Basado en la serie The Walking Dead. Empieza desde la segunda temporada y sigue el ritmo de la historia original, con alteraciones creadas por mí. Narrado en primera persona por la protagonista, Tanya Grimes (papel inventado), y en ocasiones desde e...
—He visto un pequeño establecimiento en el camino, cerca de aquí —escuché decir a Hal —. Tanya, ¿vamos a examinarlo mientras vuelven los demás?
"Claro que sí... En tus sueños, chaval" pensé en tono sarcástico.
—No creo que sea buena idea —le solté.
El crío me miró como si le hubiese dado una patada en los huevos. Ya me gustaría.
—Tiene razón, la última vez que te fuiste de mi lado estuve mas de 10 horas sin saber nada de ti —le reprendió su padre.
—Qué suerte que no seáis mis guardaespaldas, ¿no? —nos suelta frunciendo el ceño —. Vamos, Hal.
Esta niña es incorregible. A veces me saca de mis casillas.
—¡¡Tanya!!
—¡Papá! Está a pocos minutos, dame el walkie, cualquier cosa te aviso.
Su padre le fulminó con la mirada, poniéndole el walkie talkie en la mano. Ella sonrío con suficiencia. "Genial, Rick. Disciplina para todos menos para tu hijita".
—Os quiero aquí lo más pronto posible. Traed algo útil con vosotros. Y tú, cuidadito —advirtió a Hal, cargando el revólver en sus narices.
"Oh, sí, muy convincente. Seguro que así se le quitan las ganas de revolcarse con tu hija". Una ola de rabia me inundó de arriba a abajo. "¿Qué coño te pasa, Dixon? Céntrate".
—Bueno, ¿vamos o qué? —pregunto cogiendo la ballesta de mi espalda.
—Sí. Eh, Ben, ¿puedes ayudar a Carl a cubrir el terreno de vigilancia?
—Claro, Rick —respondió el otro Mason corriendo hacia la otra punta de la carretera.
Nos metimos en el bosque con la intención de cazar algo decente que llevarnos a la boca. Estaba hasta los cojones de comer plantas, bayas y ardillas. Sin mencionar lo que daría por volver a fumarme un cigarro...
—Oye, Daryl.
Rick interrumpió mis pensamientos.
—Sé que estos meses no están siendo fáciles. Quiero darte las gracias por tu ayuda... —"vale, momento melancólico, los que mejor se me dan" pensé con ironía —. Confío en ti de verdad.
—Ya, colega, de nada —es lo mejor que se me ocurre decir.
Vuelvo a quedarme callado, fingiendo que estoy concentrado en seguir los rastros de algún animal.
—Estoy muy preocupado por Tanya —"genial, ahora hablamos de lo último que necesito hablar" —. Creo que se está guardando mucho dentro. Todo lo que pasó con Shane... Hace como si no hubiese ocurrido nunca. Y sigue sin contarme lo que hizo aquellos meses que nos estaba buscando. Ni con quién. No sé qué hacer para que se abra.
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