MIJO, ¿QUÉ HABLAI? ↬VAN DIJK

033 | Una premier y una gaveta perdida pt.2

Elisa

¿Cómo se pierden dos carajitos en una alfombra roja?

Pregunta seria. No tengo idea. ¿Para dónde habrán agarrado?

Auxilio, me van a joder. Elena es capaz de venirse a pie desde Venezuela solo para caerme a batazos.

—¿Han visto a una enana con pinta de Pucca? Es como de este tamaño y su cerebro es del tamaño de una nuez—le pregunté a un grupo de gente que vi por ahí.

—No. —respondió uno de ellos, mirándome raro.

Hola Dios, soy yo por quinta vez hoy. Soy muy joven para morir en manos de una madre preocupada.

A lo lejos vi a Shawn posando junto a Camila frente al poco de paparazzis. Me supo a culo y me metí ahí, asustándolos a ambos.

—¡No sé que se hicieron Eliana y Noah! —exclamé, cagadísima.

—¡Elisa, mira! ¡Conseguimos un autógrafo de José Andres Castillo! ¡EL DE TEEN WOLF! —la coñita e su madre apareció de entre los muertos.

¿José Andrés Castillo? ¿De dónde me suena ese nombre?

Los carajitos e su madrina estaban parados cerca de la entrada del teatro, moviendo los brazos de lado a lado intentando llamar mi atención. De espaldas a mí estaba un catire mas o menos fornido que se nota a leguas que está forrado en plata, y cuando volteó me congelé.

—¡Sobrina! —gritó, con una sonrisa enorme en el rostro.

A la mierda. Ahora si me mataron. No me va a joder Elena, me va a joder mi papá.

—¿Elisa, estás bien? —dijo Shawn preocupado. De inmediato negué con la cabeza y palidecí más al ver al actor acercarse junto a Eliana y Noah.

—Sabía que estarías aquí y no dudé en venir a apoyarte.

Terminó de llegar hasta mí, me abrazo y yo no pude corresponderle. Seguía en shock. ¿Cuántos años sin verlo en persona? ¿Dos? Sí, esa vez estaba con mi papá comprando los regalos de navidad y Cheo tuvo el valor de acercarse a saludar. ¿Que se ganó? Un coñazo de mi papá.

Desde lo que pasó con mi tío Miguel la familia no fue la misma. El estado de ánimo de mi papá cambió mucho pues se culpaba por lo sucedido —todavía lo hace— y eso generó las primeras disputas con Tate, su cuñada. Todo empeoró porque Tate decidió seguir adelante y un año después del fallecimiento de mi tío empezó una nueva relación.

Por supuesto, eso causó revuelo en toda la familia y como consecuencia ni mis primos ni Tate y ni su hermano José Andrés, alias Cheo, nunca más volvieron a Maracaibo y Javier no nos dejaba siquiera nombrarlos.

Jamás apoyé el punto de vista de mi papá, pero si lo respeto bastante cuando se arrecha. Así que, de lejitos se ve mas bonito.

—Ehm, si. Jeje. —palmeé su espalda, incómoda.