Capítulo 8

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Tom y Severus se separan del beso, estaban impactados por lo acontecido pero no lo estaban de mala manera, por el contrario, estaban felices de que el contrario le aceptara.

Solo les hacía falta mirarse, no era necesario decirse palabra alguna puesto que sus ojos expresaban un brillo que indicaban felicidad, sus almas estaban unidas desde el inicio y eso lo sabían, solamente que la acción anterior corroboro lo que sus corazones sentían.

Severus desvío la mirada nervioso, jamás pensó sobre la posibilidad de estar con alguien de esa manera y menos aún que ahora tiene la posibilidad de quedarse sin su magia.

Por otro lado el mayor sonríe levemente al ver la reacción del menor, el verle sonrojado mientras desvía la mirada levemente realmente le parecía hermoso y adorable, algo que jamás pensó ver y aun mas sintiendo algo que jamás pensó sentir, amor.

- Severus... mírame – le pide de manera amable tomándole del mentón.

- No, no, no, no – negando levemente con los ojos cerrados.

Tom ríe bajo, le toma del mentón con cuidado y hace que le vea, haciendo que queden una vez más frente a frente, a lo que solamente le besa una vez más de forma cuidadosa y cariñosa para separarse de él y abrazarle con cuidado apegándolo en su pecho.

- Te quiero Severus, te quiero mucho – susurra para que solo el menor le escuche.

Severus, sonrojado, escondió su rostro en el pecho del contrario por un tiempo y suspira levemente.

- Yo... yo igual te quiero mucho Tom – dice bajito y de forma tímida.

Sonriendo le abraza más fuerte, apegándolo lo más posible a él, realmente le encantaba sentir a Severus a su lado y ahora que al fin lo tenía no tenía pensado dejarle ir, lamentablemente para Severus desde ese momento estaba atado a él.

Ambos quedaron abrazados un tiempo hasta que escucharon unos toques en la puerta, a los que Severus se intentó separar del mayor para que no les pillaran de esa forma, pero Tom solamente le apega una vez más a él.

- Adelante – habla de forma segura para ver cómo se abre la puerta.

- Mi señor, necesito darle al joven Severus sus pociones – dice el medimago con respeto al verlo.

- Claro adelante – le mira con calma mientras acaricia el cabello y las mejillas del menor con cuidado y amor.

De esa manera el medimago se acercó a la mesa de noche y toma unos frascos llenos de diversas pociones y se acerca al menor, el cual se había separado de Tom.

- Esta es primero – le entrega una poción de color morada que Severus bebió rápidamente.

Severus seguido tomando pociones, cinco en total, todas para diferentes cosas, a lo que terminado el medimago salió del cuarto y Severus regresa a los brazos del mayor, en donde se dio cuenta le encantaba estar.

- Severus, ¿puedes contestarme algunas cosas? – le pregunta con calma.

- ¿Ah? Claro ¿Qué cosas quieres saber? – le mira a los ojos y sonríe levemente.

- ¿Cómo lograste lanzar el avada durante la guerra? ¿Qué ocurrió mientras estabas ahí?

- Ah... eso – se acomoda en el mayor – fue complejo, luego de aplicarme torturas – tiembla levemente al recordar lo ocurrido – durante unos momentos no pude soportarlo más... era demasiado – mira sus brazos llenos de rasguños y moratones – me quebrante por unos momentos y logro robarme parte de mi magia pero logre recomponerme y evite que de esa manera dejase de robarme más de ella – suspirando levemente – siguió su tortura por horas pero no lograba sacarme ni un poco más y, ya frustrado, me dejó arrojado en un calabozo y se le olvidaron las esposas para controlar mi magia así que me ayudo a mantenerme vivo, quizás eso quería. – suspirando y se abraza a si mismo por los recuerdos – en ese momento desaparecí, estaba frente a él, pude ver la guerra, si estaba débil pero podía hacer algo de magia.

No Quiero Estar SoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora