No podía olvidar lo que acababa de decir Nico, no se borraba de mi mente esa mirada clavada firmemente en la mía. Siempre que hablaba con él me parecía tan fuerte y la vez tan frágil... La había liado, ¿qué estaría haciendo ahora?. Subí a su cuarto y abrí un poco la puerta, sólo alcancé a ver tu cuerpo tirado en la cama con los ojos tapados por sus brazos entrelazados. Creía que no me había oído cuando unas palabras decían todo lo contrario.
-¿Qué haces aquí, acaso quieres que te dé más explicaciones?, ¿acaso no me vas a volver a hablar?, bueno, tú sigue con tu Rafa, a mí no me importa, pronto te olvidaré.
Tragué saliva y cerré la puerta saliendo así de su cuarto pero no había terminado de cerrarla cuando éste la abrió, me acarició la cabeza, lo miré, tenía los ojos rojos, parecía haber llorado. Se disponía a darme un abrazo y yo me lancé sobre él, le dije que no lo quería perder, que tengo que ordenar mis sentimientos, que de Rafa... no estaba enamorada...
***
A la mañana siguiente, salí de mi cuarto, me encontré con Rafa.
-¿Cómo te encuentras?.
-Ya me encuentro mejor, al parecer soy asmático, me dio un ataque y no llegaba bien el oxígeno.-Contestó con una sonrisa para quitarle importancia.
-Bueno, por lo menos ya estás bien y sabes lo que te pasa.
Me despeinó más de lo que estaba así que no me quedó de otra que empezar a hacerle cosquillas.
En ese momento apareció Nico, estaba más tranquilo que el día anterior, más relajado, me dedicó una sonrisa y se nos unió. Este chico me va a volver loca. Entre risas, mi abuela salió de su cuarto y nos miró con cara de cansancio, nosotros paramos y ella volvió a acostarse.
-Rafa, ¿a qué hora volvisteis?.-Dijo Nico.
-Hemos vuelto hace poco, hace alrededor de una hora. Al parecer no pararon, estaban todos muy preocupados por mí y no pegaron ojo.
-Y tú, ¿por qué no tienes sueño?.
-Por que yo he estado durmiendo en el hospital.
-Entonces será mejor que bajemos y no hagamos mucho ruido, los demás duermen.-Intervine yo.
-¿Y si salimos y compramos churros para todos?.-Dijo Rafa, se veía totalmente recuperado del episodio de ayer, menos mal que no sabe nada de lo que ocurrió en casa.
-A mí me parece bien.-Contesté mirando a Nico intentando trasmitirle un claro <<NO DIGAS NADA DE LO DE AYER>> que parece que entendió.
-Y a mí.-Añadió apresurado.
Todos nos vestimos rápidamente y salimos cerrando lentamente la puerta, nunca me había sentido así, me hacía ilusión, me recordaba a muchas escenas de mis libros favoritos donde el protagonista debe de salir de algún sitio silenciosamente para salvar el mundo. Vale, comprar churros no es salvar al mundo pero podíamos hacer un poco felices a los que como héroes ahora dormían agotados en casa.
***
Mientras, en casa, se levantó Mimi, le dolía mucho la espalda. Se sentó en el borde de la cama, intentaba recordar lo que había soñado, pero no podía. Cuando se levantó y se dispuso a hacer la cama encontró una pluma blanca. Era un blanco muy puro, un blanco que nunca había visto. Estaba sumergida en sus pensamientos cuando una dulce y relajada voz, le dijo al oído:
-¿Has descansado, princesa?.-Todos los chicos de esta casa parecen estar empeñados en matar de un sobresalto a las mujeres.
Era Cristian, traía el pantalón gris de su pijama, y el pecho al descubierto, una imagen bastante buena para empezar el día.
-Voy a preparar el desayuno, luego tengo que corregir los exámenes, espero que me ayudes, cielo.
Le mostró una cariñosa sonrisa y se giró para salir por la puerta. En ese momento, Mimi vio algo extraño en su espalda, como señales de látigos, se frotó los ojos y ya no estaban. Que extraño.
***
Cuando volvimos, la abuela ya estaba despierta y energética como siempre. La casa olía a café recién hecho, Cristian se había servido una taza mientras corregía los exámenes, Mimi sólo estaba acurrucada en el sofá con un zumo en la mano y mirando al infinito. Nico, se acercó a ella, le dijo algo al oído y ella afirmó con la cabeza, la sonrisa de la cara de Nico, desapareció en un instante. ¿Qué estaba pasando?. Al principio pensé que había ido a informar del desayunos pero por las caras que pusieron creo que me equivocaba.
Después de desayunar, Rafa, llamó a sus padres para contarles todo lo ocurrido, cuando volvió se sentó en un sillón enfrente de Nico y de mí que estábamos en un sofá, yo estaba intentando sonsacarle que le había dicho a su hermana pero él no soltaba prenda, simplemente me amenazaba con indeseables cosquillas.
-Bueno, Clara, nunca hablas de tus padres. ¿Por qué no nos hablas un poco de ellos?.-Preguntó inocentemente Rafa intentando evitar que Nico y yo nos relacionáramos más.
-¿Y por qué tú no cierras tu enorme bocaza?.-Intervino Nico algo enfurecido.
-Tranquilo.-Intervine.- Rafa, no hablo mucho de mis padres por que recuerdo poco de ellos, bueno, más bien nada, ya que ellos murieron al poco de yo haber nacido.
-Lo siento, no quise...
-No pasa nada, mi abuela y mi abuelo han cuidado de mí.-En esa última palabra, el corazón me pegó un pequeño brinco, como si mis recuerdos fueran erróneos, como si las propias palabras que acababa de emitir me tocaran la fibra sensible.
Nico sólo agachó la cabeza hasta el punto en el que el fleco le tapaba los ojos. Mimi me abrazó por detrás y yo empecé a notar algo en mis mejillas, eran lágrimas, no entendí por qué lloraba, si supuestamente, tenía superada la muerte de mis padres. O simplemente, esa es una de las cosas con las que tienes que aprender a convivir.
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Si me olvidáis.
FantastikTrata de una pequeña niña de unos 10 años. Todo comienza con la muerte de su abuelo, el viaje de negocios de sus padres y la misteriosa casa de su abuela. El primer capítulo trata desde los 10 años hasta los 15 de esta chica. Imagen física de la chi...