Noveno Capítulo. Comienzo de las pesadillas.

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Abrí los ojos, estaba abrazada por alguien, me separé un poco e intenté reconocerla, era Miriam, ahora recordaba, en la noche, me quedé hablando con ella, la ayudaría a conquistar a Cristian, aunque yo pienso que ya está más que conquistado. Al parecer, me quedé dormida sin querer.

Me levanté con cuidado, no quería despertarla, pero como aún eran las 5 de la mañana fui a mi cuarto. Ya había alguien ocupando mi cama, eran Rafa y Nico, eran tan adorables así, yo no tuve más remedio que dormir en el cuarto de Rafa. En el transcurso de dormirme no podía para de pensar en Nico y su familia, había sufrido demasiado.

***

Eran las 10:30, las clases ya habrían empezado, bajé corriendo ¿qué ocurría?, no había nadie. Salí al jardín, nadie, pero era extraño, el columpio estaba roto, viejo, entré de nuevo a la cocina y me percaté de algo en lo que antes no me había fijado, estaba llena de polvo y destrozada, tras de mí una sombra, sólo pude girar y protegerme con el brazo, alguien me atacaba con una barra de hierro, antes de que me pudiera dar, desperté.

Estaba en la cama de Rafa y eran las 8:30, todo era un sueño, pero yo desperté sudando y algo mareada, me miré el brazo, normal, como siempre, sin ningún tipo de marca. Bajé y no había nadie, yo estaba asustada, no quería que ocurriera como en el sueño, así que subí sin darme cuenta al desván, extrañamente, allí me sentía más segura. Me acerqué a la ventana para poder despejarme, pero en el cristal, reflejada, vi una sombra como la del sueño, sólo se me ocurrió gritar. Cuando quise darme cuenta, estaba abrazada por Rafa, quien me miraba asustado, tenía sangre en la boca y la respiración agitada. Cuando me tranquilicé me contó lo que había pasado, me vio salir de su cuarto, me iba a dar los buenos días cuando de repente subí al desván asustada, así que él me siguió, y cuando reaccionó, ya tenía un fuerte golpe en el labio por mi culpa. El susto ya se me había pasado, ahora me sentía culpable por el golpetazo y algo orgullosa de mí misma por poder defenderme.

Bajamos para curarle la herida que no paraba de sangrar, los labios son muy delicados y por ellos pasa mucha sangre, una voz venía del sofá.

-Esa herida, qué es, ¿de comeros la boca?.

Rafa y yo nos quedamos perplejos, al otro lado del sofá sólo se veía un poco de cabello negro despeinado.

-Nico, no sueltes esas cosas sin saber nada.

-¿Nico? ¡Qué confianzas!.-Irrumpió sin siquiera mirarnos.

-¿Qué te pasa?.

-Está celoso. - Intervino Rafa mostrando una sonrisa un tanto pícara. Nico giró la cabeza y lo miró con una mirada fulminante. Seguidamente nos fuimos.

Le estaba curando el labio cuando poco a poco se fue acercando a mí hasta el punto en el que notaba perfectamente su respiración. Y casi en un susurro dijo:

-Te robaría un beso, y no me arrepentiría, pero me da miedo ensuciar tu hermosa boca con mi sucia sangre. Eres la única que hace que mi caballerosidad se vaya por completo.

Dicho esto, cogió una gasa y se fue. Aún podía escuchar mi propio corazón, nunca lo había visto así.

En la tarde me estaba columpiando,pensando que realmente ocurrían cosas muy extrañas, sensaciones sin ningún por qué... Y gente que cambiaba de la noche a la mañana. Mis pensamientos fueron interrumpidos por Nico, que paró el columpio y me miró seriamente, yo no aparté la mirada y él comenzó a hablar.

-Perdona mi comportamiento de hoy, pero es que te veo muy cariñosa con ese niñato.

-¿Niñato?, pensé que os llevabais bien, os vi tan relajados en mi cama...

-Claro, él no soportaba que yo durmiera solo en ella.

-Si que sois raros...

-Clara, ten cuidado, el niñato me da mala espina, e incluso tu sueño puede que se haga realidad.

Se fue. ¿Cómo sabía lo de mi sueño?, no se lo había dicho a nadie, creo que Nico sabe más de mí que yo misma.

Si me olvidáis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora