XV : Dos Desastres, Dos Complicaciones

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Hello my dear, ¿cómo están? Espero que de diez porque yo no. Les explico resumidamente, no estuve trayendo capítulos por el simple hecho de que estoy a tope con trabajos, así que les voy a compensar los capítulos, obvio, pero desgraciadamente estos van a ser de a poco, osea, van a tardar en venir... lo sé, a mí tampoco me gusta.

(No escribo en fines de semana porque quiero dar mi largo respiro, así que solo escribo por las noches antes de dormir.) Gracias por comprender y disfruten.


N. Omnisciente

Sin pensarlo dos veces Mary se atrevió a besar los labios de Canadá, y antes de lo pensado ya estaba sentada en el regazo de él. Quizás esa noche sea algo larga para ambos.
Sus manos desprendían su camisa y pasaban por todo su abdomen sintiendo ese torso trabajado, pero sus manos inquietas y curiosas fueron detenidas por el canadiense quien la apartó de él. La cara de la joven mostraba sorpresa y decepción al mismo tiempo en que sus manos tocaban su rostro.

M - N-no lo entiendo, ¿por qué...? -

C - ¡Porque ya no te amo! Creí que lo entenderías, pero veo que me equivoque. - Suspiró pesamente levantandose de su lugar mietras frotaba su nuca. - Puedes dormir en la habitación de Ucrania, buenas noches. -

M - No, ¡Canadá! ¡Perdón, no quise...! Hacerlo. -

Ahora en vez de sentirse acompañado se sentía más solo que antes, sin duda esa era la peor noche de todas ¿qué pasó para que sucediera tal cosa? No lo comprendía, solo se sentía decepcionado y solitario, precisaba escuchar las risas de ese pequeño compañero suyo para relajarse pero ya era tarde y tenía sueño.
Y en cuanto a Mary, ella solo se sentía angustiada y culpable por lo que acababa de hacer, miraba al techo de su habitación y se lamentaba asimisma de todo, del rompimiento, de la distancia, de los problemas, ¡absolutamente todo! Solo quería dormir y olvidarse de aquel papelón que se había mandado sola.

Canadá dormía profundamente, soñaba en un gran campo de margaritas y a él sentado, pensando, ¿cómo se sentiría Ucrania ante una situación como aquella que pasó? No quería que se enterara de que Mary se le había "insinuado" por así decirlo, porque ya imaginaba dos posibles expresiones, la primera, una cara furiosa y llena de odio combinado con celos, por otra parte existe la segunda expresión, una cara completamente apagada y triste con lagrimas a desbordar, no, no, no y absolutamente no ¡eso no puede pasar! Lo último que querría es ver a ese pastelito de canela llorar, así que sería mejor que esté furioso, oh si, un pastelito de picante y ají molido.

M - C-creí que podía ser pe-perfecto... otra vez. - Lloraba entre sollozos intentando dormir sin pensar en el rostro de Canadá.

•●•●•●•●•

X - ¡Quédate... quieto! -

Ucrania intentaba zafarse de aquellas cuerdas en sus manos, no podía gritar, tenía la boca cubrida y sus movimientos era casi inútiles. Para colmo todo estaba oscuro en aquel pequeño lugar y apenas podía ver la silueta pero lo bueno era que podía oír la voz, era una mujer, aún así sólo podía esperar lo peor.

X - Ahora sí, bueno, hora de divertirnos. -

Comenzó desprendiendo su pantalón y el de ella lentamente, lo único diferente era que ella se había quitado el pantalón pero a él no. Sin pensarlo dos veces comenzó a rozar su intimidad con la del ucraniano haciendo que liberara gemido ligeros.
En la mente de Ucrania en estás situaciones era el miedo puro, hacerle recordar todo lo que pasó alguna vez, esto era nuevo pero aún así no era lindo. Si hubiera querido tener relaciones con una chica, sin duda hubiera empezado por lo romántico pero esto... esto era una pesadilla.

X - Aah... por fin, ¿t-tienes idea de... lo que tuve que esperar? Valió la pena... ah, cada segundo... - Veía el aterrado rostro de Ucrania y solo reía - Jajaja... no t-tienes que ponerte así... eres lindo, eres mi tipo. -

Las lagrimas caían por las mejillas de Ucrania, se sentía solo y muy pero muy asustado, la verdad, pensó que no sería tan malo el campamento pero, hay alguna que otra persona que es muy desagradable y muchos que son amistosos. Apenas llevaba unas tres semanas allí y todo se estaba desmoronando. Solo queda esperar por ayuda.

B - ¡Te encontré, perra! ¡Suéltalo degenerada! -

X - ¡¿Q-qué haces aquí?! ¡Pervertido! -

B - ¡¿Pervertido?! ¡¿PERVERTIDO?! ¡Tú eres la chica más asquerosa que nunca conocí! Abusando de un chico indefenso ¿te parece justo? -

X2 - ¡Señorita, la encontramos! Bielorrusia, ayuda a Ucrania, los chicos y yo llevaremos a esta imbecil con los superiores. ¡Vamos camina! -

B - ¡Oye, Ucrania! ¡¿Estás bien amigo?! ¡Ucrania! Ucran... -

Ya no oía nada, su vista se mantenía en un punto fijo y estaba muy pálido, ya ni con las manos desatadas quería moverse, sólo abrazaba sus piernas y miraba a la nada misma enfrente suyo. Bielorrusia se desesperaba y no sabía que hacer, únicamente veía a su hermano paralizado y medio inconsciente, ¿Qué podía hacer? ¿Qué es lo que lo reanimaría? ¡Canadá! Su camisa en la cabaña, fue entonces cuando corrió directo hacia la cabaña para traer la camisa del canadiense, tal vez y tan sólo tal vez eso lo reanimaría.

B - Oye, mirá, Canadá ¿lo recuerdas? Él te quiere, siempre te quiso, y seguro te ama. Lo sé. -

U - Él... debí quedarme... con él... -

El ucraniano sin pensarlo abrazó a su hermano con fuerza en llanto, lo único que quería ahora era un abrazo de alguien. Quizás para eso nació, pensaba, nació para satisfacer a los demás y darles el gusto de hacer lo que quisieran con él, total no importa. Aunque en lo más profundo de su ser sabe que eso no es cierto, que hay gente que se preocupa mucho por él y que lo quieren... muchísimo.
Se quedó dormido en su habitación, había llorado por casi una hora pero tarde o temprano se dormiría. Bielorrusia no se le ocurrió otra cosa que contactar a Canadá para saber mejor qué es lo que le pasó allá, quería estar seguro y al tanto de lo que sucedió.

Fue por la tarde, entre las cinco y cuatro de la tarde que se ánimo a contactarlo, tubo que buscar su número entre las cosas de Ucrania lo cual fue difícil.
Esperar para la llamada fue un trastorno porque sólo hacían funcionar el teléfono en ciertos horarios, estos eran muy estrictos por lo que la preocupación se elevaba hasta la cabeza. Y cuando por fin pudo, intentó ser lo más claro posible en la conversación para que no sonara raro.

C - ¿Bielorrusia? Creo haber oído de ti... lo siento, mi memoria es muy mala en estos momentos. -

B - No te preocupes, sólo quería preguntarte algo, es sobre Ucrania. -

C - Él está bien ¿verdad? -

B - (Su tono frío no me agrada, algo pasa entre ellos.) Sí, supongo... bueno, en realidad... no. Hoy fue un horrible día para todos, y supongo por tu tono de voz y actitud, que tú también tuviste un mal día. Cuéntame. -

C - ¿Qué tramas? -

B - Nada, pero sé lo suficiente como para hacerte un interrogatorio por llamada. Prepárate porque esto será largo. -

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2020 ⏰

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II  Danza de Cenizas |Canadá & Ucrania|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora