La Mordedura (Discontinuado)

Capítulo 9: Los jardines

Narrador omnisciente

La mujer cruzó las piernas mientras se debatía entre levantarse y salir de la habitación o quedarse esperando. Odiaba que la hicieran esperar, odiaba que la gente llegara tarde, odiaba que John se atreviera a llegar tarde cuando había quedado con ella. Se deshizo la coleta que recogía su rojo cabello y se la volvió a hacer, cuando había dado una última vuelta con la goma para el pelo, un montón de mechones escaparon y la coleta se quedó en nada. Ella refunfuñó y se levantó.

-       ¡Maldito seas, John Parker! – gritó al vacío.

-       No hace falta que maldigas en mi nombre a gritos – se quejó Johnny que acababa de abrir la puerta.

Ella le puso el dedo índice delante de la nariz y gritó:

-       Digo lo que quiero cuando quiero – le espetó.

John apartó el dedo de delante de su cara delicadamente.

-       Yo también te quiero – dijo con una enorme sonrisa.

Ella le dio una colleja como respuesta.

-       ¡Au! – fue el quejido de John -. Eso ha dolido.

-       Perfecto, eso es precisamente lo que pretendía.

John se acarició la zona golpeada.

-       Cassie, eres mala – dijo como si fuera un niño pequeño.

-       Sí, soy muy mala. ¿Ahora vas a decirme qué quieres?

John rebuscó entre los bolsillos de sus pantalones y le entregó un papel.

Cassie lo miró, extrañada, y empezó a leer lo que había allí escrito.

-       Esto parece una amenaza – dijo cuando acabó de leer -. ¿Es para ti?

-       No exactamente. Me lo dio Dan ayer. Iba dirigido a “El profesor de Metamorfosis rápida”.

-       Pues deberías ir con cuidado – Cassie le devolvió la nota -. No creo que sea una broma.

-       Yo tampoco, por eso te lo he enseñado, si me pasara algo…

Cassie le dio otra colleja.

-       Ni lo pienses, idiota. Nadie te va a hacer nada, y menos aún estando dentro de la Mordedura.

Narra Abiley

Los jardines de la Mordedura eran enormes y de un color verde que cegaba a la vista; había un montón de flores por todos lados, y podía notarse perfectamente la diferencia de cuidado entre las torres. En los jardines de la Torre Este había una exuberante selva llena de colores y vida, en la Torre Norte, en cambio, las flores estaban colocadas en parterres, todo estaba realmente bien ordenado. Y entonces dirigías tu mirada a los jardines de la Torre Sur, un auténtico caos, en vez de un jardín parecía el escenario de una película de guerra, aunque en la Torre Oeste no estaban mucho mejor, pero al menos no tenían boquetes en medio del jardín.

-       ¿Qué ha pasado? – le pregunté a Yaiza - ¿Por qué parece que en los jardines de la Torre Sur hayan plantado minas anti persona?

-       Creo que Dean y Jack estuvieron jugando ayer – respondió Yaiza como si fuera lo más normal del mundo.

¿Jugando? ¿Se puede saber qué entienden por jugar esos dos?

-       ¿Y utilizan granadas en sus juegos?