Capitulo 3

11 6 1
                                        

17:00 pm

Abrí mis ojos solo para ver nubes y más nubes por la pequeña ventana, mí estómago gritaba de hambre, justo en ese momento una sobrecargo pasaba por aquí.

-Necesita algo señorita?- preguntó con una enorme y falsa sonrisa.

-Si, podría pedirle algo de comer?.

-En dos horas serviremos la cena,pero si apetece puedo traerle leche y galletas.

Asentí, y mientras la seguís con la vista pensé para mis adentros qué al menos era algo, al poco tiempo tenía frente a mi un vaso descartable con leche caliente y unas galletas con chispas de chocolate,las cuales devoré sin miramientos en cuestión de segundos. Pasé las siguientes dos horas escuchando música y mirando la nada por la ventanilla.

-Señorita?-la sobrecargo tocó levemente mi hombro.

-Si?

-Pronto serviremos la cena, gusta carne o pollo para cenar?- preguntó con esa sonrisa plástica en su rostro de nuevo.

-Carne, gracias- dije volviendo mi vista a la ventana.

Cuando la ví lo suficientemente lejos bajé mi mochila del compartimiento para sacar mis pastillas para dormir, al llegar la cena, tomé mis píldoras y cuando terminaron de llevarse los restos me acomodé para tener dulces sueños las siguientes ocho horas al menos.

6:00 AM

Desperté de manera agitada, y disculpándome con la mirada con la señora sentada a mi lado, la había sobresaltaron por culpa de mis malditas pesadillas, pronto me trajeron el desayuno, luego de ello trate de perder el tiempo con algunas películas, el estar sentada allí y sin hacer nada ya estaba colmando mi paciencia, busqué en la pantalla las horas que faltaban, todavía quedaban 12 horas de vuelo, al ver esto odié a mis padres más aún.

16:15 PM

Sentí el avión aterrizar de manera suave mientras trataba de simular tranquilidad cuando por dentro estaba totalmente fuera de mi ,tantas horas quieta más mis pesadillas y el no saber que esperar de mi futuro no hacían nada fácil el asunto.

Poco después de bajar y pasar por migraciones por mi visa, sonó mi teléfono.

-Buenas tardes señorita t/a!, Mi nombre es Jeon, seré quien la lleve a su departamento, por favor vaya hacia la salida 13.

- Eh...si....ok!

Colgué sin saber muy bien que acababa de ocurrir y agradeciendo que mi primer contacto con alguien de aquí fuera con alguien que parecía simpático y que le entendiera. Caminé siguiendo los letreros hasta la salida asignada, para mí suerte estaba cerca de ella, al salir miraba hacia ambos lados, golpeándome mentalmente por no preguntar el color del auto o algo así, pronto ví a un chico alto vestido con un traje negro agitando la mano.

-Jeon?

-Señ....

-Dime Angie, un gusto!.

-Señorita...a-angie sígame- dijo algo inseguro y sonrojándose.

Lo seguí hasta un enorme y hermoso Mercedes negro, el abrió la puerta para mí y pronto dió la vuelta para subirse en el asiento del conductor.

-Debió ser agotador el vuelo, verdad?-dijo mientras acomodaba el retrovisor para verme.

- Ni que lo digas, nunca he tomado tantas pastillas deseando que el tiempo pasara rápido- dije riendo de mí propia broma y dándome cuenta que no fue nada gracioso para Jeon.

-Disculpa- dije por lo bajo.

-No se disculpe señorita, Es entendible.

Pronto puso en marcha el auto y me dispuse a mirar por la ventanilla para evitar tener que hablar, lo cual fue totalmente en vano. Jeon trataba de generar conversación y yo contestaba con monosílabos a ver si captaba la indirecta mientras veía los altos edificios, al fin luego de una larga hora llegamos al centro de Seúl, lo supe gracias a Jeon.

-En menos de cinco minutos llegaremos a su edificio, señorita-

-Gracias ,Jeon.

Al poco tiempo el auto paró frente a un edificio altísimo, tenía tantos pisos que no llegué a contarlos, rápidamente Jeon se apresuró a abrir mi puerta.

-Señorita aquí tiene su llave, piso 34, departamento 137,tiene mi número puede llamarme en cualquier momento para que la lleve dónde guste o para lo que necesite- dijo haciendo una reverencia.

-Gracias, Jeon creo que necesitaré de un amigo aquí- dije con una sonrisa.

Entré al edificio luego de despedirme de Jeon, y mientras subía en el elevador pensaba en lo tierno que se veía y lo vergonzoso que fue para mí verlo reverenciar delante de mi, supongo que es algo a lo que tendré que acostumbrarme.

Cuando se abrieron las puertas busqué mi puerta estaba justo dos puertas antes de la última, al entrar me quité los zapatos y ví justo al lado de la puerta que ya habían llegado mis maletas, las tomé con la idea de acomodar su contenido mientras pasé el recibidor, mis ojos se abrieron como platos al notar que el piso no era para nada el nido de ratas que esperaba siendo mi padre el que había arreglado todo. Una sala de estar totalmente amueblada se extendía frente a mi, sillones color borravino que contrastaban perfectamente con los pisos negros de madera, cortinas negras hasta el piso colgaban de grandes ventanales por los que ahora se veían la noche cayendo y los carteles luminosos, una enorme pantalla plana en una de las paredes, a mi derecha una cocina con todo y más de lo necesario que ya miraría en detalle luego. Tomé el camino de la izquierda encontrándome en un pasillo con cuatro puertas la primera era una pequeña oficina, la segunda un cuarto pequeño con dos camas gemelas frente a este un baño pequeño, y la última puerta daba a un cuarto enorme decorado en dorado y Negro, con una gran cama en medio, allí dejé mis maletas, dos puertas más allí, una de ellas un baño en suite y la última un vestidor demasiado grande para el equipaje que traía, salí cerrando nuevamente la puerta.

Fui por mi pijama y mi neceser, me diriji al baño, dónde me di una larga ducha , lavé mis dientes y ya con la pijama puesta me metí en la cama.

-En fin- me dije en voz alta- mejor terminar con este día de una vez, mañana será el primer día de tu nueva vida y tal vez te sorprenda.

Con ese pensamiento me recosté esperando tener por primera vez desde que tengo memoria una noche de sueño tranquilo y sin necesidad de narcóticos.

Lo imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora