3- Quiebre

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Lara llevaba algunos meses trabajando con Yannick, afortunadamente había tomado mi consejo, logrando lo que anhelaba desde el momento en que sus ojos se encontraron. Era suyo, no sólo lo había tenido en su cabeza, en su corazón, sino que también había estado en su cama. Las oportunidades florecían para mi prima y estaba orgullosa de ella. Sin embargo, una mañana, las cosas dieron un giro de 180 grados, dejándola completamente desvalida frente a un hombre poderoso que sólo buscaba destruirla para de este modo, infligir daño en Yannick.

Nunca conocí al tal David Tolman, pero, si lo hubiera hecho, estoy segura, de que lo hubiera asesinado.

La policía llegó temprano ese día a mi departamento, Lara no había pasado la noche allí, sino que estaba con Yannick. Su primera noche de amor, su primera vez, aquella que a veces es inolvidable y que te marca para toda tu vida. Desafortunadamente la mía también lo hizo, pero por las razones equivocadas. Me mostró lo pérfido de la naturaleza humana y como algo que debía ocurrir cuando estuviese preparada ocurrió sin mi permiso. Yo no tuve la suerte de Lara, perdí mi virginidad con un hombre de la edad de mi padre quien se forzó dentro de mí, sin miramientos, y me dejó envuelta en llanto y dolor.

David había convertido en una pesadilla el amanecer de Lara y lo odié por eso. Los abogados de Yannick junto a Janet Atkinson, una amiga de este, hicieron hasta lo imposible para que mi prima no quedara tras las rejas por lesiones al tipo. Afortunadamente, pudieron lograrlo. Recibí la buena noticia mientras estaba en mi empleo. Paul no me había permitido faltar ese día, su forma de ser había cambiado. Lo primero que deduje es que, seguramente, se había hartado de mí, no era algo que me afectara, después de todo, eso iba a suceder tarde o temprano, por lo que estaba bastante tranquila.

Sin embargo, lo que ocurrió horas después, sin duda, superó todas mis expectativas.

- Ramos, el gerente te espera – una de mis compañeras me hizo una seña hacia la oficina de Paul, en seguida dejé mis tareas y me dirigí a su despacho

Apenas ingresé, una docena de personas repararon en mí. Tragué saliva, algo malo había ocurrido, la adrenalina comenzó a hacer de las suyas, los latidos vibraban en mi cabeza acallando mis pensamientos.

- Por favor, tome asiento Srta. Ramos, necesitamos hablar con usted

Hice lo que me pidieron de inmediato, los rostros fríos y endurecidos, incluso Paul lucía de esa manera.

- La semana pasada, tenía cien mil dólares en este escritorio que era parte del fondo de insumos. ¿Usted los tomó? – ni siquiera sabía cómo responder aquello, estaba totalmente en shock, me parecía inverosímil que creyeran eso

- Por supuesto que no- espeté ofendida, con toda la convicción que quedaba en mi voz – jamás lo haría

- Ha sido usted Srta. Ramos. Yo tenía el dinero aquí sobre mi escritorio y la única que ingresó fue usted para realizar la limpieza, ¿qué ha hecho con esa suma? – maldito infeliz, Paul Brown era un sucio ladrón, detrás de la apariencia de hombre serio de familia

- Yo no lo he robado

- Será mejor que confiese, la policía llegará muy pronto – genial, fue lo que pensé, al menos, podré estar en la celda con Lara

- No voy a confesar algo de lo que no soy culpable – mis ojos fueron hacia Paul quien bajó la mirada, era un cobarde, sólo eso, probándome, una vez más, que no debes entregar el corazón, y que hubiera sido una total equivocación enamorarme de él.

Tanya - SAGA APASIONADAS (Romance +18) Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora