No estaba solo

Prólogo

7/09/2020

Sasuke había dejado la aldea en su búsqueda de redención poco después de haber sido liberado y absuelto de sus crímenes por su labor en la guerra. Si bien regresaba esporádicamente para dar algún informe al Hokage, la mayor parte de la comunicación era realizada a través de su águila mensajera.

Durante el poco tiempo que estuvo en la aldea antes de marcharse, pudo recomponer por completo su amistad con Naruto, quien siempre estuvo dispuesto a perdonar cualquier falta por parte de éste.

Con Sakura, las cosas no habían sido tan simples. Él sabía que ella había estado enamorada de él desde pequeña y que probablemente seguía teniendo sentimientos, aunque no entendía cómo podía seguir sintiendo algo por alguien que había tratado de matarla en más de una ocasión. Él le había pedido perdón por todo pero sabía que eso no alcanzaría para sanar el vínculo que algunas vez tuvieron -o pudieron tener. Muchas veces lo negaba, incluso llegó a negárselo a sí mismo, pero él albergaba sentimientos por ella. Sin embargo, su falta de inteligencia emocional no le permitía actuar correctamente.

Antes de emprender su viaje ella le ofreció su compañía pero, al igual que la primera vez, él la rechazó. Al igual que la primera vez, una parte de él quería que ella lo acompañara, quería que ella ayudara a sanar lo que necesitaba sanar, a encontrar una luz en su vida. Antes, la necesitaba para que le hiciera entender que la venganza no era el camino a seguir; ahora, la necesitaba para que lo ayudara a luchar contra sus propios demonios, a ver la luz al final del camino, a perdonarse. Pero al igual que la primera vez la rechazó. Sasuke había crecido, había madurado, pero aún seguía pensando que todo lo debía hacer solo.

Ella lo comprendió, entendió que necesitaba tiempo y se apartó de su camino con la esperanza de alguna vez cumplir su sueño de niña, su sueño de convertirse en Sakura Uchiha.