No estaba solo

Capítulo 1 - La vida sigue

07/09/2020

El tiempo pasó. La Cuarta Gran Guerra Ninja había terminado hace poco más de 3 años y la paz reinaba en las cinco grandes naciones. Cada integrante del equipo 7 había seguido con su vida.

Naruto se había casado con Hinata y un año atrás había sido padre por primera vez. Luego de recuperarse completamente de las secuelas de la guerra comenzó a ayudar en la reconstrucción de la aldea y a estudiar y prepararse para ser Hokage en un futuro. Si bien su tiempo lo pasaba mayormente entrenando y estudiando, hace unos años había entrado a ANBU y cada tanto era llamado a misiones.

Kakashi se había convertido en el Rokudaime Hokage poco después de la guerra. Si bien nunca fue su sueño si no el de Obito, él aceptó el puesto hasta que Naruto estuviese listo para sucederlo.

Sasuke continuaba fuera de la aldea recolectando información acerca de los Ōtsutsuki. Si bien durante su primer año fuera de la aldea sólo volvió dos veces que duraron menos de una día cada una y estaban estrictamente relacionadas a la entrega de un informe al Hokage, los últimos dos años trataba de volver cada un par de meses y quedarse unos días para reconectar con sus amigos.

Sakura

Sakura estuvo unos meses fuera del hospital al volver de la guerra hasta que pudo sanar, o mitigar, las heridas emocionales que ésta había dejado luego de atender a tantos shinobi y no poder salvar a muchos de ellos. Ver la muerte tan de cerca le había golpeado duro.

Si bien no volvió enseguida, nunca dejó de entrenar con Tsunade y, una vez que lo consideró prudente volvió al hospital. Se había convertido en una de los médicos referentes del lugar. Tsunade era la directora y ella su mano derecha.

Sakura solía levantarse al alba, desayunar y dirigirse al campo de entrenamiento para correr un rato sin que nadie la molestase, volver a su casa, bañarse y dirigirse al hospital a cumplir su turno. No sólo atendía pacientes sino que, muchas veces, hacía el trabajo de Tsunade ya que ésta se encontraba asesorando a Kakashi o en alguna otra aldea impartiendo cursos de actualización médica. Su almuerzo generalmente no existía o era un bento comido a las corridas y frío en el escritorio del consultorio. Por la tarde se dirigía a la biblioteca a continuar sus estudios. Cuando su energía se lo permitía iba al campo de entrenamiento a entrenar un poco hasta que el sol se ocultara. En ese momento volvía a su casa para bañarse, comer una rápida cena y dar su día por terminado.

Esa era su rutina, una rutina autoimpuesta cuando decidió volver al hospital. Una rutina que no dejaba tiempo para pensar en nada más que trabajo, estudio y entrenamiento; una rutina que no le daba tiempo para recordar su fallido "amor".

Sasuke Uchiha se había ido al ser absuelto y no quiso llevarla con ella. Ella lo comprendió, entendió que necesitaba tiempo y se apartó de su camino con la esperanza de alguna vez cumplir su sueño de niña, su sueño de convertirse en Sakura Uchiha.

Sin embargo, al poco tiempo de sentir su ausencia, su corazón empezó a encontrar la calma. Ella no comprendía bien por qué ya no necesitaba buscarlo, por qué no lo extrañaba, por qué no sentía esa sensación en su estómago cada vez que pensaba en él. Al principio, cuando el se fue, ella trataba de pensarlo, trataba de recordarlo y de sentir eso que sintió de niña, lo que sintió todos los años mientras él estaba con Orochimaru, cuando él armó su grupo para encontrar y matar a Itachi, cuando él se unió a Akatsuki; ella trataba, pero no lo lograba. No entendía por qué no la afectó tanto el hecho de ser rechazada como compañera de viaje una vez más, por qué lo había aceptado tan fácilmente. No entendía -o no quería entender.

Poco tiempo después de terminada la guerra Sakura se encontraba en paz. Por un lado, estaba lista para volver a trabajar en el hospital y, por otro, ya no anhelaba de manera enfermiza la aprobación y el amor de Sasuke, tampoco lo extrañaba, le bastaba saber que él estaba bien, que estaba recorriendo su camino para sanar así como ella lo había hecho. Sabía que Sasuke necesitaba perdonarse a sí mismo y que eso le iba a llevar tiempo. Pero ella estaba en paz, ella lo había perdonado.