Capítulo 11: Una ardilla de biblioteca

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Narrador omnisciente

El pasadizo estaba oscuro, frío y húmedo, y la piedra de las paredes estaba atrapada por el moho. El sonido de sus pasos hacía eco y parecía que con él estuviera andando un enorme ejército. En su mano derecha tenía un pequeño cuchillo con el que iba marcando el camino haciendo muescas en la piedra. Llegó hasta una vieja puerta de metal e intentó abrirla sin mucha suerte porque estaba cerrada. Dejó ir una palabra malsonante y rehízo sus pasos hacia atrás intentando, en vano, silenciar su avance.

Narra Hatzar

Ley estaba realmente enfadada, tanto que casi le salía humo por las orejas.

-       Esa Gigi es una auténtica harpía – gritó.

La chica morena llamada Yaiza asintió efusivamente.

-       Es una borde – añadió.

-       Hatzar, ¿no tienes nada que decir? – Ley se colgó de mi brazo derecho y me lo zarandeó un poco.

-       No realmente – dejé ir mi voz suavemente -. No ha dicho nada que no fuera cierto…

-       ¡Te ha llamado enana! – refunfuñó Ley.

-       Bueno, creo que tiene razón, soy bajita, al menos en comparación con ella.

-       ¿Y no te ha molestado como te ha hablado? – Ley parecía empeñada en que me enfadara con Gigi.

Me encogí de hombros.

-       Realmente no me importa – añadí.

Y entonces Ley dejó ir un largo suspiro.

-       ¡Eres exasperante! ¡Muy exasperante! ¿Por qué nada nunca te molesta?

-       Ley, es una pérdida de tiempo enfadarse con alguien como esa chica. No te servirá de nada pegar gritos por culpa suya – intenté explicarle.

En realidad Gigi no me pareció una mala persona, pero era cierto que tenía una personalidad un tanto molesta y peligrosa. Era una chica un poco, quizás demasiado, sincera con sus palabras, y supongo que eso hería y enfadaba al resto de personas. Sentía que yo me parecía un poco a ella, aunque yo era menos dura con las palabras, y tampoco pretendía que todo el mundo hiciera lo que yo quería.

-       Ally – me giré hacia ella -, ¿dónde está la bibliteca? ¿Es grande?

Allianna estaba mirando hacia algún lado, hacia una cara extraña, como si estuviera oliendo algo desagradable.

-       ¿Ally? – no me estaba escuchando para nada.

Yaiza alzó su mano derecha y la paso por delante de los ojos de Allianna diversas veces.

-       Parece que la hemos perdido – rió.

-       ¿Achlys? – decidí pasar a mi siguiente opción -, ¿puedes responder tú a mis preguntas?

Ella se me quedó mirando como si estuviera pensando qué responder.

-       Es grande – dijo lentamente -, y está en dirección contraria a donde vamos.

Y noté que Ley me estaba dando tirones en la manga de mi camiseta.

-       No querrás ir a la biblioteca ahora – se quejó.

-       Quiero ir – era uno de los pocos sitios en ese lugar que me interesaba de verdad -. Pero no hace falta que me acompañes si no quieres.

La Mordedura (Discontinuado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora