Capitulo 2

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Unos puntapiés en mi tobillo me sacaron de una nueva pesadilla producto de un sueño estrambótico, mis ojos de negaban a abrirse ante la fuerte luz del sol y una mortal jaqueca acompañaba una resaca que anunciaba el comienzo de un día fatal.

-Párese y deme su ID por favor-

Elevé mis ojos con esfuerzo, (genial! -pensé- lo que necesitaba) tenía frente a mi a un oficial que por lo visto tenía el mismo mal humor que yo.

-No tengo ID, oficial, de todos modos ya me iba solo había parado a descansar un momento, usted sabe salí a correr y me cansé -

No sé en qué momento pensé que sería tan idiota de creer semejante mentira, más aún con el olor a alcohol que emanaba de mi y las botellas a mi lado. El oficial movió la cabeza de lado a lado.

-La juventud de hoy en día hará que este mundo se vaya al carajo. Levántate, tendrás que acompañarme-

Su expresión fue la advertencia de que no debía sacarlo de las casillas, así que opté por levantarme sin quejas, seguirlo a la patrulla y subir sin hacer ni decir nada.

-Niña, al llegar tendrás derecho a una llamada y te recomiendo llamar a tus padres para que vengan a recogerte, sino tendré que avisar a los servicios sociales-dijo mirándome a través del espejo retrovisor.

-Ok, lo haré- mi respuesta estaba llena de abatimiento, ya sentía la reprimenda y la paliza que me esperaban.

Al llegar me sentaron ante un escritorio a rebosar de papeles y señalando el teléfono dijo: - ya sabes lo que tienes que hacer, cinco minutos-.

Obligué a mis dedos a tomar el tubo y marqué lentamente el número de mi casa esperando que nadie atendiera al menos así tendría una buena excusa y podrían ver porque estaba en la situación en la que me encontraba y tal vez, solo tal vez alguien se ocuparía de mi.

-Hola?... quién es?...- se oyó del otro lado de la línea.

-Mamá?, Mira....estoy en la estación de policía, hubo un mal entendido...puedes venir por mi?.

Respiré hondo, sabía lo que vendría....

--CÓMO?...QUE HAS HECHO ESTA VEZ?.... ÉRES UNA BASURA, NO SE COMO PUEDES AVERGONZARNOS ASÍ...ESPERA A QUE LLEGUE TU PADRE!- colgó.

Solté el aire que había contenido, y mire al reloj de la pared eran cerca de las 12 del medio día, mi padre estaría por salir a almorzar, seguramente mi madre ya estaría hablando con Él y vendría en cualquier momento, no por que le importara sino para seguir guardando las apariencias. Así mismo 20 minutos después lo ví entrar y el miedo se apoderó de mi

-Ya está todo listo, puedes irte. Tienes suerte de tener un padre así de atento- es oficial dió medio vuelta y se fue.

Era increíble la manera de manipular y convencer que tenía mi padre, si en algo nos parecíamos era eso, él podría hacerte creer lo que sea, creo que solo por eso sigue manteniendo su empleo. Me levanté con pesadez y fui lentamente hasta donde él se encontraba, levantó la vista sonriéndome, ja! Sabía lo que se escondía detrás de esa sonrisa, no era felicidad de verme y que estuviera bien, seguramente ya estaba imaginando y disfrutando los golpes que me daría al llegar a casa.

-Cariño! Me preocupé! Que ha pasado?- preguntó con una voz suave y ensayada

-Nada pá, solo un malentendido- bajé mi cabeza y aceleré el paso hacia la entrada.
Él me seguía de cerca, entramos al auto y se quedó todo el viaje mirando hacia adelante, cuando se detuvo frente a nuestra casa.

-Bájate y entra, Tenemos que hablar-.

Sin hacerlo esperar obedecí, sabiéndolo detrás de mi, al dar un paso dentro de la casa recibí un empujón que me hizo caer de bruces al suelo abriendo las heridas de la noche anterior.

-Dime mocosa! Es que no te da vergüenza? Si quieres ser una puta a mí no me interesa siempre y cuando ni tu madre ni yo nos manchemos con tu mierda- sus palabras salían como siseos entre dientes.

No contesté, sabía que eso lo haría enfadar más

-No piensas decir nada?-

Negué con la cabeza sin atreverme a mirarlo recibí una patada en la boca, acto seguido enredó su mano en mi cabello y me arrastró por el piso de la sala hasta el sillón.

-No te soporto más! Eres una escoria! Te enviaré al otro lado del mundo, así no tendré que verte nunca más...tendría que haberte matado cuando naciste, me das asco!- escupía las palabras con odio pero por primera vez oí en ellas una sinceridad plena, eso dolía más que cualquier golpe, al fin y al cabo era mi padre, mi madre solo veía la escena sin inmutarse. Me levanté lentamente y arrastré mis pies hacia mi habitación, me quité toda la ropa frente al espejo donde pude ver cómo marcas rojizas y cardenales morados se comenzaban a oscurecer en mi pálida piel ,no pudiendo mirar más fui hacia el baño y llené la bañera, una vez allí cómo pude restregué mi cuerpo quitando el lodo de mi cabello ,la sangre seca de mi cuello y mis partes íntimas, a medida que pasaba la esponja por mi cuerpo el dolor que mi piel desprendía hacia que mis ojos se llenaran de lágrimas, porque me pasaba todo esto a mi? Tratando de entenderlo abracé mis rodillas para por fin largar todo lo que tenía dentro en un amargo llanto.

Perdí la cuenta de cuanto tiempo estuve allí, pero debía de haber pasado mucho pues al salir el agua estaba helada y mi piel erizada. Envolví mi cuerpo en una toalla y volví a mi cuarto, me vestí con lo primero que encontré y me eché a la cama. Poco a poco caí dormida, en sueños reviví todo lo ocurrido, mientras daba vueltas frenéticas sobre la cama, desperté sobresaltada horas después sin saber el porqué, o al menos no lo supe hasta estar completamente despierta y oír la batalla campal que venía de abajo, mis padres peleaban otra vez. Tomé mi celular y con mis cascos puestos puse la música a todo volumen no quería oír nada más... perdida en las letras de las canciones empecé a caer en la cuenta de las palabras de mi padre, mandarme al otro lado del mundo?, uniendo cabos enseguida entendí a que se refería, por fin lo que tanto temía ocurriría, se desharían de mi, debería estar triste?....o tal vez esto sea lo mejor que pudiera pasarme?.

Días después.

9:15 AM
Estaba en la sala de espera cerca de las salas de embarque, acompañada por dos maletas y mi mochila, un boleto de ida en mi mano dentro de mi pasaporte, mi padre me estaba enviando al continente asiático, más exactamente a corea del sur, no solo quería enviarme lo más lejos posible, sino que así le había sido más fácil, al trabajar en una famosa compañía de telefonía y electrodomésticos tenía ciertos beneficios en ese país. Me iría allí , tendría clases vía Skype para terminar las últimas materias y así terminar el high School y de allí en más estaría por mi cuenta salvo por una pequeña cuenta bancaria que tendría por tres años más y no tendría que pagar un lugar donde estar ya que me esperaba un piso para mí sola. Cualquiera en mi lugar estaría feliz o estaría asustado, yo no sentía absolutamente nada. Mi cuerpo estaba rígido ,frío y a mi mente ya todo le daba igual, había perdido toda alegría y ahora hasta perdería la mediocre vida que llevaba.

--PASAJEROS CON DESTINO A LA CIUDAD DE SEÚL, COREA DEL SUR, VUELO 7718 , FAVOR EN IR A LA SALA DE EMBARQUE NUMERO 18- se oyó por los alto parlantes.
sin fuerzas puse mi mochila en mis hombros y arrastré mis maletas hacia allí para despacharlas así las mandarían directo a mi futuro departamento, una vez terminado el papeleo, me dirijí a la sala 18 y me puse en la fila, mi cuerpo estaba débil, pues los cuatro días que tardó mi padre en arreglarlo todo no salí de mi cuarto y anoche no pude pegar un ojo, en fin.... Poco a poco la fila se iba encogiendo.

-Buenos días señorita, viaja sola?.-

Asentí

-Pasaporte por favor.-

Le entregué todos los papeles que tenía en las manos y sonriendo con un gesto me señaló que podía pasar, busqué mi asiento que por suerte era el de la ventanilla, guardé mis papeles en mi mochila y ésta en el compartimiento sobre mi cabeza, ese pequeño acto hizo doler mi cuerpo,estaba agotada. En fin podría dormir durante el vuelo, ya que me esperaban un mínimo de 29 horas allí, acomodé mi cuerpo en el asiento y me cubrí con la manta que encontré allí y cerré mis ojos.

Lo imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora