Capítulo 10 - Final

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11/09/2020

Kakashi volvió a su casa y se dio un baño rápido, más que nada para poder peinarse y sacarse el olor a sexo de la noche anterior. Se vistió con un traje formal, buscó algo de una caja que tenía en el fondo del placard y se dirigió al departamento de Sakura.

Al llegar prefirió no tocar el portero ya que probablemente estuviese organizando todo para su viaje y no querría que él lo viera y no lo iba a dejar entrar. Se decidió por tocar otro departamento y amablemente explicar que era el Hokage y que venía a visitar a una amiga que no estaba escuchando el portero.

Para su fortuna, la misma viejecilla de aquella vez se acercó a abrirle. Él le agradeció y se dirigió al departamento de Sakura escondiendo su chakra.

Tocó la puerta y al preguntar quién era él no respondió, ella terminó abriendo pensando que le habían dejado un paquete o una carta y lo encontró bañado, arreglado frente a su puerta.

—Kakashi —preguntó casi sin aliento por la sorpresa.

—Sakura, fui un idiota —le dijo mirándola a los ojos para que supiera que no mentía. Ella se corrió para dejarlo entrar. Tal como él imaginó, su living estaba lleno de cajas donde ella estaba ordenando sus pertenencias—. No importa si creo que te merezco o no porque al fin y al cabo la que decide sos vos, tenés razón. Nunca me di cuenta de que no sólo me lastimaba a mi al negarme estar con vos si no que también te lastimaba a vos. Me convencí de que encontrarías a alguien que realmente te merezca y te haga feliz y que si bien ahora saldrías lastimada lo hacía por tu bien.

>>Pero si me amás de la misma manera en que te amo yo, no vas a encontrar a otra persona y, después de una charla interesante que tuve, me doy cuenta de que tampoco soportaría verte con otra persona —dijo un poco avergonzado.

—Sasuke —dijo ella pensativa mientras sonreía y negaba con la cabeza sabiendo que no había cumplido su promesa de no decir nada. Debía agradecerle por haberla roto. Kakashi le sonrió confirmando sus sospechas.

—Antes de hablar con él había llegado a la conclusión de que más que el hecho de no merecerte, tenía pánico a sufrir y perderte como perdí a todos los que me importaron en la vida. Pero él me hizo entender que me estaba preocupando por lo que podía pasar en el futuro si me permitía experimentar la felicidad de estar juntos; cuando, en realidad, te estaba perdiendo ahora y que si bien tengo algunos recuerdos para atesorar, no son nada comparados a los que todavía podemos construir.

>>No quiero sólo tener sexo con vos -aunque no me quejo si tenés ganas-, quiero hacerte el amor todos los días, quiero compartir silencios, quiero compartir charlas, miradas, hasta peleas -que siempre terminen con un sexo de reconciliación —bromeó él y ella río -quizás no era tan en broma—. Sos la persona a la que quiero ver cada vez que abra los ojos a la mañana, quiero sentirte en mis brazos al despertar, oler el perfume de tu cuerpo, escuchar tu risa, secar tus llantos -espero no volver a ser yo el causante de ellos.

>>Intentamos ser amigos pero no nos alcanzó. Tener sexo tampoco nos alcanza. Quiero más de vos, de mi, de nosotros. Te quiero como mi pareja, como mi compañera, como mi persona especial, esa que sabe cuándo estoy triste o cuándo estoy contento, que entiende lo que quiero decir sin tener que decir una palabra. La que conoce mis miradas mejor que nadie. La que hace que el cuerpo me tiemble al tocarme.

>>Ya te probé en todas tus facetas y te elijo en todas. Ya te probé y se que no podría vivir sin vos a mi lado. Este mes y medio fue una tortura. No es que me haya acostumbrado a tu presencia en mi vida, es que la ansiaba. Antes de tenerte no sabía que me faltabas.

>>Estaba roto y me ayudaste a sanar y soltar todo el peso con el que cargaba. No somos dos personas a medias que se buscan porque se necesitan. Yo estaba roto hasta que te conocí, ya no lo estoy y vos sos una mujer plena hace tiempo ya. No nos necesitamos, nos elegimos. No nos completamos porque no somos mitades, nos hacemos mejores. Y si puedo elegir ser mejor, obviamente lo elijo. Y sé que sólo puedo ser mejor a tu lado.

Sakura lo miraba asombrada de todo lo que estaba escuchando y se soprendió aún más al verlo tomar una caja de su bolsillo y arrodillarse. El levantó la mirada para encontrar sus ojos. Ella estaba con la boca abierta aguantando la respiración.

—Sakura, se que tardé y espero que no sea demasiado tarde pero ¿te gustaría casarte conmigo? —Kakashi abrió la caja en la que se encontraba el anillo de compromiso de su madre. Ese anillo que nunca pensó que iba a usar pero que estaba feliz de pensar que ella podría llevarlo en su mano.

>>Obviamente no quiero que te vayas de la aldea pero quiero que te quede claro que no es por eso por lo que te pido matrimonio. Una vez que entendí que teníamos que estar juntos me di cuenta de que no tiene sentido esperar. Se que sos vos mi mujer. Sos la mujer que elijo para que lleve el anillo de mi madre, no se me podría ocurrir nadie mejor y me haría extremadamente feliz que aceptes.

Lágrimas caían por el rostro de Sakura y Kakashi no estaba seguro de si eran de alegría o tristeza.

—¡Baka! —le dijo mientras le estampaba en la cara una cachetada. Ciertamente no estaba infundida con chakra, eso era bueno.

—¿Eso es un...? —pregunto Kakashi ya parado y más tranquilo sabiendo que no le habían partido los huesos.

—¿Por qué tardaste tanto? —le gritó ella entre enojada y contenta. Enojada porque tardó tanto en darse cuenta pero feliz de saber que se había decidido a estar con ella.

—¿Se me cruzo un gato negro...? —empezó Kakashi cuando Sakura lo interrumpió saltando encima suyo, bajando su máscara y besándolo al mismo tiempo.

Al quedarse sin aire, Kakashi la tomó de los hombros para separarse levemente y mirándola a los ojos le preguntó.

—¿Entonces...? —Sakura rodó los ojos mientras esbozaba una sonrisa.

Kakashi sabía la respuesta pero nada le haría más feliz en ese momento que escucharla de sus labios.

—Entonces sí —le respondió ella para volver a besarlo.

FIN

No estaba soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora