19- Eres mío

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La llave continuaba funcionando, Tanya no podía creer que no hubiera cambiado la cerradura, tal vez, en el fondo, Eric quería que ella lo buscara. El ruido de la ducha le mostró la ubicación de su hombre. Dio pasos sigilosos hasta el baño de la recámara, el vidrio empañado de la mampara dejaba entrever la enorme y exquisita figura de espaldas. Sus ojos miel recorrieron la imagen que se proyectaba algo borrosa por el vapor caliente. Las gotas resbalando por la línea de su columna mientras el castaño refregaba el shampoo en su cabello. Necesitaba hablar con él, hacer que entendiera, sin embargo, encontrarse en esa situación, hizo que el deseo estallara ferviente en cada fibra de su cuerpo.

Se quitó los zapatos y despeinó su cabello Eric continuaba jabonándose en la misma posición. Se quitó la camisa y el jean para luego desabrochar el brasier y llevar al suelo sus pantaletas.

Estaba nerviosa, la reacción de Eric no había sido la mejor la última vez que se vieron. Tanya sabía que había sido una idiota por no contar con él y, principalmente, por no entender que ambos habían perdido una hija, no sólo ella. Había sido egoísta, ignorante del dolor que causaba, pero ya no podía volver atrás, sin importar cuanto se arrepintiera. Contuvo el llanto que quería fluir, ya era suficiente, dejaría de sentirse sola, dejaría que su cuerpo se conectara con ella.

- Te amo - susurró suavemente antes de abrir la puerta de vidrio y dar dos pasos hacia él. Lo abrazó por detrás, ese fue motivo suficiente para que Eric diera un salto y la arrojara sobre las baldosas negras del baño.

- ¿Tanya? ¿Qué mierda estás haciendo aquí? ¡Casi me matas de un infarto! Exclamó limpiándose la cara de los restos de shampoo. Tragó saliva. El cuerpo dorado y suave totalmente dispuesto sobre la pared, los brazos apoyados completamente sobre esta. Entregada, lista para que sólo se dedicara a embestir en ella. Eric estaba dolido, su ego había recibido un golpe mortal, sin embargo, la imagen de Tanya desnuda tan cerca de él, después de meses sin atención, era demasiado para sus sentidos.

- Vete de aquí- quiso que sonara como una orden, pero había sido tan suave, apenas audible. Tanya extendió su mano hacia él

- Ven aquí por favor. Te necesito. Te amo.

La voz al borde del llanto hizo que Eric se abalanzara sobre ella y se uniera en un beso castigador, tan duro, como si tratara de absorber todo de esa mujer. La morena suspiró de alivio y gozo. Sus manos se desplazaron hacia los hombros y el cuello, acercándose a él, sintiendo como la prominente erección chocaba en su vientre.

La boca de Eric era grandiosa, creando algo parecido a ondas vibratorias en cada centímetro de su cuerpo y, trayendo a la luz miles de sensaciones que estaban dormidas.

Cepilló con fuerza sobre su mandíbula y su cuello para luego descender a sus senos. Llevo la pequeña cúspide a su boca y succionó fuertemente para luego hacer círculos con su lengua , se dirigió hacia el abdomen y pellizcó tiernamente un pequeño rollito que se había formado.

- Abre las piernas- Tanya apenas podía pronunciar palabras por lo que sólo se dedicó a hacer todo lo que el hombre le ordenaba. Lo hizo y, acomodando una de ellas en su hombro, la levantó un poco para poder ingresar en la jugosa cavidad y deleitarse con sus sabores.

Los ojos de Tanya se pusieron en blanco. Y, sujetando entre sus dedos las hebras de su cabello, lo guio para que fuera hasta el fondo, para que la explorara una y otra vez, hasta que la pierna que aún la sujetaba comenzara a temblar por los espasmos de placer.

Eric subió lentamente dejando la piel bañada por su lengua en cada rincón por donde pasaba.

- Vete- los ojos de Tanya se abrieron, un mar de confusión y dolor haciéndose presente

Tanya - SAGA APASIONADAS (Romance +18) Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora