Décimo capítulo. Nico.

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Sólo queda una semana para las vacaciones, mis más ansiadas vacaciones, últimamente, Cristian se ha portado muy bien con nosotros en lo exámenes, gracias a Mimi. Ya oficialmente, son novios, desde el día 2, que romántico... La abuela sigue tan energética como siempre, los chicos, en fin, aún no son muy amigos...

***

Le acabo de entregar el examen a Cristian, creo que ahora subiré a dormir un poco, llevo toda la noche repasando y toda una semana preparándome el examen, Nico me mira preocupado, ¿qué le pasará? quizás no le fue tan bien como a mí el examen.

Terminaron las clases por hoy, así que pensaba ir a mi cuarto, todos pensamos lo mismo, en cambio mi abuela, no. Estaba limpiando las habitaciones y no podíamos entrar por nada del mundo. Subí al desván, tenía ganas de dibujar, así por lo menos me distraería. Cogí un lienzo muy grande y empecé a dibujar, alguien me abrazó por la espalda, sobresaltada, me giré y acabé tirándolo todo. Me encontraba tumbada sobre el lienzo, Nico me miraba fijamente, estaba sobre mí, con las mejillas llenas de pequeñas gotas de pintura. Empezaba a escuchar mi propio corazón, él cada vez se acercaba más y más a mí, su nariz rozaba la mía, sus perfectos ojos, no se apartaban de los míos, yo cerré los ojos y él comenzó a reír.

-¿De verdad pensaste que te besaría?.

Continuaba riendo, yo no dije nada y él se levantó ofreciéndome su mano, la rechacé y me levanté por mí misma. Paró de reírse y miró al suelo.

-No te besé por que tengo miedo, miedo al rechazo, miedo al no poder volver a mirar tus bellos ojos, miedo a perderte...

Estaba recogiendo las cosas, no podía creer que dijera eso, y menos él, Nico. Me giré y me estaba mirando con ojos tristes, apagados. Al verlo así, me acerqué a él sin pensarlo dos veces, apenas rocé su cara cuando él me cogió de la cintura y me besó. Era un beso tierno, pero fuerte, suave, pero rudo, de esos besos que no se olvidan. Poco a poco se fue alejando de mí en realidad no quería que terminara, pero terminó.

-Lo siento princesa, pero soy de esas personas que prefieren arrepentirse de lo echo que de lo que no pudieron hacer.

Me besó la frente y se fue. Empezaba a hartarme ese jueguecito de niños, quería una explicación. Salí del desván intentando llegar a Nico, pero me fue imposible, topé con Rafa y él me cogió de la mano.

-Rafa, ¿qué te ocurre?.- No, más besos no, esto me esta hartando.

Su respiración era ajetreada, no pudo articular ninguna palabra, cuando se desplomó. Llamé a Cristian, que subió rápidamente y lo llevó a su cama. Pasaron unos minutos y se despertó. Estábamos allí todos, mi abuela le tocaba la frente para ver si tenía fiebre.

-No sé que me pasó.-Intervino Rafa con una débil voz.

Dejamos a solas a Cristian y a Rafa mientras la abuela llamaba a un médico. Poco después vino una ambulancia y se lo llevó. Mi abuela se fue con él, y Cristian y Mimi lo siguieron con el coche. Esa era mi oportunidad. Nico estaba sentado en el sofá, viendo la tele, yo la apagué y me senté a su lado.

-¿Por qué la apagas?.

-¡¿Por qué me besaste en el desván?!.

-Porque estábamos allí, si llegamos a estar en el jardín, allí te hubiera besado.-contestó chistosamente.

-No me hace gracia, quiero que paréis de jugar conmigo.

-¿A ti te parece un juego?.-En ese momento dejó de reír, se puso tenso y serio.

-Si.

Estaba levantándose para irse pero yo le sujeté el brazo.

-Dame una explicación, por favor.

-¿Una explicación?. -Tras una leve pausa de incómodo silencio.- Que te necesito, que desde que hablamos aquella tarde en el jardín apenas me diriges la palabra, que siempre te veo con Rafa tan cariñosa y la principal razón...

No sabía si quería saberla, nunca lo había visto así estaba nervioso, enfadado, triste...

-... La principal razón es que te quiero.

-Lentamente le solté el brazo, él se fue a su cuarto, y lo último que escuché fue un portazo.

Si me olvidáis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora