Capítulo 4

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En el alba del amanecer, el sol empezaba a salir indicando el comienzo de un nuevo día.

Un hombre joven se preparaba para su día a día. Hoy iba a asistir a la academia que con tanto esfuerzo logro entrar. Esta no era una academia cualquiera, esta academia, que anteriormente solo aceptaba damas, ahora, en este año, había abierto sus puertas al género masculino. Una prestigiosa y galante academia, solo para elites y personas con una alta inteligencia, tenía una de las mejores reputaciones entre la ciudad y tal vez el país.

Haciendo su rutina matutina y aseo, se dispuso a vestirse con el uniforme respectivo que le correspondía. Era un uniforme que consistía en una chaqueta sobre una camisa manga larga, debajo de la cual tenía una playera color rojo, esto no era parte del uniforme pero de todas maneras a él le gustaba llevarla, era como su toque personal a algo que no podía controlar. Un joven liberal y con mucha energía.

El nombre de esta joven persona era Hyoudo Issei, y hoy se encontraba otra vez en su viaje, como cualquier joven de su edad, a la academia. Hoy se despertó más temprano de lo usual, decidiendo comenzar un buen día, se apresuró a la academia para realizar sus ¿tareas matutinas?

Hyoudo Issei, que se estaba dirigiendo a su destino, estaba pensando en algo, cualquiera que lo viera diría que estaba muy concentrado. Se vería como el típico joven que se tome demasiado enserio los problemas aun siendo demasiado joven, sin embargo, esto no era cierto. Issei estaba pensando en algo completamente diferente de la cual retractaba su aspecto en este momento. Él estaba pensando en pechos. Sí, él era un pervertido con un fetiche extremo por los pechos. No sabe desde cuando empezó su enamoramiento no correspondido pero a él no le importaba. Disfrutaba de ello.

Si cada persona tendría una frase para definir a alguien, una que pueda poner su ser en un contexto de palabras, entonces la de Hyoudo Issei serpia

Los pechos son justicia

Aunque tenía este fetiche, él no se propasaría ni atacaría a una mujer, eso era solo para escorias y él no lo era. Bueno, no es que tenga a alguien para hacerlo.

Uno de sus objetivos, su razón principal para asistir a la Academia Kuoh era la de conseguir una pareja. Él nunca tuvo novia, pero no perdería sus esperanzas en conseguirla en este lugar; después de todo, una academia que hasta hace un año solo era para mujeres y solo desde este año se abrió para el sexo opuesto, estaría llena de mujeres hermosas ¿verdad?

Sí, él podría hasta convertirse en el rey del harem. Tener tantas mujeres como quisiera se vale soñar.

Con todos sus ánimos reforzados, se dirigía hacia su destino, la Academia Kuoh, el lugar donde estaba seguro de que conseguiría una pareja.

Mientras se dirigía hacia su destino, cuando pasaba por una calle que siempre tomaba para dirigirse allí, escuchó la voz de alguien llamarlo.

Al girarse, él pudo notar a un joven hombre. Tenía el pelo de color oscuro profundo y llevaba el uniforme reglamentario de la academia Kuoh. Tenía los ojos negros, era un joven que no se podía llamar hermoso pero, sin embargo, no podías llamarlo lo contrario. Daba el aire de alguien sereno y siempre tranquilo, como si nada lo perturbara.

¿Un compañero?

El joven se acercó al lugar donde se encontraba Issei, al parecer solo quería hacerle algunas preguntas. Se presentó a sí mismo como Suzuki Satoru. Él nunca había escuchado ese apellido por la zona, aunque no era alguien que tenga muchas amistades, él conocía a las personas que vivían cerca de él, su madre a veces invitaba a sus amigas de la zona y él tenía oportunidad de conocer a sus vecinos. Según lo que escuchó, era nuevo por la zona, y no la conocían muy bien. Solo quería pedirle algunas indicaciones para poder llegar a su destino, la academia Kuoh.

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