Corrí hasta su encuentro y me tiré en sus brazos. No podía creer que estuviera ahí, conmigo. Sano y salvo. Me sentí como cuando era pequeña, los brazos de mi padre habían sido siempre mi sitio favorito cuando me sentía mal, mi santuario.
—¡Papá! Pero, ¿cómo es posible? —murmuré con el corazón palpitante y las lágrimas recorriendo mi rostro —. Te creía muerto.
—Tranquila, cariño, ya ha pasado todo. Estamos juntos —respondió acariciando mi cabello, justo como cuando era pequeña.
—Lo siento tanto, de verdad, papá. Debería haber estado aquí, no debería haberme ido a la universidad estando enfadada con vosotros. Siento todo lo que pasó y cómo me comporté —dije aceleradamente, sin poder controlar las lágrimas —. ¿Mamá? ¿Carl? Dime que están bien, por favor.
—Shh, no te preocupes, están bien, estamos en un lugar seguro. Y no le des vueltas al pasado, ya no merece la pena. Todo es diferente ahora, y tenemos mucho que hablar. Quiero saber dónde has estado y cómo has llegado hasta aquí.
—Será mejor que volvamos a la granja. Ya habrá tiempo de hablar con calma —inquirió Shane. Le miré de reojo. Si mi padre supiera la verdad sobre él...
—Sí, ya he tenido suficientes escenas dramáticas por hoy —opinó el otro hombre. Daryl, creo recordar —. Rick, tu hija intentaba robarme la ballesta y me iba a atacar con un machete. Estaría muy cabreado si no me hiciese gracia el hecho de que se haya atrevido a intentarlo.
Mi padre le lanzó una mirada mientras me dirigía de la mano hacia el coche. Me preguntaron si tenía alguna pertenencia que cargar. Shane trajo mi mochila de la casa que le indiqué, mientras yo dirigía mi mirada a los arbustos donde había dejado mi moto. No dije nada, estaba bien escondida y podría resultar útil que siguiera estándolo por el momento. Además, en realidad nunca me habían gustado las motos.
Tras un rato en la carretera llegamos a lo que parecía ser una granja. El terreno era bastante amplio, por lo que podía llegar a apreciar. Durante el viaje, no me había soltado de mi padre. No había hecho falta que ninguno lo dijera, los dos habíamos subido a la parte de atrás para seguir abrazándonos el mayor tiempo posible. Todo el sufrimiento que había pasado este tiempo, todas las cosas que había tenido que hacer para seguir con vida, todo pareció desaparecer mientras estaba a su lado. No era consciente de cuánto le necesitaba, él siempre había sido mi héroe y yo su niñita. Todo lo demás no importaba ahora. Todo lo que tenía que confesar, podría esperar por ahora.
Unos días después
El reencuentro con mi madre y mi hermano pequeño resultó igual de emotivo. Por fin les había encontrado, y mi padre estaba vivo. Era mucho más de lo que podía pedir. Estos días habían sido irreales, me sentía exhausta por la mezcla de sentimientos, por el cambio tan brusco que suponía todo esto. Me sentía desbordada por tanta gente nueva, gente que se había convertido poco a poco en cómplices de mi familia, algunos incluso en amigos, y abrumada por tanta información que asimilar de golpe.
Me habían contado todo lo sucedido desde que mi padre despertó en el hospital. Cómo habían recorrido sus caminos hasta por fin encontrarse. Me contaron también sus planes de ir a Massachusetts para buscarme. Si hubiera tardado mucho más en llegar, ellos habrían ido hacía allí, dificultando así la posibilidad de encontrarnos.
La primera noche que pasé aquí, en nuestra tienda de campaña acomodada fuera de la casa de Hershel, el dueño de la granja, mi hermano se había metido en el saco conmigo y me había contado que ninguno de los tres había perdido la esperanza en ningún momento, que sabían que tarde o temprano lograría el modo de volver con ellos.
Yo, por mi parte, les conté cómo había vivido la situación desde la última vez que logré hablar con mi madre por teléfono. Les confesé lo aterrada que me sentí, y los momentos duros que atravesé hasta conseguir llegar con vida a las afueras de Cambridge. Era irónico, las ganas que había tenido siempre de entrar en el Instituto Tecnológico de Massachusetts para estudiar Ingeniería Genética, y el infierno en que se convirtió el campus cuando estalló todo, cuando ya estaba en mi segundo año de carrera. Me planteé por un momento mentirles y decirles que había logrado llegar sola hasta aquí, pero nadie lo habría creído. Así que les conté que llegué hasta las afueras de Charlotte con un grupo de gente, pero me aseguré de no entrar en detalles sobre los integrantes, quería olvidar esos meses que había pasado con ellos, y en concreto con él... Les dije que a partir de ahí nos separamos porque ellos querían tomar otra dirección. Nada más lejos de la realidad.
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Demonios (The Walking Dead)
FanfictionBasado en la serie The Walking Dead. Empieza desde la segunda temporada y sigue el ritmo de la historia original, con alteraciones creadas por mí. Narrado en primera persona por la protagonista, Tanya Grimes (papel inventado), y en ocasiones desde e...