Capítulo 2

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Albedo se encontraba en la sala del trono, esperando a por su maestro. Ella, a pesar de su fuerte carácter, había sido impactada por los eventos que trascurrieron en momentos anteriores y no solo ella, sino también Nazarick.

¿Por qué pasó esto?

¿Qué hicimos mal?

Ella estaba impactada cuando lo escuchó, pensó que debería ser algún error. Su sufrimiento, en silencio, la estaba destrozando.

Todo comenzó desde el primero de sus supremos, dijo que se iría.

¿Se ira? Está pensando en salir ¿verdad?

Sí, eso debe de ser. Ellos salían mucha veces, siempre decían iban a hacer algo llamado Farmear. Ella no lo entendía, su mente pequeña no podría comprender la complejidad de sus creadores. Todo seguirá igual: saldrán, volverán y nos bañaran con su sabiduría como siempre fue.

Con esas palabras, ella se convenció a sí misma.

Ella seguirá esforzando por ellos, para que estén orgullosos. Solo debo de ser mejor, así ellos estarán orgullosos de nosotros ¿verdad?

Pero su pequeña fantasía duró poco.

¿Qué, no he visto a algunos de ellos en mucho tiempo? Deben de haber ido a un largo viaje, sí, ya volverán

Ella siguió esperando, pero no podía mentirse a sí misma. Ella estaba devastada, ese día ya no pudo soportarlo más.

Se sentía como una niña a los cuales sus padres la habían abandonado. Sí, como si sus padres hubieran salido a comprar cigarrillos y nunca más regresaron.

Todos los habían abandonado. Esa era una verdad irrefutable, ellos nunca más regresarían. No quería creerlo.

¿Fue su culpa?

¿Hizo algo para enfadarlos?

¿Qué hizo ella?

Ella no lo sabía pero tenía una cosa en claro, se dedicara en todo su ser a por el supremo que siempre estuvo con ellos, el que nunca se fue.

Momonga siempre estaría con ellos, ¿verdad?

Sí, ella no se equivocó. Él nunca los abandonó, siempre estuvo con ellos. Ella se esforzó, se esforzó para al menos ser de una mísera pisca de ayuda para su maestro.

Día y noche,

Día y noche,

Día y noche

Ella se dedicó al máximo a sus deberes.

Y un día tuvo un mal presentimiento. Ella estaba inmersa en sus pensamientos en la sala del trono, esperando a por su maestro. Ella era la Supervisora de los Guardianes de piso como tal, debería estar a la altura de su posición. Ella seguiría esperando.

Y entonces vio a las grandes puertas que conducían a la sala del trono, abrirse.

Lo primero que ella vio fue a su maestro, Momonga, el supremo que nunca los abandono.

Ella, al momento de verlo, puso su sonrisa para recibirlo de la mejor manera que pueda. Ella no tenía que fallar en nada, todo tenía que ser perfecto

Al observar detrás de su maestro, vio que algunas figuras lo seguían: las doncellas de combate y a Sebas Tian.

Se preguntó qué hacían ellos aquí, ellos normalmente no tendrían permitido estar aquí pero, viendo que acompañan a Momonga, ella no solo observo.

También vio una silueta de estatura baja, parecía una niña. Ella al instante reconoció a la persona en cuestión.

¿Shalltear, qué hace aquí? ¿No debería de estar vigilando el primer piso por posibles intrusos?

Overlord entre diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora