Capítulo 6

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Su cuerpo dolía, su corazón sufría y su alma lloraba...

Ya no podía soportarlo más, realmente no sabía el cómo había soportado tanto la tortura que se le estaba brindando, el cómo su cuerpo estaba totalmente lleno de heridas, de cortes, de cicatrices, todas hechas con objetos hechos tanto mágicos como muggles... y con sus manos esposadas con esas esposas que evitaba usar su magia pues no podía usar la misma para intentar recuperarse.

Sabía que gran parte del dolor lo estaba logrando superar gracias a que mantenía su mente cerrada, con los ojos cerrados pensando solamente en una persona, en el mismo Tom, la única persona que podría rescatarlo y en la única que podía confiar en esos momentos.

En parte estaba sumergido en sus pensamientos, siendo así siempre que lo dejaban "descansar", pensando de esa manera en todo lo ocurrido desde el momento de saber la verdad...

"Luego de la revelación entregada por el director de la escuela Severus solamente intentaba asimilar todo, mientras sentía que era jalado y arrojado una a un cuarto especial, el cual era más grande que las celdas pero que había una gran protección, tal que sentía que su magia era totalmente inútil pero aun así le colocaron unas esposas para evitar que su núcleo mágico hiciera algo de magia inconscientemente.

Caminó hacía una ventana, la vista no era grandiosa pero al menos podía ver algo, eso era algo bueno o se volvería loco... por lo que se quedó mirando de forma calmada el lugar, logrando ver y asimilar parte de su teoría. En cada momento se podía ver una "tela" casi imperceptible de magia que cubría los terrenos del castillo...

-Al parecer aun estas despierto – Severus al escucharle se voltea, mirando a Albus Dumbledore frente a el – sabes... he intentado todo pero aún me haces falta – le sonríe levemente.

Antes de que Severus pudiera decir algo, siente como le tomaba y le comenzaba a jalar del brazo llevándolo por pasillos del castillo y llegando así al cuarto en donde había visto que anteriormente habían metido a los mortifagos.

Albus le dejó en una cama en donde le amarro y, de la nada, comenzó a sacar unas cosas y dejarlas en una mesa cercana a la cama con calma.

-¿Sabes que necesito?... – le sonríe con calma – Necesito tu magia, necesito proteger al castillo... y aun que he sacrificado a algunas personas para ello – Severus le mira extrañado – necesito magia Severus... mi magia es algo débil, y necesito extraer la magia de otros pero son tan débiles – le mira con una falsa pena – pero tú, Severus – le acaricia la mejilla – eres perfecto para darme tu magia, así seré el mago más poderoso de todos...

-¡Eso jamás! – le grita molesto mientras intenta soltarse - ¡Jamás te ayudaré maldito! – le mira con odio.

Albus le mira de forma molesta, solo había una forma de extraerle la magia a un mago y esa única forma es que el mago pierda completamente la voluntad y de esa manera casi "voluntariamente" le entregaba su magia, pero al ver a Severus claramente se podía ver que él no cedería como los demás, los cuales solo con unos simples cruciatus ya daban su magia y vida como si nada...

De esa forma, el mayor le mira y suspira, puesto que sabía de forma tan clara como el agua, que Severus no se dejaría vencer tan fácilmente, no luego de todo lo que había pasado en su vida, por lo cual, solamente le quedaba intentar todo lo posible hasta lograrlo...

De esa manera comenzó a mirar a Severus, tomando un cuchillo afilado, rompiendo la ropa del menor, mientras dejaba marcas en su cuerpo sin cuidado alguno, dejando ver la sangre y algunos gemidos de dolor del menor.

Luego de ello tomo una poción morada y la mira de forma atenta, la deja caer en los cortes logrando de esa forma que comience a quemarle por dentro, a lo que Severus comienza a gritar de forma desgarradora.

No Quiero Estar SoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora