bienaventurado quien emprende hacia lo desconocido,
que alguna vez conoció pero se le olvidó,
por lo tanto la intuición sólo lo guía,
y de alguna forma únicamente la intención le dará la seguridad de que ese camino es el que le llevará al destino.ya no estoy,
la individualidad deshecha pero ahora puedo percibirme en todo,
soy lo que no muere ni nace.la seguridad de reconocer que el mejor destino será el fruto del ahora bien aprovechado,
en el que por verse detrás de lo aparente ahora se transita con una percepción total.caen las pesadas partes sobre mi,
como hoyuelos del inframundo,
las salvajes buscadoras encuentran por el solo hecho de dedicarse a buscar.empiezo por algo,
por más inseguridad y desentendimiento,
el suelo es firme y basta con comenzar a caminar,
paso por paso,
sintiendo cada uno,
porque el camino es la fusión de todos ellos.¿es a caso esta realidad una forma de expandirse y reconocerse?
quizas los caminos solo sean espejos de mi profundidad,
porque nada es separado de mí.intimidada ante mis propios ojos
no quiero mirarme pero necesito siempre escarbar más y más,
me limito y me permito,
soy el único obstáculo,
entre lo que soy y mi mejor versión.aunque mi propia mirada me intimide,
aunque lo profundo cueste alumbrarlo,
en la ansiedad de esperar,
anhelando,
me pesa la cantidad,
pero no hay otra solución que mirar desde lo más mínimo,
para empezar a construir desde ahí,
y regalarme al avanzar la tranquilidad de un suelo firme por el cual seguir transitando.