No podía creerlo, Ana se iba a quedar a el resto del día, estaba hablando con su padre y al parecer estaba ganando.
-¡Rafa! ¡Me puedo quedar!. -Gritó por la casa, creo que no nos íbamos a llevar bien.
Rafa, la abrazó con fuerza y le mostró una de esas sonrisas suyas. Después de ver eso, no tuve otra opción que subirme a mi cuarto, ese día no iba a comer, y menos viendo eso. Se acercaba la hora de cenar y aún no había salido de mi cuarto, verdaderamente, no tenía hambre. Me dispuse a salir cuando la puerta se chocó contra mi cara.
-¿Estás bien?.- Preguntó Nico al ver que me tapaba la cara.
-Si, estoy bien, me dí en la nariz y en la frente.
-Es que, hay tanta sangre... Voy a por el botiquín. -Cogió el botiquín del cuarto de baño y me obligó a sentarme en la cama, él también se sentó y empezó a curarme con delicadeza la herida de la frente.
-Me las puedo arreglar sola...total, últimamente no se deja el botiquín quieto en esta casa.
-Pero es que yo te debo una.
-No me debes nada. -Dije intentando coger un pañuelo del botiquín.
-Perdona por no ser Rafa... - Dijo Nico dándome el pañuelo.
Eso hizo que me callara hasta el punto de sentir vergüenza, rabia e incluso algo de tristeza.
-Mimi y Cris ya se fueron. -Añadió.
Se me había olvidado, ya no los pude ver, tenía ganas de verlos, de ver su historia de amor. La mía la veía tan lejana... Me gustaría tener una historia de amor como la de mis padres... En ese momento, quien me curaba no era Nico, noté en mi cara la suave mano de una mujer, el cariño de una madre, al otro lado de mi cama veía a mi padre, tan risueño como siempre, o como la última vez que lo vi.
-¡Clara! ¡Clara!. - No dejaba de repetir una voz conocida.
-¡Clara! ¿Estás bien?.
-¡Nico!.
Éste, no paraba de zarandearme y gritar mi nombre. Miré a la puerta y vi a mi abuela, a mi prima, a Rafa, incluso a la desconocida con cara preocupada.
-¿Qué ha ocurrido?. - Alcancé decir.
-No sé, de repente empezaste a temblar, cada vez más fuerte y cuando abriste los ojos, estaban en blanco. Yo me preocupé y comencé a zarandearte, tú cerraste de nuevo los ojos, creía que no los volverías a abrir jamás, creía que el golpe había sido realmente fuerte. - Dijo abrazándome.
-¿Golpe?Clara, ¿te has golpeado?¿con qué?¿cómo?.-Mi abuela no paraba de hacer preguntas y de inspeccionarme, no estarían mis padres pero tenía, ahora, una gran familia.
Por fin, cenamos, y después de cenar me fui al columpio perseguida por Nico, Rafa, Ana y la pequeña María.
-¿Seguro que ya estás mejor?. -Preguntó Rafa.
-Sí.-Contesté mientras me sentaba en el columpio.
-Pero, ¿qué te ocurrió?.-Siguió conversando Rafa mientras Ana me miraba, creo que le caigo realmente mal, lo peor es que no sé por qué.
-Pues...
-¡María! ¡A la cama!.-Interrumpió mi abuela desde la cocina.
Yo no sé si mi abuela está mal de los huesos, o del colesterol... Lo que sé, es que de los pulmones está perfectamente. Mi prima, al principio, la ignoró, pero después de gritarle un par de veces empezó a rechistar. Rafa se puso frente a ella y le dijo algo que ninguno de nosotros alcanzamos a oir, sólo María, ella asintió con la cabeza y sonrió. Al parecer, Nico se iba a quedar, pero Rafa le cogió del brazo y se lo llevó.
-Parece que nos dejaron solas.-Dijo Ana mirando la puerta que conecta la cocina con el patio. Yo, sólo me limité a afirmar con la cabeza y la agaché.
-Siento haberte tratado así esta mañana. -Continuó diciendo.- Es que, soy amiga de Rafa desde hace mucho, y él no para de hablar de ti, y de sus celos hacia un tal Nico.
En ese momento la miré fijamente a los ojos, ella, se había sentado tranquilamente en el tronco del árbol pero parece que empezaba a ser sincera.
-Pero, a ti, ¿Te gusta Rafa?.-Intervine yo algo avergonzada. Ella me miró con sorpresa, y empezó a sonreír juguetona.
-¡Claro que no! ¡Es mi amigo de la infancia!, bueno, a ti, ¿Te gusta?.
Esa pregunta me la esperaba, pero aún así no supe responder.
-No importa, te acabo de conocer, no tienes confianza en mí.-Sonrió con una dulce sonrisa.- Clara... te iba a preguntar una cosilla...
-Dime.-Dije esta vez más tranquila.
-Bueno, ¿Me podría quedar a dormir en tu cuarto?. Es que llamé a mi padre después de verte tan mal y le pregunté si me podía quedar para ayudar...
No sabía que decir, y si en la noche me mataba, o me rapaba la cabeza, quizás me arrancara las uñas una a una... Bueno, de esto último me enteraría.
-Por supuesto que sí.-Estoy loca.
Pero ella me abrazó, se veía cariñosa, quizás no es tan mala. Creo que simplemente está celosa, debe estar enamorada de Rafa desde hace mucho tiempo, no me extraña.
Las dos comenzamos a sonreír y después de hablar de unas cuantas tonterías más nos fuimos a dormir. En mi cuarto, ya descansaba María, así que fui al armario a coger un pijama para Ana y sin hacer mucho ruido nos acostamos.
***
Ya era de día, alguien cogía mi mano, cuando por fin pude abrir los ojos y pude distinguir quien la cogía, descubrí que era Nico. Descansaba como podía sentado en una silla incómoda al lado de mi cama y su cabeza se apoyaba en la fría corcha mientras me calentaba la mano con las suyas. Ana y María dormían tranquilamente. Cuando yo intenté levantarme sin molestar, Nico cogió mi brazo con una mano y con la otra se rascaba el ojo. "Buenos días" dijo una voz ronca acompañada de una de las pocas dulces sonrisas que mostraba "Me tuviste preocupado toda la noche" añadió.
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Si me olvidáis.
FantasiaTrata de una pequeña niña de unos 10 años. Todo comienza con la muerte de su abuelo, el viaje de negocios de sus padres y la misteriosa casa de su abuela. El primer capítulo trata desde los 10 años hasta los 15 de esta chica. Imagen física de la chi...