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Capítulo 2: Trayendo refuerzos.

Iban los dos a una cierta distancia, Tsuna aún no acostumbrado a convivir con alguien agradable o que invadiera su espacio personal, el par llego al parque, el castaño miro el lugar deteniéndose un momento, haciendo que Reborn se detuviera, se veían niños jugar con una pelota, otros en los juegos que ofrecía el parque y algunos estaban en las bancas conversando, cerró los ojos disfrutando del viento que removió su cabello, sonrió tan sereno; tan único. Fueron solo unos segundos antes de continuar su camino, el azabache le dio instrucciones de las calles, llegaron a su destino, Tsunayoshi se estremeció al ver tanta gente.

-No me alejare Tsuna.-murmuro Reborn, le señalo un carro del supermercado, el menor echaba lo que él bebe apuntaba o decía, compraron muchas cosas, después de todo la despensa no había demasiadas cosas para los dos, y Reborn realmente iba a esforzarse en que el castaño subiera de peso.

Luego de acabar las comprar, apenas el menor podía llevarlas, no tenía tanta fuerza, el hitman sabiendo eso, le ordeno a su fiel compañero animal que se convirtiera en un pequeño helicóptero, tomando las bolsas y yéndose por las alturas.

Tsunayoshi miro impresionado aquello, sin embargo, dirigió su vista nuevamente en el bebé-hombre, desde su posición, el pequeño sicario había hecho cosas tan extrañas pero reconfortantes para él, podría comenzar a confiar más en este, se dirigieron por el mismo camino de vuelta.

El mejor asesino del mundo miraba a su estudiante y ahora en su mente protegido, comer lentamente el almuerzo de ese día, suspiro por aquello, los avances eran lentos, había planeado estar en casa por dos semanas, no queriendo perjudicar más la enseñanza del chico de lo necesario, aunque había hecho algunas pruebas para ver los errores o problemas que tenía el chico, lo que le sorprendía era que eran horribles, cuando preguntó cuál era el problema, había fruncido el ceño, lo que está escrito en la libreta era solo una leve explicación que siempre tenía dudas pero nadie se tomaba el tiempo en ayudarle o tomarle atención, le dijo como resolver algunas respuestas y como, al ver nuevamente otra hoja de ejercicio noto el cambio, el chico sabia aprender siempre y cuando se le enseñara bien y fuera algo lento, podía trabajar con eso, le felicito por su esfuerzo notando como se sonrojaba, eso le hizo feliz, el castaño le encantaba Reborn, era atento y no se enfurecía como sus profesores por sus notas o sus errores, le era perjudicial sus atrasos eso lo sabía, pero nadie lo quería ayudar, había intentado cuando niño, pero todos pensaban que era inútil y los profesores creían eso que no tomaría su valioso tiempo en alguien como él, cuando llego a comprender eso, dejo de intentar pedir ayuda y de estudiar sabiendo que era inútil intentarlo.

También el hitman noto que Tsuna estaba dejándolo estar más cerca de él, siempre a su vista ya no era tan cauteloso con el días después, a su vez comprendió que debía acercarse en silencio era muy mala idea, no queriendo asustarlo o sorprenderlo y perder todo el avance que estaban logrando entre los dos, o por lo menos acercarse a ese cielo tan roto, por ello hacia que sus pasos sonaran o le comunicaba donde estaba, pero le era difícil, él era silencioso, era un asesino por el amor a dios, eran hábitos que no podría desaparecer una noche, igual que el miedo por el pequeño Sawada, recordando eso, Reborn noto que el castaño jamás preguntaba por sus padres, eso le llevaba a una hipótesis, una que no le era siempre por ciento agradable o quizás sí, no lo sabía muy bien.

-Tsuna.-le llamo, este estaba en la sala leyendo un libro, el nombrado levanto la mirada.-Iré a hacer una llamada arriba, ¿de acuerdo?.-al ver que asentía subió a su cuarto, tomo su teléfono celular con cierta molestia, "Esto lo haces por el chico" se recordaba a su mismo antes de llamar a un número en específico.

-"¿Hola? ¿Reborn?.-una voz tranquila se escuchaba."

-Fon, necesito que vengas a Japón, Nanimori.-dijo yendo directo al punto.-Necesito un favor...-Ah como le costaba decir esas palabras.

Camino difícilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora