ᴛʀᴜᴇ ʟᴏᴠᴇ [ᴅᴀɪʜᴀʀᴜ]

- CAPITULO ⁴ -

POV OMNISCIENTE

Se mantenía Sentado en su silla correspondiente. Usando sus lentes de alta inteligencia mientras que se encontraba viendo ciertas cosas.

Últimamente se estaba sintiendo mas solo que de costumbre, Haru ya no lo acompañaba ni de chiste y Suzue lo evitaba a menos que de verdad necesitará su ayuda.  Ya se había acostumbrado a la compañía de esos dos. En especial cuando vivía en una mansión que estaba demasiado vacía sin contar la servidumbre que se encontraban ejecutando sus labores.

Entre suspiros cansados no se había dado cuenta como el grupo de amigos se habían juntado en la salida. Los observo como hablaban cómodamente.

Era un hombre demasiado orgulloso para abrirse frente a ellos. Y no decir que lo único que salía de su boca cuando la abría no eran exactamente palabras bonitas, le gustaba ser directo, pero no sabía como serlo con sus sentimientos.

Mahoro por otro lado captó como kambe los observaba perdido en sus pensamientos. Que mejor siendo la más dulce que acercarse a el.

— Kambe-san ¿Se encuentra bien? — el azabache salió de sus pensamientos.

— Me encuentro bien — la de cabello rosado le sonrió, los demás los observaron por un momento esperando al regreso de su compañera. No fue cuando una idea se le vino a esta misma.

— ¡oh! Por cierto Kambe-san ¿No desea acompañarnos? Vamos a salir juntos

— ¡si venga! Nunca salimos juntos ¿Por qué no hacerlo? — kamei le apoyó. Mientras que yumoto asentía.

Haru por otra parte no dijo nada, solo intento ocultar su incomodidad y volteo a ver a otra parte para evitar cualquier contacto visual con el azabache. Sonaría muy grosero si se negaba, en especial cuando todos menos el quieran ir con el azabache, y esa noche invitaba kamei por una apuesta que perdió, nunca se perdería comida gratis y cobrarle algunos favores que le debía.

Kambe lo pensó por un momento, A pesar de no admitirlo. Era como si la tierra hubiera escuchado sus pesares. Saldría con sus compañeros de trabajo, y probaría más de esa comida barata deliciosa.

Su mirada de desvío al castaño que estaba en el marco de la puerta, observando a la nada y mordiendo su labio nervioso.

No pudo evitar a sonreír ante esa escena.

— Acepto — Haru quería golpear su cabeza contra la pared, pero se aguanto. Tenía que aceptarlo, en algún momento tendría que tratar con Kambe.