Hoy por fin vuelven Rafa y Ana, los quiero ya aquí. Nos llamaron en muchas ocasiones, siempre eran vídeo llamadas, eran muy adorables, casi siempre con la nariz roja. Lo malo era ver el Big Ben, cuántas veces pasarían por allí mis padres, me habría gustado visitarlo con ellos.
***
Llamaron a la puerta y estaba sola en casa, en mi columpio. Mi abuela y mi prima se fueron a comprar dulces para recibir a Ana y Rafa, y Nico... No sé donde estaba.
Al abrir la puerta, un grito de alegría se escuchó, era Ana, vestida con un corto vestido rojo y un adorno en el cabello del mismo color. Me abrazó hasta casi dejarme sin aire.
-¡Clara! Te eché de menos...
-Y yo a ti, Ana... -Dije sonriendo. ¡Qué energía tiene esta chica siempre!.
Ella, me devolvió la sonrisa y me cogió de la mano, llevándome a mi cuarto. Mientras unas personas trajeadas entraban las maletas.
Al llegar me empujó a la cama y me enseñó un vestido que traía de un color blanco, era como el suyo, incluso sacó de la misma bolsa el mismo adorno que ella llevaba.
-Clara, pruébatelo, espero que te esté bien...
Asentí atónita, me había traído un regalo y no se veía para nada barato.
Después de un rato salí de mi cuarto, ella me esperaba sentada en las escaleras que llevan al desván. De repente, se levantó y se dirigió a mi espalda para quitarme la etiqueta. Continuó cogiéndome de la mano y en las escaleras miramos a los que nos miraban desde el pié de dichas. Allí estaban todos, desde Rafa a Miriam. Los seis con los ojos clavados en nosotras, podía notar como me sonrojaba, en cambio, Ana estaba totalmente encantada con aquello. Ella bajó las escaleras, yo me quedé congelada en mitad de ellas. Todos se fueron a la cocina pero Nico y Rafa aún no se movieron, así que decidí bajar. Rafa me paró con un abrazo, cuando me dirigía con los demás, y me susurró que parecía un ángel, que ahora le gustaba más que antes.
Mi alma calló al suelo, al parecer como la de Nico, que se fue a la cocina sin mirarnos. Creo que ya me estoy dando cuenta de lo que verdaderamente siento.
***
Después de cenar fui con Ana al jardín, ella cogió una silla, yo, prefería mi viejo columpio.
Allí me contó su viaje pero de repente me quiso confesar algo.
-Clara, ¿A ti te gusta Nico?.
-No, ¿Por qué lo dices?.-Pregunté asustada.
-Bueno, es que me gustaría que me ayudaras, porque...-Temía que terminara la frase.- A mí, sí me gusta.-Aquí mis miedos se hicieron ciertos, pero tontamente acepté.
-Yo, te puedo ayudar con Rafa si quieres.- Continuó.
-No... Es que a mí no me gusta.- Mi mala suerte continuaba, ya que Rafa entró en ese momento y lo escuchó.
Gracias a Dios, llamaron al timbre y yo salí corriendo ya que lo vi como una oportunidad de huir. Al llegar a la puerta, Cristian ya había abierto.
-Clara, es el padre de Ana.
Me asomé a la puerta, sentía curiosidad. Y allí estaba, un hombre trajeado, con una oscura limusina a su espalda, pero su cara me sonaba. Lo había visto en algún lugar, pronto todas mis dudas serían resueltas, sólo unos segundos después.
-¡Lucas, hijo mío!.
Era mi abuela, a mi lado, llorando, al parecer, era mi tío, mi tío desaparecido.
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Si me olvidáis.
FantasíaTrata de una pequeña niña de unos 10 años. Todo comienza con la muerte de su abuelo, el viaje de negocios de sus padres y la misteriosa casa de su abuela. El primer capítulo trata desde los 10 años hasta los 15 de esta chica. Imagen física de la chi...