía el cuerpo y aún estaba cansado, pero tenía que ocuparse de su vida después de todo.

Después de una larga espera vio la maleta con el dinero adentro, que con tan solo verlo le dolía la cabeza. Dio sus respectivos agradecimientos y firmo algunos papeles para irse directamente a la dirección donde había estado tan solo unas cuántas horas.

Tenía suerte de haberse llevado su automóvil, caminar hasta aquel lugar con una maleta tan pesada sería una completa tortura. Y agradecía que no hubieran demasiados carros en la carretera, cosa que era un milagro. Quería resolver lo más rápido posible el asunto.

Llegó al gran portón, de aquella mansión ridículamente grande, mas grande que la anterior mansión la cual el azabache había abandonado y comerciado para comprar otra mucho mas ridículamente grande, lujosa, y con la tecnología del momento. Solo basto con asomar el rostro para que las cámaras lo reconocieran. Lo dejaron pasar sin mayores problemas. Al estar siempre con el azabache por cuestiones de trabajo (o por otras cuestiones personales) su servidumbre ya lo conocía.

Dejó estacionado el auto y salió junto la maleta. Caminando a la puerta principio, donde para su sorpresa lo esperaba Suzue quien no había visto en un buen tiempo ya que se había quedado en Inglaterra encargándose de la otra lujosa mansión que también tenían. Su rostro por algún motivo mostraba preocupación, lo que le hizo preocuparse de igual forma.

— Suzue, Me alegra verte ¿A pasado algo? ¿algún problema en Inglaterra?

— Haru-san, no se preocupe no ha pasado nada — le respondió relajando al contrario — ¿a que se debe tan repentina visita?¿olvidó algo?¿Desea que se lo llevemos?

—  No, no he olvidado nada, tengo que resolver un problema con Kambe — se sujetó el puente de la nariz — ¿puedo pasar?

Kato era un gran observador, no por nada había estado en la primera división. Notaba como Suzue se había tensado y como intentaba mantener su forzada sonrisa. Definitivamente algo estaba pasando...