150 22 0
                                    

A mi última recaída, ya habían pasado dos meses. Uno más y sería la boda de mi madre con Michael, lo cual, ambos estaban demasiado alterados y ocupados. Yo ayudaba en lo que podía, pero no era mucho. Mi madre tiene unos gustos bastante extravagantes, igual que él. Y es por eso que son tan compatibles. 

Era de madrugada y no podría dormirme. Miré la hora en el reloj puesto en el costado de mi mesa de luz y eran las 2:00 am. Mamá seguramente estará durmiendo. Digo "seguramente", porque en este último mes, se está quedando a dormir en la casa de Michael, ya que según ella, están todo el día con los arreglos de la boda, y para no molestar se queda en su casa. Pero es demasiado obvio que es porque quiere pasar tiempo con él y eso está bien. Están por formar una nueva vida juntos y yo ya soy adulta para que esté cuidando de mí. 

Las clases ya habían terminado hace unas semanas, así que estoy de vacaciones. Por Dios, era un día sábado y yo aquí sola en la casa sin poder dormir. Eso no es lo peor. Lo malo de todo esto es que por una persona por la cual no disfruto mi descanso. Tampoco me beneficia el hecho de no tener amigos. A estas horas podría estar en una fiesta, bebiendo, divirtiéndome. Pero no, me encuentro en la cama, patética sin poder dormir por una persona que ni siquiera existe. 

Me senté en la cama, sin sacar el acolchado de mis piernas y giré mi cabeza hacia el estante de libros, donde mis ojos divisaron al único libro que iluminaba la luna a través de la ventana. Ciudades de Papel. Cualquier cosa que veía, últimamente, lo relacionaba con él. 
Definitivamente debía ponerle punto final a esto. Así que, esta vez, miré el cajón de mi escritorio en donde se encontraba guardadas las cartas. Las rosas se habían marchitado hacía un tiempo, y aunque me diesen lástima, las tuve que tirar. 
Me levanté decidida, agarrando las anteriormente nombradas, y tomé una de las bolsas de plástico de la cocina, para abrir la puerta principal y dirigirme al bote de basura. No me importaba el hecho de que estuviese en pijama, ya que seguramente todos estarían durmiendo. Abrí la bolsa y metí las cartas dentro de esta, para luego, cerrarlo con un nudo y meterlo dentro del cesto de basura. ¿Me dolía? Sí y lo suficiente como para poder arrepentirme en el momento, pero me retracté, limpié mis manos frotando ambas y me adentré a casa. 

Al estar, nuevamente, en mi habitación, volví a taparme con el acolchado para luego acomodar la almohada pero mi vista se dirigió a la ventana. Allí divisé a mi vecino, el cual, conectaba su mirada con la mía. A lo poco que podía observar, su rostro reflejaba ¿tristeza? No lo podía creer, era la primera vez que había alguna emoción en su rostro, ya que siempre estaba serio. Pero eso no fue lo único, con ambas manos, cubrió su cabeza con la capucha de la campera negra que llevaba puesta, dándome una última mirada de ¿furia? y cerrar de golpe la cortina de su ventana. No sabía con exactitud sus gestos, ni la razón de sus actos o qué había sucedido recién. Volví mi vista al frente y esta vez sí me acosté, algo extraña, pero decidida a olvidar a Jeon Jungkook y sus palabras. 

____________________

𝙎𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩 𝙇𝙤𝙫𝙚 ఌ︎𝐉𝐉𝐊ఌ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora