Capitulo 4

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Quedó sobreentendido que sería un año de prueba; y que no habría ningún compromisohasta que éste expirara, y si permanecían fieles, su constancia seríapremiada. No hay duda de que el padre creía, e incluso esperaba,que, en aquel período de ausencia, los sentimientos de Ippolitocambiarían, y que éste entablaría una relación más conveniente.Arrodillados ante una cruz, los dos enamorados prometieronun año de silencio y de separación; Angeline, con los ojos iluminados por la gratitud y la esperanza; Ippolito, lleno de rabia ydesesperación por aquella interrupción de su felicidad, que jamáshabría aceptado si Angeline no hubiera empleado todas sus dotesde persuasión y de mando para convencerlo; pues la joven habíaafirmado que, a menos que obedeciera a su padre, ella se encerraría en su celda, y se convertiría voluntariamente en una prisionera, hasta que terminara el tiempo prescrito.

De modo queIppolito prestó juramento e inmediatamente después partió haciaParís.Faltaba sólo un mes para que expirara el año, y no es de extrañar que los pensamientos de Angeline pasaran de su dulceFaustina al destino que la esperaba. Además del voto de ausencia,habían prometido mantener su compromiso y cuanto se relacionaba con él en el más profundo secreto durante ese período.Angeline accedió de buena gana (pues su amiga se hallaba lejos)a guardar silencio hasta que transcurriera el año; pero Faustinahabía regresado, y ella sentía el peso de aquel secreto en su conciencia. Pero no importaba: tenía que cumplir su palabra.

Ensimismada en sus pensamientos, había llegado al pie de lacolina y empezaba a subir la ladera que conducía a la ciudad deEste cuando en los viñedos que bordeaban un lado del caminooyó un ruido... de pisadas... y una voz conocida que pronunciabasu nombre.–¡Virgen Santa! ¡Ippolito! –exclamó–. ¿Es ésta tu promesa?–Y ¿es éste tu recibimiento? –respondió él en tono de reproche–. ¡Qué cruel eres! Como no soy lo bastante frío para seguiralejado... como este último mes ha durado una intolerable eternidad, te alejas de mí... deseas que me vaya.

La Prueba De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora