Capítulo 5

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Pasaron las semanas en donde Severus lentamente se estaba recuperando hasta llegar a un estado de salud casi perfecto y en donde, luego del incidente con los mortifagos, comenzó a trabajar como la mano derecha del mayor cumpliendo un muy buen trabajo, donde igualmente se comenzó a dedicar a pelear contra la orden del fénix, una organización creada por Dumbledore y en la que estaba el patético de Potter y su ex mejor amiga Lily...

Severus solamente se enfrentó a una sola batalla contra la orden del fénix, siendo esto un accidente, puesto que la idea era ir a buscar a los mortifagos heridos luego de que la orden escapara, pero mientras hacían el rescate llegaron algunos hombres, a lo que Severus solamente comenzó a combatir él solo contra los magos, logrando desarmarlos y dejarlos heridos sin esfuerzo alguno mientras los mortifagos le miraban con miedo y respeto.

Aun así siendo un mortífagos fiel al Lord, siendo igual su fiel mano derecha y uno de los mejores combatientes de todos, no tenía la marca en su brazo y eso era porque el mayor no quería arruinar ese hermoso cuerpo y mucho menos marcar la pálida piel con algo que el mismo encontraba como una marca de servidumbre.

Además de ello Severus no era como los demás mortifagos, era alguien muy querido para sí mismo y era especial, tanto que no podía ser tocado por nadie más que el mismo Voldemort, del cual Severus casi nunca se separaba.

Así es, ninguno quería estar sin el otro, querían quedarse juntos, hablar, pasear por los grandes jardines de la mansión o simplemente ir a la biblioteca y sentarse juntos a leer un libro de pociones o de magia oscura o, al mismo tiempo, realizar algo más común como sentarse y tomar una deliciosa taza de té de menta o lavanda por las tardes junto con galletas preparadas por los elfos domésticos.

Junto a los paseos y a las tazas de té siempre hablaban de diversos temas, tanto de las diversas estrategias que podían usar para cada operación y así ganar la guerra o simplemente hablar de sus vidas privadas, hablaban de ellos mimos, conociéndose más de sí mismo, logrando encantarse más con el otro.

Pero todo cambio una tarde en donde todo parecía normal pero, en medio de una batalla, ambos bandos estaban teniendo problemas por lo que llegaron ambos líderes logrando de esa manera que tanto el mimo Lord Voldemort y Dumbledore estaban en plena lucha.

Pasando las horas ambos bandos estaban algo agotados, la lucha llevaba horas pero nadie se daba por vencido, querían ganar esta lucha pues sería un punto decisivo para la guerra final; el mismo Severus estaba peleando, logrando desarmar y lastimar a muchos de la orden del fénix pero al mismo tiempo rescatando y sacando personas que no tenían nada que ver con lo ocurrido, demostrando así su amable corazón,

Lamentablemente lo último, por buena acción que sea, le desconcentro por unos momentos, además de tanto pelear ya se estaba quedando casi si energías por lo que rodeado en un momento hasta por 5 miembros del bando enemigo comenzaron a volar los hechizos, pero en un momento ya no pudo más y mientras intentaba recobrar el aliento una persona, la cual Severus no logro ver, le logro desarmar y arrojar a Severus lejos de su varita y sin poder hacer más lo rodearon y se amarraron para desaparecer del lugar llegando a otro sitio. Severus miro alrededor, eran unas mazmorras, seguía observando muy bien hasta que logro ver una ventana y miro por ella de forma atenta, logrando ver agua de color verde azulada, y sonríe un poco, ya sabía en donde estaba al menos, Hogwarts.

Luego de seguir caminando llegaron a los calabozos del castillo, lugar que casi nadie sabía que existía, solamente lo conocían algunos mientras de la orden y algunos prisioneros que tenían, por lo que Severus logro ver a varios mortifagos los cuales estaban pálidos y algo heridos.

"Y luego nosotros somos los malos" piensa Severus puesto que sus capturas de guerras, aunque su estaban en los calabozos, si eran tratados como personas y no tenían heridas, al contrario, se le sanaban algunas heridas, las más graves, y se le daban pociones las cuales evitaban que se infectaran.

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