014 | Rumba

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Elisa

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Elisa

La casa está full de gente y yo tirada en el mueble bebiendo con Ñuñi dormido en mi pecho. Se toma muy en serio el papel de ser mi hijo.

Después de que llegara Anwar, llamé a mis nuevos panas de la audición junto a Gaby. La chama me preguntó si se podía traer a su combo y le dije que si. Sorpresa para mi que eran un mollejero y ahora la casa parece un gallinero. Lo único que le faltó fue traerse al gato pero es porque no tiene.

Se trajo a los papás y los tres hermanos junto con la prima. De pana que tienen los genes benditos porque son preciosos todos.

Mi Zayn Malik personal se trajo a la novia y ya le hice la vida imposible pero me aburrí así que la dejé ir a bailar con mi hermano.

Ruel se fue hace rato porque lo llamó una tal Michelle. No sé quien es pero se fue apurado, así que seguro pasó algo importante. Por lo menos prometió contarme después, ganando puntos.

—Hola, belleza.

Aparté la mirada de la gente y observé a quién me hablaba. Era Matthew. Le sonreí y tomé un trago de mi bebida.

—¿Cómo sigues? —acercó una silla hasta mí y se sentó cerca.

—La verdad, bastante mejor. Pero estoy esperando que haga efecto la crema que me eché para el dolor. —señalé mi cadera.

Su semblante se llenó de entendimiento para después beber un trago.

—Tu papá me dió esto. —informó al ver que miraba fijamente su vaso.

Me matan y le dió Centauro.

—Dame acá para probar.

Lo hice y si, era esa vaina.

Yo no sé que coño le pasa a mi papá que ahora anda bebiendo pura vaina de esa, cuando él es ique un hombre bello que toma puro Cacique. Esa es la junta que carga con Francisco mano, ya lo vi. Y lo peor es que mi mamá anda loquita por irse a rumbear con ellos.

—¡Marica! —nos interrumpió Joe. ¿Si notan como se está juntando con Alexis?—. Prestame tu cuarto, ¿sisa?

Abrí los ojos asombrada y Matt soltó una carcajada.

¿Como es la verga?

—¿Vos sois loco o te pica la mierda? —cuestioné—. Yo como que tengo cara de hotel.

—Por favor. —hizo puchero.

—¿A quién te vai a coger?

Al menos que valga la pena la infección a mí cama.

Se acercó a mí oído y susurró—: A Amber.

Verga.

Según me contó hoy en el hospital, lleva detrás de la caraja desde hace tres meses y nada que se lo aflojaba. Pa mi que aprovechó y creyó que no los iba a dejar tirar en mi cuarto, pero qué sorpresa que soy bien alcahueta.

MIJO, ¿QUÉ HABLAI?  ↬VAN DIJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora